Una pantera.
Ese es el animal perfecto para describir a Hunter.
Se movía con agilidad y elegancia en el ring mientras lanzaba una mirada de arrogancia a su contrincante, como si supiera exactamente como lo iba a destrozar.
Los presentadores dieron inicio al duelo, ambos contrincantes fueron apoyados con gritos que destrozaban tímpanos y desgarrarían un pulmón.
Hunter buscó mi mirada entre los espectadores del sector vip, quienes sólo éramos yo, el compañero del contrincante y cuatro peleadores más que próximamente nos enfrentarían y cuando la encontró, me apuntó con uno de sus guantes de boxeo, alzó ambos a la altura de su clavícula y los chocó.
Esto no... acaba de... puto Ivanovic.
Los demás boxeadores rieron y halagaron el gesto de Hunter, diciendo que jamás lo había hecho y que igual entendían aunque nunca se lo hubieran creído, cuando dijimos que no éramos pareja.
Esa era su respuesta, lo tenía claro, acababa de decirme frente a pleno público que
yo era sus guantes de boxeo y que me necesitaba para defenderse...Esa era su respuesta a la conversación que tuvimos en el hotel y no acabamos directamente, sino que sólo me mencionó que tenía una respuesta pero que lo hablaríamos después.
Esa era la respuesta más especial que pude obtener en mi vida.
Había ese algo que nos unía, más allá del torneo o del mismo boxeo y ambos lo sabíamos, pero no teníamos idea del que específicamente.
Pero tranquilo Ivanovic, yo lo iba a descubrir.
Estaba nerviosa, quería que Hunter ganara rápido para poder hablar cara a cara con él, y que saliera lo menos cansado y herido posible.
Como si adivinara mis pensamientos, lanzó un derechazo, seguido por un izquierdazo y terminado con otro derechazo, dejando al chico tirado en el piso aturdido.
Todos gritaban y aplaudían, pero también querían la explicación a ese pequeño gesto que había hecho Hunter y que no sabían su significado excepto los boxeadores.
Mis ojos no podían despegarse de su cuerpo esculpido a lápiz, mojado levemente por una capa de sudor que la hacía brillar y querer seguir con determinación alguna que otra gota que bajaba por su abdomen hasta la ingle.
-Señorita Johanson, debería dejar de devorarse con la mirada a su compañero de boxeo- bromeó un boxeador que estaba a mi lado.
-Más bien lo estaba follando, pero bueno, se escucha más bonito de tu forma- respondí e hice que todos se rieran y bromearan diciendo "quiero una chica como tú" "puta diosa del humor" "me enamoré" etc.
Hunter pareció haberse dado cuenta de nuestra entretención porque me alzó una ceja y se desquitó con su contrincante, que no sé en que momento se había parado.
-Mis pelotas peligran por tu culpa- dijo uno de los chicos, poniendo sus manos como escudo- pero eres una chica que vale la pena perderlas.
Reí, estaban locos y eso me encantaba... pero no superaban la locura de Hunter y menos el cariño que le tenía.
El tiempo terminó y el chico admitió la derrota, su compañero que estaba con nosotros lo animaba a seguir, pero su decisión estaba tomada, él se retiraba.
Su nombre y foto fueron expuestos por las grandes pantallas, y una frase roja diciendo "eliminado" de forma diagonal lo sacaba oficialmente del TIB.
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Hayley Johanson... La reina del ring.
Historia Corta"Todos aquí tenemos algo en común... Estamos hechos para pelear"