XII - Peligro en las Sombras

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Klaus volviera a Italia y conquistara poder, día a día. Pero algo aún le incomodaba: la falta de un artefacto mágico que pudiese ayudarle a dominarlo todo, incluso que le permitiese controlar a la Iglesia... El libro de las Almas... Él tenía que saber dónde aquel artefacto estaba... Aunque tuviese que recurrir a la magia sombría para encontrarlo.

Fue así que, en una noche de Luna llena, escondido en un castillo abandonado, Klaus preparó un círculo de piedras. Se colocó en el centro, sentado frente a un cristal en forma de pirámide, e invocó el poder de las tinieblas, haciendo que nubes negras empezasen a cubrir los cielos, llenándose de rayos y truenos.

"Cristallo magico, mostrami la luce". (Cristal mágico, muéstrame la luz).

Y así que el cristal empezó a brillar, intenso, rojo, indagó:

— ¿Dónde está el Libro de las Almas? — Klaus clamó, para que la magia le mostrase la verdad.

Un reflejo se formó en las caras de la pirámide cristalina. Pudo ver la imagen de un niño, que él ya conocía, junto a un viejo mago. Klaus estaba seguro de que aquel era Juan. La visión se apartó, mostrando una caverna escondida entre las montañas de la región germánica, cerca de la Floresta Sombría. Volvió a mirar otra vez al viejo mago, la caverna y con él la revelación que más anhelaba — el libro que, en aquel momento, estaba abierto. Sus ojos casi saltaron de las órbitas, de sorpresa y codicia. El libro emitía un brillo peculiar, de pura magia.

— ¡No puede ser! Entonces el libro siempre ha estado con Juan, como dijeron en el cónclave. Los lobos aún no se lo han comido... Y tiene bajo su custodia no sólo el objeto por el cual daría mi vida, sino también a aquel niño llorón, el hijo de Agathor. Entonces fue él quien huyó con el pequeño. ¿Pero, por qué? Necesito descubrir el motivo de eso.

Cerró los ojos y dijo algunas palabras mágicas, mientras el Doppelgänger se materializaba frente a él. Después de forzar durante un cierto tiempo, Klaus despotricó, ya que ninguna otra visión se manifestó. El poder sombrío de la ceremonia se disipó en un grito, dejándole aún más intrigado. Se giró hacia la criatura sobrenatural y dijo, determinado a resolver aquello de una vez por todas:

— Ve ahora a la caverna del mago y destrúyele junto al niño. ¡Después tráeme el libro!

***

El mago en su caverna sintió la presencia del mal así que este surgió. Cogió el libro con sus manos para protegerlo cuando sintió que alguien le observaba. Un escalofrío le subió por las entrañas. Estaba seguro de que estaban corriendo peligro.

Cuando menos se lo esperaba, el Doppelgänger apareció en la caverna, frente a sus ojos. Fue el tiempo de que el mago lanzase un hechizo de protección, creando una redoma que les envolvió a él y a Phillip, antes de que la criatura atacase. Incluso así, esta intentó penetrar en la barrera, golpeando con las dos manos varias veces, las uñas largas pareciendo navajas. Juan luchaba para mantener el bloqueo, pero ya estaba perdiendo las fuerzas, aquel ser era demasiado poderoso. Fue cuando una niebla de magia empezó a envolver la protección que el mago creara y los ojos del niño brillaron, anaranjados, iluminando la caverna como fuego. Inmediatamente, el Doppelgänger sintió su espíritu arder y algo quemarle; percibió que una llama, del mismo color de los ojos del niño, había empezado a consumirle y si no huyese, sería destruido. Por primera vez sintió miedo, pues nada ni nadie osara enfrentarle hasta entonces. La luz se intensificó y ahuyentó al monstruo que desapareció, cortando el aire con un grito que resonó por el bosque.

***

En el círculo de piedras, Klaus sintió un dolor en el corazón, como si hubiese sido alcanzado por un golpe fuerte. Se puso la mano en el pecho y miró a los lados, intentando entender lo que había ocurrido.

"¿Será que alguien había lanzado algún hechizo desconocido sobre él?

Como respuesta, solamente el silencio.

***

En la caverna, después de enfrentar a aquel monstruo, Juan pensó:

"No puedo quedarme aquí ni un minuto más. Ahora ellos saben sobre el niño y no tardarán en encontrarnos para acabar con la vida del único sobreviviente de aquella masacre. ¡Y qué poder el pequeño tiene! Nunca vi tamaña fuerza, capaz de luchar contra seres espirituales. Tengo que enseñarle a usar este don con sabiduría."

El Doppelgänger reapareció, asumiendo la forma de Klaus. Parecía que el brujo veía a un hermano gemelo en el espejo. El brujo le miró y la cara de la criatura era de dolor. Estaba herido, con la mano sobre el pecho, que soltaba un humo negro como si quemase. La entidad susurró algo y Klaus respondió, asustado con tamaño poder:

— Si aquel mago tiene el poder de herirte a ti, una criatura de las tinieblas, debe ser muy poderoso. Por eso sentí aquel dolor en el pecho. Como tú eres parte de mí, es como si yo hubiese sido atacado también.

— ¡Fue el niño quien me atacó! — Replicó el Doppelgänger asustando al brujo.

— ¿Qué? ¿Un simple pequeñuelo con el poder de atacar a un ser como tú? Nunca imaginé... — reflexionó por un momento antes de hablar — tengo que poner las manos en aquellos dos. Vamos a cazarles y destruirles, después absorberé sus poderes. Necesitamos viajar lo más rápido posible y cazarles hasta el infierno si es preciso. ¡Todo ese poder será mío! ¡El mundo no será suficiente para nosotros!

 ¡Todo ese poder será mío! ¡El mundo no será suficiente para nosotros!

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