Victoria y orgullo.
Eso era lo que sentíamos mientras se celebraba nuestro triunfo en la gran final.
No había sido el final con sangre derramada, ni con mayor esfuerzo, y aunque algunos decían que todo estaba programado para que ganáramos fácilmente, Hunter y yo no hacíamos casos a los malos comentarios.
El premio millonario fue repartido mitad y mitad y depositado en nuestras cuentas bancarias respectivamente.
Además, nos llevamos dinero extra por ser los escogidos del público y por aumentar las ventas en la marca que hicimos publicidad.
-¿Lista?- preguntó Hunter a la vez que abrochábamos nuestros cinturones del avión, yo asentí y esperamos que la gran máquina se pusiera en marcha para poder respirar tranquilos.
-Igual me siento culpable el hacerte volver tan pronto- dije jugando con uno de mis anillos- perfectamente podríamos estar disfrutando de las playas y servicios del hotel...
-Vale más tu fiesta de graduación que cualquier cosa- dijo sonriendo- vaya sorpresa se llevará Mel al verte...
Sonreí. No podía esperar ver su reacción al verme preparada para la fiesta, siendo que supuestamente me la perdería por el torneo.
-Hay algo que debo decirte- dijo Hunter y yo no pude esconder mi cara de preocupación, mis manos se escondieron en los bolsillos de mi polerón, evitando así que viera mis temblores- me ofrecieron ser uno de los profesores vigilantes de la noche... y lo he rechazado.
No sabía que decir ni cómo actuar... realmente esperaba poder compartir al menos unos minutos de una fecha especial para mí con él, aunque claro, no podríamos actuar como pareja frente a todos en el Instituto.
-No soportaría verte de lejos y no poder acercarme y ofrecerte un baile- explicó sin mirarme, al parecer ser tan expresivo a veces le avergonzaba- menos tener que verte como bailas con otro chico, que le sonrías o aceptes esas mierdas de copas de ponche sin alcohol, pero a la vez me siento egoísta porque supongo que me quieres contigo y...
-Hunter...-llamé, pero él se rehusaba a mirarme- hey, mírame...
Me hizo caso y en sus ojos vi el torbellino de sentimientos por los cuales estaba pasando, esos que reconocía tan bien por haberlos vivido en carne propia- Nunca te obligaré a hacer algo que te complique, y realmente entiendo como te estás sintiendo al tratar de hacer las cosas bien y no fallarme.
No estoy enojada ni resentida, porque sinceramente creo que actuaría igual que tú- toqué su mejilla para tranquilizarlo- valoro realmente lo que estás haciendo ahora mismo, y es por lo mismo que te pediré quedarte en tu casa mientras yo estoy con Mel.
Besó mi palma reiteradamente y no dejaba que yo la quitara aunque le decía que sus besos me generaban cosquillas.
De un segundo a otro me quedé embobada mirándolo, sin dar crédito que el chico que estaba sentado a mi lado era mi novio y el mejor hombre que existía en el universo.
-Hayley, tengo una oferta que hacerte- dijo sonriendo lobunamente a lo que me hizo sospechar por donde iba la cosa- ¿Quieres irte a vivir conmigo?.
Reí aliviada, él había tocado el tema y ofrecido un techo bajo el cual vivir, y no había tenido que ser yo la que se lo pidiera.
-¿Crees realmente que sea buena idea vernos todos los días, a cada hora?- pregunté bromeando y él siguió el juego.
-Sé que no te cansas de mi, preciosa- dijo altanero- además, no nos veríamos tantas horas...
-¿A no?- dije cruzándome de brazos y recargándome en la pared del avión.
-No... cuando estemos durmiendo no nos veríamos- respondió y yo negué sonriendo mientras él reía.
💣
Toqué el timbre tres veces de su casa y nadie se dignaba a abrirme.
La llamé cinco veces y no contestaba, por lo que decidí volver derrotada hasta mi casa.
-Lo siento, estaba en la ducha- se disculpó mi amiga antes de procesar que era yo quien estaba al frente de ella- MALDITA SEA HAYLEY JOHANSON...
Gritó antes de lanzarse a mis brazos, por suerte estaba en bata o su toalla ya estaría en el piso.
-Grandísima idiota, pensé que la había cagado con algo al ver que no contestaste mis mensajes- lloriqueó en mi hombro- si incluso le mandé pantallazos de nuestra conversación a Gabriel, para que me ayudara a comprender el que me estuvieras ignorando.
-Estaba en el aeropuerto, si te atendía ibas a descubrirlo y quería sorprenderte- dije y ella me abrazó más fuerte.
-Por suerte no me había maquillado o mi cara estaría arruinada- comentó soltándome al fin- Pero... si estás aquí, el torneo...
-Ganamos, lo van a trasmitir en unas horas- expliqué y ella brincó de alegría.
-Ha sido la mejor sorpresa de la noche, y aunque no quiera dejarte, debo hacerlo o me resfriaré- dijo subiendo las escaleras para continuar su baño, mientras que yo la esperaba acostada en su cama, teniendo precaución de que mi vestido no se arrugara.
De pronto me encontré buscando cambios en la decoración, habían fotos pegadas nuestras en un rincón de la pieza y con luces, pero lo que más me sorprendió ver un bolso negro mío aquí, siendo que no lo había prestado antes de irme.
-Estoy lis- Melissa dejó de hablar cuando me vió abriendo el bolso- Hayley, te lo explicaré...
-Mel, dime porqué hay bolsos míos aquí con mi ropa en su interior... tres segundos- dije mirándola enfurecida, sólo quería confirmar lo que yo ya suponía e ir donde esa mujer y encararla.
-Esa mujer y su hija me los vino a dejar al otro día de tu partida, le pedí entrar a tu cuarto y sacar el resto de tus cosas al menos... ellas me lo permitieron y traje todo con ayuda de Gabriel- dijo apenada, ella no era de las personas conflictivas y menos que hicieran vista gorda a mi relación con esas dos mujeres- no hagas nada estúpido Hayley, y menos hoy que es nuestra noche.
-Las encararé, prometo hacerlo, pero no hoy- dije sonriendo un poco para tranquilizarla- vine por ti y para crear un recuerdo inolvidable.
La noche siguió normal, conversando de todo aunque Hunter era lo principal.
Luego me comentó que Gabriel nos llevaría y que habían iniciado una relación más intima aunque sin nombre, por lo que la felicité y prometí darles su espacio.
A veces creo que Hunter lo único que hizo fue venir a mi mundo y ponerlo de cabeza, todo había cambiado ante su llegada, como si mi vida viniera con títulos que dijeran "antes", "durante" y "después.
Me sentía distinta en esta etapa, como si el universo hubiese planeado todo para hacerme madurar, y darme la oportunidad de por fin poder decir "soy feliz".
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Hayley Johanson... La reina del ring.
Short Story"Todos aquí tenemos algo en común... Estamos hechos para pelear"