DUOLOGÍA COMPLETA - Philip es un joven mago impetuoso que nace para salvar al mundo de la destrucción. El mago Klaus que ayuda a los inquisidores a encarcelar a los magos, quiere dominar el mundo de los vivos y el de los muertos. Klaus se vuelve inm...
En medio del caos de las discusiones, que se volvían cada vez más acaloradas, Tyrone lanzó su mirada sobre los miembros del cónclave y dijo:
— Sólo hay un hombre con poder suficiente para enfrentar a los inquisidores: el mago Juan Hotts.
— ¿Pero no está muerto? — Preguntó alguien.
— No. Dicen que vive aislado del mundo desde su última batalla contra las fuerzas de la inquisición. Cuando se vio cercado por soldados que querían quemar su aldea, creó un remolino que dejó un rastro de destrucción, acabando con todos sus enemigos. Sólo que tal acto le dejó tan débil, que no consiguió impedir que su mujer e hijos fuesen muertos por un pelotón que llegó momentos después, atraído por el caos de la batalla. — Respondió Tyrone.
Algunos miembros de la reunión se quedaron turbados con aquella historia trágica. Otros no se creían que pudiese existir un ser tan poderoso.
— Sus ojos, llenos de lágrimas, se despidieron de los cuerpos de su familia, que yacían inertes en el suelo, mientras las cuerdas de los soldados le prendían — continuó Tyrone. — En aquel instante, Juan había muerto y solamente el deseo de venganza le mantuvo en pie. Después huyó de la prisión y desde entonces vive escondido en las montañas.
— Esperó pacientemente el día de su muerte en la hoguera, y cuando los soldados fueron a buscarle, usó un poderoso hechizo de posesión para dominar la mente de un soldado, haciendo que este atacase a sus compañeros. Hubo una gran confusión que Juan aprovechó para escapar. Después de eso, nunca más se oyó hablar de él. — Respondió Tyrone.
— Creo que es un caso perdido. Tal vez haya muerto. Dicen que Juan vive en las montañas como un eremita y aquella región está llena de lobos feroces. No sirve de nada que depositemos nuestras esperanzas en él. Ya que he percibido que todos vosotros queréis la guerra, entonces tenemos que unirnos y montar una fuerza operativa de brujos para alcanzar a los inquisidores y eliminarles antes de que se esparzan por todo el mundo — comentó Agathor, sintiéndose vencido y mirando con tristeza a su esposa, pues sabía que, al ir al calor de la batalla, estaría lejos de ella.
El asunto estaba resuelto. Los magos entablarían una batalla contra los inquisidores e infiltrarían miembros brujos entre sus verdugos para saber más sobre sus planes. Todos se quedaron callados después de tan tenebroso e impostergable veredicto, pensando en los tiempos difíciles que se aproximaban. El Jefe de los Magos iba a dar la reunión por terminada cuando un hombre se levantó nuevamente, quebrando el silencio, llamando toda la atención hacia su decrépita figura.
— ¿Alguien sabe por dónde anda el poderoso mago? ¿O la montaña dónde prepara su sepultura? — Preguntó Klaus, con una mirada curiosa — Me dijeron una vez que su poder venía del Libro de las Almas, aquel que fue escrito por los más poderosos magos ancestrales y guarda la sabiduría de todos los siglos de la existencia humana. ¡Dicen que quien posea el libro será el hombre más poderoso del mundo! — Sus ojos brillaban de codicia — Este enseña cómo hacer el hechizo de la inmortalidad. ¿Imaginan señores, cómo sería vivir para siempre?
Tyrone le miró con aire de sospecha y preguntó:
— ¿Cuál es tu interés en esto, Klaus? ¿Acaso deseas ser inmortal? Tú deseas la guerra, el libro y ¿qué más?
Klaus no respondió y se giró hacia el jefe de la reunión, que continuó diciendo:
— Juan desapareció. Tal vez haya muerto devorado por los lobos. Si estuviese vivo, lo sabríamos... Un mago tan poderoso como él emanaría mucha energía, permitiendo que descubriésemos su localización. Yo conseguiría sentir su presencia a kilómetros de distancia... — El Rey Mago dudó antes de concluir su raciocinio — Pero admito que el libro sería una adquisición interesante para ayudarnos en esta lucha. De todas maneras, también podría destruirnos en caso de que cayese en malas manos. Mejor que haya desaparecido junto con el viejo mago — Agathor finalizó el asunto.
Klaus convino, con una falsa sonrisa en el rostro. Por dentro, pensaba:
— Si yo consigo poner las manos en ese libro, puedo invocar poderes que me harían el hombre más poderoso del mundo. ¡Y cómo sería bueno vivir para siempre conociendo los secretos de la humanidad! Podría incluso dominarla. ¡Tengo que descubrir dónde está el Libro de las Almas!
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