10.

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Llegué al gimnasio un poco adormilada, dormir una hora y media era usual en mi organismo, pero con todo el cambio de horas, me tenía algo loca.

Hunter se me había adelantado y ya estaba entrenando, sus puños golpeaban con fuerza el saco de boxeo azúl que colgaba en una esquina y al parecer aprovechaba que nadie más había llegado para arrematar con golpes secos.

Comencé mi rutina luego de ir a saludarlo y pensaba en la gran noche que nos esperaba, hoy se iniciaban las peleas y Hunter debía abrir la ceremonia.

Sería ya una media hora después, cuando llegó un grupo de chicos y nos saludo a la distancia, bueno, excepto uno que al segundo ya me estaba coqueteando mientras seguía mi ritmo en la máquina trotadora.

-¿Por qué mejor no dejamos las máquinas y nos vamos a calentar... solos, en mi cuarto?- preguntó y yo lo miré con desdén, no era feo pero su manera tan animal de ser lo arruinada completamente.

-No estoy interesada- contesté duramente, pero él siguió insistiendo.

-Venga, que no te vas a arrepentir- su cuerpo se inclinó hacía mí dirección, y llevando su mano a mi brazo, agregó- la vamos a pasar bien.

-Te he dicho que no, enserio para- dije ya cabreada, una cosa era soportar a chicos que quieren ligar y otra cosa era soportar a idiotas insistentes y que se pasaban tu opinión por el culo.

-Al parecer no te das cuenta que estás molestando a MÍ chica- dijo Hunter mientras paraba mi máquina y se colocaba entre nosotros, obligando retroceder un poco al tipo.

Aún sintiendo que mi corazón iba a mil por hora y tratando de creer que era por la máquina, entrelacé los dedos del chico que acababa de tenderme su mano y ví como sus hombros se relajaron notablemente.

-No te metas chico altanero que ni novios son- dijo el desconocido con autoeficiencia- la he pedido desde que ha bajado del avión y más cuando ambos han negado tener algo.

-Oh enserio...- Hunter se tensó de nuevo al escuchar aquellas palabras y con enojo escupió lo siguiente, dejandome bocabierta- Maricón de mierda que cree que ella es un trofeo para andar reclamando como si nada.

-Hey... déjalo, no necesitamos pleitos fuera del cuadrilatero- llamé su atención pero él seguía asesinando con la mirada a su contrincante- vamos a comer algo...

Hunter miró nuestras manos enlazadas y con un rápido movimiento me agarró de la cintura para estampar sus labios en los míos.

Sabía que lo hacía para marcar territorio, pero joder, besaba demasiado bien y para que estamos con cosas, quería más de una repetición...

Un carraspeo trató de separarnos, pero aún nos quedaba aire en los pulmones, por lo que seguimos en lo nuestro.

-Lo de que fuéramos a comer algo iba enserio- susurré cerca de sus labios y mirándolo a sus ojos- y no me gusta que vayas marcando territorio- agregué seria y él gruñó.

-Te reclamaré todas las veces que sea necesaria para besarte- joder, sus palabras hacían no querer separarme de él- y más si es un hijo de puta que te trata así.

-Relaja el ceño, que si cambia el viento, te quedarás así- murmuré masajeando su frente- y te recuerdo que tú no fuiste muy simpático la primera vez que me viste.

-Lo estás llevando fuera de contexto- cerró los ojos y se relajó ante mi toque- ahí creí que Richie me jugaba una broma pesada por pensar que eras su hija y sólo lo acompañabas... Nada personal... y tampoco creo que el boxeo era sólo de hombres como tú lo persiviste.

Lo miré atónita y simplemente lo besé, disculpándome por decirlo así, de la mala impresión que me llevé de él, aunque lo hijo de puta y malgenio no se lo pasaba.

Salimos del gimnasio casi corriendo hasta el comedor, disfrutando de un abundante Buffet y conversando más animadamente de lo normal.

No sabía que era lo que tenía con Hunter... pero algo me decía que debía molestarme en descubrirlo.

                               💣

Molesta estaba en el cuarto del hotel, quejándome y maldiciendo en voz baja por tener unos celos por Hunter.

Todo había pasado así, comíamos tranquilamente nuestro postre que era un pedazo de pie de manzana, riéndonos y olvidando por un momento los nervios y ansias que sentíamos por la gran noche, cuando de repente, una rubia teñida de ojos grices se acerca a nuestra mesa y saluda efusivamente a mi compañero, pasando olímpicamente mi existencia.

Ella decía cosas como:
"estaba esperando tanto tu llegada", "ansiaba poder verte y tocar",
"¿qué es de tu vida?",
"¿me extrañaste?",
"debemos seguir con lo que empezamos".

Entonces yo, fingiendo normalidad con una maestría suprema, pedí permiso y me retiré, viendo como la rubia no perdía oportunidad y se acercaba como gata en celo al cuerpo de él.

Me metí a la ducha con agua bien fría para poder enfriar mi cabeza y sacar el sudor de mí cuerpo, era mi método para olvidar cosas que me estresaban o planificar mi día, entre otras cosas.

Ya lista, tomé del closet la ropa necesaria y me vestí con urgencia, no fuera que Ivanovic subiera con esa chica por un revolcón y me encontrara en el cuarto.

Pero mis planes fueron frustrados cuando un Hunter apareció en la entrada cuando me disponía a salir.

-¿A donde vas?- preguntó mientras me analizaba detenidamente, al parecer en busca de algún signo de enojo o celos.

-Al jardín, quería estar al lado de la piscina un momento- respondí con naturalidad y tratando de pasar por su lado, pero me detuvo.

-¿Por qué me dejaste solo allá abajo?- preguntó acercándose un poco y bloqueandome más la salida.

-No estabas solo y tampoco quería interrumpir- dije natural y al parecer a él le entraron más las sospechas.

-No hay nada entre ella y yo- mencionó y yo me reí a secas.

-No me debes explicaciones, Ivanovic- me encogí de hombros, sus ojos eran como de pantera al acecho y yo rogaba internamente por resistir en mi gran actuación.

-Aun así quiero darlas- tomó aire y comenzó- tuve un par de noches en su cuarto, pasándola bien durante años y la verdad es que no me arrepiento... pero al parecer ella no pudo cumplir la parte de "mientras lo que esté aquí, sin compromisos mayores" y al verte allí, comiendo y pasando bien el rato conmigo, la llevó a actuar así.

-Mira, lo que tú hiciste en tu pasado yo no lo voy a recriminar y menos tratar de cambiar-dije seria, él se limitaba a escucharme, mirándome a los ojos incentivandome a continuar.

No soy quien para pedirte  explicaciones o montar un espectáculo aunque tú si lo hagas- gruñó, al parecer no le gustó mi risa amarga al mencionarlo- pero sí voy a pedir claridad...

Si lo de agarrarnos a besos subidos de tonos y tus escenas de celos son sólo para pasar el tiempo, está bien, no tengo complicaciones en eso... o sí en verdad es algo que va para lo serio y no sabemos muy bien manejarlo, tambien esta bien, pero sólo sí es con sinceridad.

Dejé a Hunter atrás, para que pensara bien la respuesta a mi planteamiento por que yo no iba con rodeos... era tonteo o era serio, y entre ambos se debía llegar a un consenso.






Hayley Johanson... La reina del ring.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora