Anahí, Christian, Alfonso, Dulce María, Maite, Christopher, ¡Todos ellos son, RBD!.
La historia comienza, en una gira por Sur Ámerica.... Amor, desamor, peleas, felicidad, tristeza. Cada uno debe de luchar por sus diferentes sueños, cada uno deberá...
Teníamos toda la mañana bailando y preparando nuevas coreografías. Estaba completamente exhausta, nuestras vacaciones habían sido largas y sin presión alguna.
Los chicos sudaban cuál constructor, Maite y Dulce jadeaban tratando de recuperar el aire y yo bueno, como siempre quedaba prácticamente muerta.
-Mi amor, no seas chillona- se burla Dulce, desde su lugar detrás de Maite. Ambas comenzaron a reírse de mí. Mi ceño apareció por mi rostro, ignorandolas por completo.
No me sentía de ánimos, no quería que bromearan conmigo, ni escucharlas reír. ¿Qué por qué estaba así?, muy simple... culpa de Pedro Damián.
Esta noche anunciaremos el fin de RBD, en una rueda de prensa en dónde todos estaremos, le daremos a conocer esto a los fans, y a las personas en general. Sacaremos un nuevo CD, y daremos nuestra última gira.
Pero lo que no me agradó de todo esto, es que Pedro dice, que como son los últimos conciertos, al final de cada uno de ellos. Debemos besarnos con los chicos, para complacer por última vez a los fans. Odiaba la idea, no quería ver a mi Dulce, besando a Ucker, no quería presenciarlo, odiaba el sólo hecho de que estaba en los planes.
-No es para que te enojes así, ¿que pasa Any?- Maite se acercó tratando de comprender mi mal genio, ganándose así una de mis miradas asesinas.
-Pasa- la miré a ella y luego a Dulce- Que no quiero besar a Poncho, ni que Dulce besé a Christopher, ¿entiendes?.
-Any, estás acostumbrada a esto, la gira será pequeña... así que no te esponjes.
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-Mi amor, May... tiene razón, es mejor no dejarnos llevar por esto, ya acabará todo y no tendré que besarlo nunca más.
-¡Claro como a ti te vale!... tú feliz, ¿no?- la ataqué con mi mirada, recibiendo de su parte un suspiro.
-No es eso, es sólo que no nos queda de otra....
Sin dejarla terminar de hablar, tomé mi toalla y salí de la sala de baile hecha una furia. Tanto por dentro como por fuera, mi enojo, mi rabia, se hacía relucir de la peor manera posible.
¿Por qué entre más intentas calmar un sentimiento menos puedes?. ¿Por qué no puedo ser como ella y valerme todo esto?. Nunca antes me había interesado besar a Poncho, es más... estaba tan acostumbrada que para mi era como el desayuno de cada mañana.
Pero las cosas han cambiado, él a cambiado, yo he cambiado. La confianza que una vez nos tuvimos desgraciadamente se vio afectada en todo esto. Éramos compañeros de casa, nos hablamos de buena manera, he incluso a veces seguía intentando tratarme como si fuera mi padre. Pero sólo hay algo en esto que es válido y que es un hecho, la amistad, esa magia que nos dejaba besarnos y hacer palpitar hasta el último corazón en los conciertos, esa magia se había perdido.
Su rencor, y su dolor es imposible que no sé llegué a notar en el escenario, un beso lleno de falsedad, y de repelo por parte de ambos. Si bien es cierto, el lado ciego de los fans, los hace creer otra cosa, los hace creer en cosas que no existen.