RBD... Una nueva historia de amor.

1-¿Debo dejarte ir?

*DULCE*

-Dulce, ¿cómo te sientes?.

-¿Cómo crees, Chris?, estoy pagando el precio.

Dos años de relación con Anahí, para muchos será un lapso de tiempo no muy largo, y para otros una eternidad. Para mi, esos dos años fueron los mejores y los peores, ¿alguna vez han hecho algo que no querían hacer, pero que al final lo terminas haciendo?, justo así me siento, perdida en la nada y sin nadie que me salve.

Enamorada, sola y derrumbada. El saber que yo fui la causa de esto me mata día tras, día. Chris, dice que las cosas suceden por algo, que nada pasa por casualidad. Pero el miedo, me llevó a cometer actos idiotas, actos que hasta el día de hoy me duelen. 

Hoy hace cuatro años de la desintegración del grupo, y dos años desde esa noche en que la vi frente a mí por última vez. La vi llorar, suplicar, la vi humillándose ante mi, ante mi estúpido y cruel corazón.

Pensé que ella siempre estaría para mi, que podía cometer mil atrocidades y que de igual manera la tendría conmigo. Que equivocada estaba, si pudiera retroceder el tiempo, si pudiera hacer las cosas bien, y dejar la cobardía a un lado.

-¿Estás lista?- miro a Chris y niego con la cabeza.

-¿Cómo estar lista para ver a Anahí, después de tanto tiempo?.

-Debiste decir no a la entrevista.

-Dije que sí, porque pensé que Anahí no iba a asistir, solamente tú, Maite y yo, los demás se negaron al reencuentro en ese programa, juré que ella jamás pisaría el mismo lugar que yo.

-No te queda de otra que ser fuerte, y tratar de lucir bien a su lado, la gente nunca supo de la relación, quedó sólo en las suposiciones de los fans.

-Sí, pero en mi cabeza sé que existió todo, y no sé... ¿cómo demonios verla a los ojos después de lo que le hice?.

-Dulce, ya pasaron dos años desde que rompieron, y sinceramente no creo que a ella todavía le importe.

-Sí, está muy feliz con ese idiota que tiene por novio, ¿no?.

-Pues sí.

-Esto es lo único que me queda de ella, este maldito papel que me hace maldecirme día y noche.

Tras un suspiro perdido en el aire, saqué de mi bolso negro un pedazo de papel gastado por el tiempo, y algo roto en los bordes. Olía a viejo, a las ruinas de lo que alguna vez fue nuestra relación, olía a esas cenizas que el viento se llevó, dejando sólo mi dolor.

La abrí para enseñársela a Chris, pero primero la leí una vez más, sólo para recordar el porque la perdí, el porque a todo esto.

Recuérdame cada mañana al despertar que mi amor por ti no es suficiente. Que aunque yo lo entregué todo, todo no sería significativo para ti.

Recuérdamelo cuándo comience con mi vicio de mirarte como si fueras arte, como si fueras noche, como si fueras magia, que  jamás me darás una oportunidad, que jamás me amarás lo suficiente.

Recuérdame que soy invisible para ti. Recuérdaselo a mi corazón que jamás aprendió a dejar de sentir, recuérdaselo a mi amor que procura con todas sus fuerzas estar junto a ti.

Recuérdamelo aunque duela, aunque me haga sufrir.

Recuérdamelo hasta que mi corazón ya no tenga más fuerzas, hasta que mi amor, este amor terco pierda su razón de existir, y por fin, se deje morir al dejarte ir.