Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]

40.

Hoy [17 de marzo]
Departamento de Agustín

Agustín cargaba varias cajas y algunas maletas, ya estaba exhausto, no se había imaginado que iba a ser todo lo que llevaría Carolina. Era medio día y había ido por Carolina y sus cosas a las nueve de la mañana, comenzó a subir todo y todavía no terminaba. La morocha llevaba su casa entera.

-Agus, ¿te puedes apurar?- le gritó desde la puerta al chico que venía arrastrando unas maletas por el pasillo- quiero comenzar a guardar todo.

-Carolina, trajiste todo, no me sorprendería que en una de tus maletas esté escondida tu hermana- comentó gracioso- ¿sabes el tiempo que vamos a tardar en acomodar todo esto?- resopló y se recargó en el marco de la puerta.

-Eres un exagerado, traje lo esencial- comenzó a sacar algunas cosas de las cajas. Quitaba alguna figura de decoración de Agustín para poner algo suya- tú dijiste que estarías dispuesto a hacer los cambios que quisiera y me ayudarías a que todas mis cosas tuvieran un lugar.

-Sí, pero no pensé que fueras a traer tanto- se limpió con su palma el sudor y Carolina hizo una mueca de asco- y aún falta que llegue la mudanza con tu librero y tu tocador. La verdad no entiendo para que los quieres aquí, tengo un librero, y te podía hacer un espacio en el mueble de baño.

-Ay, Agus, tu librero es demasiado pequeño para mi colección de libros- Agustín rodó los ojos- además lo tienes lleno de películas y discos, obvio no iban a caber, ¿y tú sabes la cantidad de cosméticos y productos de belleza y para el cuidado corporal que tengo?- el morocho negó- con tu mueble para baño no hubiera alcanzado.

-Bien, como digas- resopló- iré por las dos últimas cajas.

-Gracias, amor.- dijo tierna Carolina y Agustín sonrió falsamente.

La morocha comenzó a dejar múltiples de sus figuras de porcelana, alguna planta y fotografías de ella con Agustín y sus amigos por toda la sala del lugar, cada vez ese lugar dejaba de parecerse al departamento de soltero de Agustín Bernasconi.

-¿Y dónde piensas dejar todas mis cosas que quitaste?- preguntó Agustín una vez que llegó con las últimas pertenencias de la morocha.

-Podemos comprar otro mueble y las ponemos ahí- descolgó un cuadro de Agustín para poner uno de ella de flores- o puedes regalarlos a alguien.

-Caro, te quiero pero tampoco te tienes que deshacer de todas mis cosas- dijo a la defensiva Agus y tomó su cuadro con una guitarra y lo llevó directo al armario de su cuarto para que no se rompiera- hay que ser parejos, algunas cosas tuyas y algunas mías.

-Bien- dijo resignada y descolgó el cuadro, fue por el de Agustín y volvió a colgarlo- este ira en el cuarto.- anuncio y llevó su cuadro a la recámara, quitó unos pósters que habían en el cuarto del morocho y colgó el cuadro.

-Bien, aunque sigo pensando que hay mucho más cosas tuyas acá.- anunció Agus desde el living y Carolina una vez más bufo.

Sacó alguna de sus lindas plantas o figuras de porcelana y las llevó a la habitación, las colocó encima de una mesita de noche, estaba vacía, y las cosas que le sobraran las pondría sobre su librero.

-Mucho mejor.- dijo orgulloso Agus una vez que varias de sus cosas habían regresado a su lugar. Ese lugar ya no parecía solamente la fortaleza de Agustín Bernasconi sino el refugio de esos dos amantes.

Media hora después de que Agustín y Carolina discutieran por el acomodamiento de la ropa en el armario, llegaron los muebles de la morocha, y mientras Agustín iba con los cargadores a ayudar, Carolina dividió el gran armario en dos y comenzó a meter toda su ropa.