Juan intentaba mantener los párpados abiertos porque sabía que el enemigo llegaría, pero tomado por el cansancio durmió profundamente. La Luna estaba llena y la madrugada silenciosa. Él había salvado al niño, además de proporcionarle un hogar donde tendría educación y cariño.
El mago empezó a soñar. Se vio en el palacio del Rey Albert y no entendía por qué volviera. Observó a un joven, frente a él, luchando con un soldado. En un primer momento, no le reconoció, pero identificó asustado la espada, por los gravados que poseía en el mango: era la Furia de la Noche. Fue a partir de ahí que reconoció a su portador. Era Phillip, ya un muchacho, entrenando con el capitán de la guardia real, aprendiendo a defenderse de los golpes. El mago se sintió feliz con aquella escena y le sonrió al chico, que le miró saludándole.
De repente, algo parecía equívoco. Phillip se puso serio y la sangre comenzó a resbalar por su boca. Juan miró hacia el pecho del muchacho y, asustado, percibió las garras del Doppelgänger atravesándole. La cabeza de la criatura surgió por detrás del chico, mirando a los ojos al mago. Juan despertó aterrorizado, levantando la espalda de la cama.
El mago rápidamente miró la espada de plata que estaba a su lado, junto con el cayado. Se levantó y sujetando el bastón, lo utilizó para reflejar la luz de la Luna, que adentraba por la ventana. Buscó seres sobrenaturales por todas partes, sin éxito. Fue allá afuera y nuevamente pasó el haz de luz que el artefacto emitía por la región y vio que no había nadie.
— Tengo que guardar esta espada con todas mis fuerzas para entregársela a Phillip cuando se convierta en un joven.
Esta podría echarlo todo a perder, si cayese en malas manos. Aunque hubiese la oportunidad de que el brujo sombrío se transformase en un ser inmortal en caso de que cogiese el libro, el mago sabía que la espada tenía el poder de destruir cualquier ser sobrenatural si fuese clavada directamente en el corazón del enemigo. Por eso, debería ser entregada al niño cuando tuviese la edad suficiente para saber cómo utilizarla. La espada siempre tendría el poder de destruir a Klaus.
Juan se levantó, cavó un agujero al pie de un árbol en el bosque y escondió la espada. En cuanto al cayado, decidió que se encargaría de él.
Lejos de allí, Klaus decidió que era hora de partir en busca de su objetivo. Penetró en su portal con el cuervo en el hombro y apareció del otro lado, en la Floresta Sombría, cerca del gran roble donde sucediera la reunión trágica. El Doppelgänger entró inmediatamente después de él, apareciendo enseguida en el lugar del Cónclave. Klaus paró en aquel sitio, miró a la Luna y sonrió. Recordó las muertes, las personas gritando, víctimas de su ardid. Se acordó de todo el poder que había conseguido allí.
El brujo llamaba a la criatura de Fratello, que significa hermano en italiano, porque la consideraba parte de sí.
— ¿Estás viendo Fratello? Este fue el lugar donde conseguimos matar a los mayores magos del mundo. Sus seguidores se quedaron sin los principales jefes y ahora será más fácil aniquilarles a todos. Seré el mayor y más poderoso mago de este mundo.
La criatura se transformó en la forma gemela de Klaus y dijo con una voz monstruosa, pasándose los dedos sobre los labios:
— Aún siento el sabor de su sangre en la boca.
— En breve tendremos el poder de todos los demás brujos para saciar nuestra hambre. Ahora es hora de actuar. ¿Dónde estará aquel mago de los infiernos? En mi visión estaba en una caverna en lo alto de una montaña, aquí cerca. Vamos a acampar esta noche y mañana temprano empezaremos nuestra cacería. Quiero aquel libro para mí. ¡Será mío!
Su doble sonrió con los dientes puntiagudos, porque ya había estado en la caverna y conocía el camino.
Por la mañana, el replicante fue delante y no encontró a Juan en la gruta. Empezó a volar sobre la montaña en la búsqueda de alguna señal del mago. El cuervo también escudriñaba los cielos en busca de pistas. Juan sintió su presencia, vistió su manto gris claro desgastado, cogió el cayado y se preparó para lo peor. La confrontación no tardaría en ocurrir, pero él evitaría al máximo que el libro fuese encontrado. Por eso, lo escondió en la pared de la cabaña haciendo un hechizo. Decidió que no esperaría la llegada de Klaus. Emboscaría al brujo y a su monstruo en la montaña. Pasó el dedo delante de sí en el aire y entró en la abertura que creó para ganar la travesía. Con el uso constante de los portales de transporte, Juan volvió a dominar la magia con pericia.
La criatura se cruzó con el lobo negro que se dirigía a la caverna, yendo al encuentro del mago. Luna Negra le mostró sus colmillos rabiosos al monstruo que le encaró de vuelta, con los dientes afilados como sierras. El lobo anduvo alrededor de él y este le mostró sus garras cortantes. Klaus subía la montaña inmediatamente detrás de ellos, pues quería buscar el libro en la caverna.
— ¡Espera, Fratello! — Dijo Klaus al sorprenderles en una confrontación inminente. — Nosotros no queremos luchar con lobos. Nuestra presa es otra. ¿Por qué perder el tiempo?
El lobo caminó alrededor de ellos y se preparaba para llamar a la manada pero, viendo recular a los enemigos, también decidió retroceder para encontrar al mago Juan. Cuando
los enemigos se habían ido, otros ojos amarillos iluminados por la luz de la luna aparecieron en medio de un arbusto, era un lobo blanco que parecía conocer a Luna Negra. Se miraron y, súbitamente, la fiera de pelaje albino se transformó en forma humana. Era el mago en su disfraz animal que se preparaba para el combate. Extendió el brazo derecho, lo giro en el aire y atrajo hacia sí el cayado de poder. Los dos fueron a la caza de sus enemigos. El encuentro sería inminente.
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El Hombre Fantasma
FantasiDUOLOGÍA COMPLETA - Philip es un joven mago impetuoso que nace para salvar al mundo de la destrucción. El mago Klaus que ayuda a los inquisidores a encarcelar a los magos, quiere dominar el mundo de los vivos y el de los muertos. Klaus se vuelve inm...