12.

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Hoy (17 días después del accidente)
Departamento de Valentina

La rubia miraba un poco de televisión cuándo el peculiar ruido del timbre de su hogar sonó. Se levantó y maldijo entre dientes. Odiaba ese sonido. "Debo cambiarlo, ya", murmuró entre dientes y fue directo a la puerta.

-¿Qué haces aquí?- miró al chico que estaba detrás de su puerta- pensé que estarías en el hospital.- dijo y abrió la puerta permitiéndole la entrada.

-Bueno, creo que necesitaba hablar contigo antes.- dijo una vez dentro del hogar de Zenere. Metió las manos a los bolsillos y respiró profundo, había ensayado un millón de veces lo que le diría a la chica.

-¿Sobre?- dijo curiosa la rubia- ¿es sobre Caro?- el chico se había puesto tenso. Esa mañana la chica había tenido una complicación y la habían llevado a observación una vez más- se pondrá bien.- dijo y le regalo una sonrisa.

-No es exactamente de lo quería hablar- dijo y se sentó en el respaldo del sillón café de terciopelo que tenía a sus espaldas- ¿te has puesto a pensar en si no despierta nunca?.- pronunció con trabajos las palabras, provocando que la amiga de la chica se pusiera tensa. Ya había estado pensado eso bastante tiempo.

-Sí- confesó pero, es una tontería pensar así- se acercó a él- despertará.- trató de sonreír pero no pudo.

-Si no despierta, yo me muero Valen- la miró con los ojos rojos. Se notaba que había estado llorando- ¿sabes todo el mal que le hice?

-Yo también la lastime- se puso a pensar en el día en que le reclamó por salir con la persona que amaba- soy su mejor amiga y mi última conversación que tuve con ella fue una discusión, ¿sabes lo miserable que me siento?

-¿Por qué le hicimos esto?- dijo en un susurro el morocho.

-Por cobardes, no lo sé.- soltó y se sentó a lado de él.

-Es que no hay día que no piense que si está así es mi culpa- la rubia se paró frente a él y tomó su áspera cara entre sus manos y lo obligó a verla a los ojos- por mí está ahí.

-No digas eso Agustín- mantuvo firme su mirada ante la débil del cordobés- nadie tiene la culpa.

-Claro que sí- se puso de pie y se alejó de la chica- yo le rompí el corazón, le hice creer que había jugado con ella- se detuvo frente a la puerta y volteó a ver a la chica de más de un metro sesenta- si yo no hubiera sido así con ella, no hubiera aceptado la invitación del tipo, no hubiera hablado con él, y él no la hubiera atropellado.

-Aún no sé sabe si fue él.- se cruzó de brazos. Ese chico la hacía sentir culpable de la tragedia que le había ocurrido a su amiga, y sí, tenía razón, los dos la traicionaron de la peor manera, ambos rompieron su corazón, no sólo Agustín.

-Aún así Valentina- la miró frustrado. No soportaba ese dolor que le quemaba el pecho- si yo hubiera aceptado que la amaba, ella me hubiera permitido protegerla. La habría cuidado y no estaría así en estos momentos.- dejó que las lágrimas cayeran por su resecada cara, se humedeció la barba de cinco días que llevaba el chico.

-Bernasconi no digas eso.- dijo la rubia y lo abrazó. Este correspondió fuerte a su abrazo y la pegó más a él. Ya necesitaba el reconfortameniento de un abrazo cálido de un amigo.

Hundió su cara en su rubio cabello y olfateó su peculiar olor a flores, no era su olor favorito pero lo hacía sentirse mejor. Y por un momento creyó que abrazaba a su pequeña Kope, y eso a él le provocó una sonrisa.

-La amo como no tienes idea- le susurró al oído a la rubia. Esta sonrió, se alegraba de que fuera así, Carolina también lo amaba a él y sabía que en cuanto despertará estarían juntos, y esta vez nada ni nadie los separaría. Sí, ella se haría a un lado y dejaría de estorbar. El chico alzó la vista y se encontró con los marrones ojos de Carolina, su tímida sonrisa y su suave cabello castaño. Sonrió- te amo Carolina.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora