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-Es una tontería que no duermas conmigo- reclamó Hunter al verme después de salir de la ducha con el pelo algo húmedo y mi pijama puesto.

Él estaba tirado en su cama con sus brazos flexionados detrás de su nuca y sin polera.

Como si no tuviese con que cubrirse el bastardo...

-Pero por qué tanto afán a que duerma contigo- lo molesté mientras ponía a cargar el móvil y hacía como si no me diera cuenta de que me estaba mirando.

-Por que eres mi novia y quiero dormir abrazandote- dijo como si nada pero ser así para Hunter no era normal- además muy bien dormimos en el avión para acá, imagínate en una cama.

-Otro contexto- defendí al pensar en mi actuar de ese día, estaba incomoda y tenía sueño, además de necesitar un apoyo sentimental, pero claro, Hunter no sabía eso- Además no soy tu novia.

-¿A No? Y esa respuesta tuya ante mi "esa es mi chica" o cuando hicimos el lenguaje de los guantes- cuestionó y yo me acerqué lo suficiente para poder trepar por su cama gateando hasta llegar a su lado.

-Uhm... cosa del momento quizás- mentí sólo para jugar un rato más a este coqueteo de miradas.

-Entonces por qué me estabas follando con la mirada- reprochó en broma y yo no sabía si se debía a que nos había escuchado o me había pillado deleitandome con las vistas.

-No se de lo que hablas- negué mordiendo mi labio inferior y trazando unas líneas imaginarias con mi dedo índice por su abdomen trabajado, para molestarlo agregué- Me gustan más marcados.

-Eso lo podemos negociar, novia mía- su voz era más ronca, provocando unos impulsos nerviosos por mi columna vertebral.

-No he dicho que sí.

-Tampoco es como si fueras a decir que no- agarró mis muñecas y me volteo hasta quedar encima mio.
Sus ojos miraban los míos y luego a mis labios, mechones de pelo rebelde cayeron sobre mí frente cuando hizo el primer contacto de nuestros labios.

Sus manos dejaron mis muñecas para irse a mi cintura, mis brazos los enrrolle detrás de su cuello y con las manos acaricié levemente sus cabellos.

Nos separamos por aire y fue cuando me atreví a mirarlo, ambos teníamos lujuria acumulada y sabíamos en que terminariamos si continuabamos.

Hunter salió lentamente de encima, y yo me incorporé hasta quedar sentada. Aquí seria cuando debería pararme de su cama, dirigirme o al baño o a la mia y olvidar el asunto... pero yo no quería eso y él tampoco aunque no lo dijiera.

-Hunter... tu no eres el primero en mi vida sexual y también tengo preferencias a ciertos tipos de cosas- aclaré y él me miró normal, sin sorpresa ni desagrado en su rostro- Quiero conocerte antes de...

-Entiendo, ven aquí- dijo palmeando el costado de su cama y yo no dude en acercarme- creo que vamos a tener una larga platica ésta noche.

Pasó un brazo por mi cintura y yo enrollé mis piernas con las de él, mientras que acerqué una de mis manos y comencé a perfilar su barbilla y acariciarle el pelo.

-Mhm... si sigues así me quedaré dormido- murmuró con los ojos cerrados y era la primera vez que me fijaba en tantos detalles de su rostro.

-Entonces paro...

-NO... se... se siente bien- explicó nervioso y para cambiar tema dijo- pregunta lo que quieras, minuto de confianza.

-¿Cómo es tu vida familiar?- mi pregunta englobaba a muchas dudas que me surgían, por lo que opté por una pregunta general para que contará lo que quisiera contar y no herirlo sin querer.

-Soy huérfano, mis padres murieron cuando tenía 10 por estar presentes en un atentado a civiles y como tenía familia materna allá en Estados Unidos, me fui con ellos.

Después hice mi vida normal aunque ser mitad ruso y mitad norteamericano trajo algunos problemas a mi existencia, pero nada que no pudiera solucionar.

Le dí un corto beso y seguí con la siguiente pregunta- ¿Qué es lo que te gusta hacer en tus tiempos libres?.

-Aparte de entrenar, sacar fotografías en distintos lugares y probar cosas nuevas- respondió sonriendo y al ver que no captaba por que lo hacía, me lo dijo- recordé cuando me dejaste sacar fotos el día que recorrimos la ciudad, sin quejarte en ningún momento y hasta accediendo a fotografiarte sin posar.

-Ya veo- sonreí por culpa de su sonrisa y me animé a preguntar la otra duda más importante que tenía- ¿Por qué me terminaste eligiendo a mi como compañera teniendo tantas ofertas?.

-Por que a ti no te interesó mi título o carrera como boxeador, tampoco mi atractivo, ni te fuiste acercando interesadamente en mi o algún beneficio que podía otorgarte y bueno... el que me retaras a una pelea me hizo pensar "Mierda, está chica si tiene los ovarios bien puestos".

Me reí y escondí mi rostro en su cuello, inhalando su aroma a frescura y relajado mi cuerpo completamente.

Mis pensamientos me perturbaban diciendo lo que nos dificultaría el que fuera profesor en mi Instituto, ya que estaba penado por ley y yo no quería que su carrera se terminará por esto, pero estar ahí, abrazada a él no me dejaba otra alternativa de dejarme llevar.

-¿No tienes otra pregunta?.

-No por ahora, sólo quiero dormir- murmuré y dejé unos pequeños besos en su cuello, lo que provocó quejas de él.

-Si sigues así, sólo podré estar despierto- su bulto comenzó a crecer y yo lo sentía con toda plenitud- Hayley...

-Shh... creo que el conocerte tendrá que esperar- respondí entre besos, succiones y mordidas, Hunter emitia pequeños sonidos ahogados que me alentaban a seguir.

¿Qué más da si te acuestas ahora con él? Total, haz tenido sexo sin compromisos y ni te quejas...

-Me confundes de una manera- dijo y yo volví a acomodarme riendo- ya las pagaras.

-Si es como me lo imagino, entonces vale la pena el castigo- respondí e hice caso omiso a sus quejas.




Hayley Johanson... La reina del ring.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora