El Hombre Fantasma

X - La Fuga

Los enemigos parecían hormigas, aumentando cada vez más. En cierto instante, los magos, heridos y cansados empezaron a creer que perderían la batalla. Fue cuando una serie de aullidos resonó en el bosque, seguido de ojos brillantes destacándose en la oscuridad. Era la manada de Luna Negra llegando.

Los brujos que combatían a los soldados sintieron que los animales estaban de su lado, visto que atacaban a sus enemigos. Creyeron que debía de ser algún tipo de magia que algún mago estaba usando a favor de ellos. Las poderosas mandíbulas de los lobos dilaceraban las carnes de los soldados, entre gritos y gruñidos. Algunos se atemorizaron al ver a aquellos enormes animales rechinando los dientes en su dirección y huían. Otros intentaban combatirlos, sin éxito.

Los inquisidores se mantenían impasibles. Veían la lucha desde afuera, cobardemente, porque tenían miedo de la batalla y querían solamente coger los frutos de aquel ataque. Ellos, sentados en sus caballos a una distancia segura, usaban máscaras oscuras que cubrían sus rostros, para no ser reconocidos por sus enemigos.

Cuando la manada apareció, se asustaron. Pero confiaban en las armas de Dios y de la tropa. Así que Juan salió de la tienda, el halcón y el búho llegaron con un garañón blanco, el brujo, con el bebé envuelto en una manta de pelo de conejo, montó en el caballo y salió al galope, sin mirar atrás. Si luchase, pondría en riesgo la vida del niño. Ya había cometido ese error una vez en el pasado y no lo repetiría. Este era su prioridad en aquel momento. En caso de que algo ocurriese con aquella criatura, todo estaría perdido.

Klaus no huyera del campo de batalla. Enfrentaba a los magos con furia y sangre fría. Al depararse con el cuerpo ensangrentado de Elheonora en el suelo, pensó:

— Qué desperdicio la muerte de esta bella mujer. Después de eliminar a su marido yo ciertamente la desposaría. Pero no hay problema, conseguiré mujeres tan bellas como ella después que me convierta en el brujo más poderoso del mundo.

En seguida, asestó un último golpe en el pecho de ella con su espada, clavándosela en el cuerpo. Sentía placer con aquello, como si participase también de su muerte.

Tyrone, al avistar a Klaus delante del cuerpo inerte de la bruja, sonriendo victorioso, cogió una espada caída cerca de un soldado y se abalanzó sobre él.

— ¡Muere, traidor!

El brujo malévolo se defendió del ataque. En seguida, abrió la mano y le lanzó un polvo a los ojos de Tyrone. Aquello le dejó ciego. Klaus, aprovechándose de eso, le clavó la espada en el abdomen, asesinándole. El brujo sonrió satisfecho, al ver a su rival dejar de respirar.

— Nunca me gustaste. ¡Seré el nuevo líder del clan! Después acabaré con todos ellos, uno a uno — Pensó con una mirada sombría.

Lo que nadie sabía era que Klaus había recibido un don de las tinieblas: era capaz de absorber la energía mágica de los brujos que él y su Doppelgänger mataban. Después de aniquilar a sus víctimas, Klaus las tocaba en el pecho en la región del corazón y absorbía su magia. Así se hacía cada vez más poderoso.

En el calor de la batalla, Agathor fue salvado varias veces por Luna Negra, que atacaba a los soldados con sus dientes afilados. De todas maneras, al ver a Elheonora ser muerta a algunos metros delante de él, perdió la noción. El mundo le quitó lo que más amaba.

Tomado por el dolor, se arrodilló, mientras Luna Negra le protegía. Lágrimas cayeron de sus ojos y pensó en su hijo Phillip, que le necesitaba. Aquello pareció darle un nuevo ánimo. Los lobos intentaban combatir ferozmente al Doppelgänger, pero este parecía ser hecho de niebla.

Klaus se abalanzó sobre Agathor con su espada saltando sobre los cuerpos sucios de tierra y sangre que estaban esparcidos por el suelo. El Rey de los Magos consiguió herir al brujo sombrío en el brazo. Después cogió su bastón, absorbió la energía de la Luna y lanzó un poderoso rayo contra Klaus, que cayó desmayado.