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Hoy (cuatro meses después del accidente)
Departamento de Agustín

El morocho trataba de componer una canción en la que ya llevaba bastante tiempo trabajando, justo cuando se había dado cuenta de sus sentimientos hacia Carolina había comenzado a componer una canción para ella, la había suspendido por la gira, pero hace dos semanas que había retomado la creación de esa canción, desde el cumpleaños de Carolina, en el momento en que sintió que la perdería se decidió por concluirla.

Habían tenido a Carolina una semana en observación y habían negado las visitas. El ritmo cardíaco de la chica había empeorado y hasta que lograron estabilizarla Agustín pudo volver a verla.

Arrancó una hoja del cuaderno y la aventó al piso, no se sentía inspirado., necesitaba ver al motivo de esa canción para que las palabras salieran. Se acercó a su reproductor de música y puso play a la canción "mitad y mitad".

"Un instante y cambió mi vida, te esperaba y no lo sabía. Y ahora veo otra realidad, mitad y mitad. Todo es nuevo", escuchó la voz de su pequeña junto a la de él y sintió su corazón latir a mil por hora, sonaban perfectas sus voces juntas. Estaban hechas para estar así, juntas, eran la mejor melodía que había escuchado jamás el chico. Tarareó la canción y se acercó a su piano a tocar las notas de tan perfecta canción.

La letra era exacto lo que sentía por Carolina; desde que la vio por primera vez, cada vez que estaba cerca de ella, sentía como se olvidaba de todo y el mundo se paraba. Carolina era parte de él, y la necesitaba más que nada en el mundo, sólo la quería tener cerca de él, eso era lo único que deseaba.

Y fue así que como en la canción lo dice, en un instante, sin darse cuenta, Carolina cambió completamente su vida, le había dado giro de más de 360°. Carolina era su otra mitad y sin ella su vida no estaba completa. La amaba como jamás en el mundo creyó hacerlo, la quería sólo para él, sonará egoísta, pero Carolina era la dueña de su corazón, y si ella no estaba, este dejaba de latir. Era la mitad que le faltaba a su vida para ser feliz.

Una vez que había logrado sentirse inspirado, escuchó el timbre de la puerta, tocó fuerte y desafinado su piano por lo molesto que se sentía de que lo hayan interrumpido. Se levantó pesadamente y caminó hacia la pieza de madera y movió la perilla.

-¿Qué haces aquí?- preguntó poco amigable a su amigo.

-Vamos, pensé que te agradaría verme- se burló el chico y Agustín dejó que entrará- ¿qué hacías?

-Trataba de terminar la canción que le componía a Caro, hasta que llegaste.- vio al chico cerrar la puerta y acercarse junto a él al piano.

-Bueno, yo te puedo ayudar- se ofreció Pasquarelli- me gusta componer y qué mejor que ayudar a mi mejor amigo.

-Gracias Ruggero, pero así estoy bien- se sentó en el banco frente al piano- ¿a qué viniste?

-No pensé que te molestara tanto mi visita- ambos chicos rieron- quise venir a ver como estabas y a proponerte venir conmigo a una fiesta con los amigos de Cande.

-Gracias Rugge, pero hoy no quiero salir.- tocó las suaves teclas blancas del piano.

-Vamos, prometiste que saldrías más.

-Sí, lo sé, y lo he hecho, ayer salí con Julián y Oriana, me presentaron a una amiga y estuve hablando con ella.

-¿En serio?, ¿y qué onda?- preguntó coqueto Ruggero.

-No Ruggero, nada que ver, sólo me cayó bien y es todo- lo regañó, le molestaba que hiciera esas insinuaciones- yo amo a Caro, no pienso cambiarla ni abandonarla.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora