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-Hayley, despierta... Oye...-entre sueños escuché a mi hermanastra y sentí como me sacudía levemente, pero con persistencia.

-Ya desperté Elif, ¿Qué pasa?- me incorporé lentamente hasta estar completamente sentada, vi de reojo la hora y aún faltaban 2 horas para que fuera al gimnasio a entrenar.

-Una tragedia- respondió ella mientras se largaba a llorar y me mostraba su pelo desnivelado, en su mano sostenía tijeras que debían ser las culpables de este suceso.

-Yaya, para de llorar y vamos al baño para arreglar esto- frustrada me froté los ojos y en modo zombie caminé hasta el baño- Lo primero que haremos será mojarte el pelo y luego emparejarlo, aunque sinceramente creo que te quedará a la altura de los hombros- agregué mientras le cepillaba su pelo y analizaba la situación.

-Te dejo mi cabellera en tus manos Hayley- respondió tapándose los ojos.

-Como si tuvieras otra opción- rodé los ojos y comencé mi operación milagrosa.

1 hora y 30 minutos después...

-Oh !! Te amo, de verdad es que Woah- exclamaba Elif mientras saltaba y tocaba su cabello corto con puntas teñidas.

-Yaya, baja las revoluciones que si mamá te ve así le da un infarto- bromee y me dediqué a tomar mi bolso de gimnasio- que bueno que te gusta el resultado o tendríamos otro problema.

-Siiii, muchas gracias- respondió cuando saltaba a mis brazos y casi haciendo que cayéramos.

-Bueno, me debo ir, saluda a mamá de mi parte y dile que hoy vuelvo directamente a la casa- me despedí y salí corriendo antes de que me atrasara más de lo que estaba con sus demostraciones de afecto.

El Gimnasio Pacífic es el lugar donde entreno boxeo, un espacio bien reconocido por los deportistas de la ciudad que hacen de su vida un deporte y están dispuestos a someterse bajo el dominio de Richie Wesly, el dueño del lugar.

Todos le tenían miedo a ese sujeto, y como no temerle con sus tatuajes en su cuerpo corpulento y gigantesco, vestido siempre de ropas de rockero noventero y su personalidad poco amigable.

Pero si lo conocías bien, te das cuenta que no era una mala persona, al contrario, siempre dispuesto ayudar al que realmente lo necesita.

-Llegas tarde otra vez Johanson!!- gritó Richie, mientras afirmaba el saco de boxeo que usaba Troy para descargar su furia.

Instintivamente sonreí, así era como le gritoneaba a mi padre cuando se retrasaba por mi culpa.

-Culpa de Elif, hoy le dió por ser peluquera y cortarse el pelo- dije mientras tiraba mi bolso a una esquina y me sacaba las prendas que cubrían mi atuendo deportivo- Adivina quien tuvo que emparejarle su cabellera.

-Para con las excusas y trae tu culo hasta acá- me regañó fingiendo enojo, el caballero era todo un cascarrabias. Mi entrenador quitó el saco de la vista de Troy y señaló que su oponente era yo, el chico sonrió con malicia, pero al ser sólo entrenamiento ninguno iba en serio.

Comencé poniéndome los guantes bajo la mirada atenta de Richie, él siempre me llamaba la atención por no calentar el cuerpo lo suficiente y más si debía pelear con otra persona, pero yo sabía que correr al máximo desde tu casa por 20 minutos bastaba para evitar lesiones.

Comencé a moverme e instintivamente recordé a mi papá, quien siempre que se subía al cuadrilátero me dejaba una enseñanza para cuando practicara este deporte, sin saber realmente que años después seguiría su ejemplo. Su primera lección fue "Cuando te estés moviendo en el campo de juego, planea tu ataque, analiza a tu oponente y pelea hasta derribarlo".

El chico comenzó a acercarse y a arremeter con golpes, de los cuales ninguno me tocó y permitió que lo golpeara por tener su guardia baja.

-Golpea más fuerte, ni una muñeca de porcelana es tan débil- se burló mi entrenador, usando esa estrategia para hacer sacar todas mis fuerzas, mediante el enojo.

-Hoy no Rich, he tenido un día muy agotador- respondí y seguí entrenando con Troy en silencio, sin hacer caso de sus palabras burlonas o sarcásticas.

Después de un rato nos comenzamos a cansar y decidimos en silencio que íbamos a practicar sólo reflejos, Richie no muy contento aceptó y siguió analizando nuestra conducta en la pelea.

El tiempo pasó y ambos quedamos tirados en cuadrilátero por al menos 5 minutos antes de irnos a las duchas, Troy nunca había sido mi amigo, pero si un chico que me caía bien, por lo que no tuve problemas en quedar uno de estos días para entrenar juntos todo el día.

Ya con el agua cayendo sobre mi cuerpo y limpiando mi sudor me sentí aliviada, aunque la tranquilidad me duró poco cuando comencé a recordar todas las cosas estudiantiles que tenía pendiente y los posibles problemas que mi hermanastra me puede dar con su tan especial personalidad.

Me sequé y vestí rápidamente, omitiendo el proceso de peinarme y maquillarme, ya que iría directamente a casa y me cambiaría a pijama.

-Hey Richie, yo me voy- dije sin mirar mientras me acercaba por la espalda a donde él estaba, ya que mi atención estaba en un Troy secando sus rulos rubios con la toalla y la imagen no dejaba nada que desear.

-Aquí estás Hayley, te estaba buscando- dijo Richie dando la vuelta y dejándome ver a su acompañante que antes no me había percatado de su existencia.

-¿Y eso?- pregunté frunciendo el ceño, Richie nunca me necesitaba para algo que no estuviera programado ya, para eso estaban Ulises y Fede.

-¿Una mujer, Richie? Ni hablar, no estoy para tus juegos- añadió el desconocido con desdén y con la intención de irse.

-Oye tú ¿A qué se debe tu actitud contra mi género? ¿A caso tiene que ver con que haga boxeo?- encaré molesta, no me gustaban las personas prejuiciosas y menos machistas que denigran a las mujeres.

-Eres mujer, no me sirves para mi propósito- respondió burlón, ya se estaba ganando 20 golpes en la cara por mi parte.

-¿Y cuál es ese propósito?- apreté la correa de mi bolso firmemente, tanto que mi mano se quedó blanca por no tener circulación sanguínea.

-Hayley, él es Hunter Ivanovíc, postulante al próximo Torneo Intercontinental de Boxeo- comenzó diciendo Richie, y yo no hice más que mover el peso de mi cuerpo al otro pie- Hunter, ella es Hayley Johanson y de verdad sería la candidata perfecta para el puesto de compañera.

-Miren, me da igual si él participa o no en el Torneo- dije y Hunter me mandó una mirada asesina mientras que Richie una que me callara- pero lo que no aguantaré, es que califiques este deporte como exclusivo para los hombres -tomé una pausa para respirar- mañana a las 5 pm en este lugar un duelo entre ambos, ahí te demostraré que las mujeres podemos hacer todo lo que nos proponemos.

Y fue así como dejé a ambos con las bocas selladas mientras caminaba tranquilamente hacia la salida del lugar.

Hayley Johanson... La reina del ring.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora