8-Me enloquece.

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-Extraño tú piel, tú olor, eres tan suave Dulce, me vuelves loco.

-Ramiro....- respiré profundo alejandolo de mi- ¡Basta!,  por favor vete- dije mirándolo a los ojos- Si Anahí... me ve contigo me mata.

-¡Por favor!- sonríe- Aún no tienen nada, se muy bien que están jugando a las amiguitas.

Habían pasado ya dos meses desde el último incidente en el hospital, desde ese día no volví a beber alcohol, y desde entonces me he tomado un descanso merecido. Nunca había recurrido  a un acto tan estúpido he idiota, un acto cobarde. Siempre he sido una persona a la cuál le gusta luchar sus batallas y salir vencedora de todas ellas, pero el problema es que la ebriedad, domina tú cuerpo y no te das cuenta, llevándote a otro nivel.

Mi dolor de ver a Anahí apunto de casarse, ese dolor de saber que jugó conmigo y más el sufrimiento que llevaba adentro, eso me hizo explotar de la peor forma, había llegado a mi límite. Desde esa vez en el hospital, Anahí y yo prometimos empezar de cero, siendo sólo amigas, recuperando la confianza, y rehabilitando nuestro amor.

-Debes irte- lo señalé- Me vas a meter en un problema con Anahí.

-¡Por favor me parece ridículo, eso de sólo amigas!... nosotros también podemos ser amigos.

Estaba comenzando a perder la paciencia, así que sin poderlo evitar me puse de pie, y me coloqué una bata dispuesta a que si él no se va, entonces me iría yo.

-Quédate ahí, ya me voy- dice negando con la cabeza- Hablamos luego- lo miré cruzada de brazos, completamente confundida. No entendía como había pasado de ser el chico dulce, y adorable a ser este completamente diferente.

En realidad cuándo conocemos a una persona, sólo vemos una parte de ellos, la parte buena, que es con la que nos sentimos atraídos, ya sea en plano sentimental o en el de amistad. 

¿Quién nos garantiza que esa persona es así cuándo se encuentra completamente sólo?, no hay nada que lo haga, y nos exponemos a personas tóxicas, hipócritas, mentirosas. Que nos dan una cara, pero que en realidad tienen otra muy, muy diferente.

Normalmente estas son las personas que llegan a llamar grandemente la atención, nos muestran un lado tan atractivo, que se nos es difícil pensar en que sería imposible una traición, o un mal trato por parte de él o de ella, en pocas palabras, nos creamos en nuestra menté un ser distinto a lo que en realidad es.

Es ahí cuándo cualquier error por mínimo que sea, nos destruye y nos hace sufrir a gran magnitud, dejándonos ver los defectos tan visibles que está frente a nuestros ojos pero que nos negábamos a ver, cayendo la venda, dejándonos ser libres.

-¿Dul?- sonreí en cuánto la miré acercarse a mi con su bikini blanco, luciendo su tan perfecto cuerpo- ¿Estás bien?- ella se sienta a mi lado y me estudia con sus ojos- Te ves tensa, ¿qué pasa?.

-Ramiro- dije suspirando.

-¿Qué pasa con él?- sonríe y toma mi mano.

-Estuvo aquí conmigo.

-¿En el club?- abre los ojos y frunce el ceño- No lo vi.

-¡Porque lo eché, no quería que lo vieras conmigo!- me lancé a ella y la abrace- Te amo demasiado, como para dejar que pienses otra cosa.

-Primero que todo yo también te amo demasiado, segundo... gracias por decírmelo- toma mis mejillas y hace que la miré- No estoy molesta, se perfecto que él te está rondando... Ramiro, te ama, y bueno es difícil dejarlo de hacer. Lo entiendo Dul, pero él también tiene que entender que tú y yo estamos tratando reencontrarnos... pero sobre todo tiene que entender que nos amamos.

RBD... Una nueva historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora