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―Rogue-sama no puede hacerlo.
―Gastarás todo el dinero si sigue jugando.
― ¡Cállense, puedo hacerlo! ―Rogue exasperó por la falta de esas dos chicas de apoyo emocional, si no iban a animarlo, mejor que se fueran y lo dejaran solo compitiendo con ese niñito a su lado. Aquel mocoso lo desafió a jugar un partido amistoso en la consola de videojuegos, una PS4 para ser más claros. Todo comenzó al pasar detrás de ese niño que jugaba tranquilamente, a lo que Rogue desvió la mirada a la pantalla, burlándose con sutilidad, comentando que hasta el idiota de Sting le ganaría al mocoso.
El niñito de diez años lo desafió, si estaba perdiendo era porque jugaba contra la máquina para poder entrenarse y subir su nivel.
Se encontraban en una pequeña feria tecnológica recientemente instalada para atraer a los amantes de la misma, a gente curiosa y a los que desean divertirse. Rogue prefirió no llevar a ninguna a beber, más por Juvia. Tenía entendido que Sting saldría con Lucy a un bar.
― ¡Gooool! ―festejó Cheney. Ambas mujeres se dieron cuenta que tendría para mucho tiempo más acá, decidiendo caminar solas a la sección femenina, hasta había un puesto exclusivo de maternidad.
―Deberías comprar ya sostenes para la lactancia. ―le dijo Yukino.
―A lo mejor Gray se hará cargo de eso ―dijo riendo, imaginándoselo comprar en plan de nervioso y asustado sin entender lo que estaba haciendo. Gray deberá interesarse más por las cosas del bebé, las de ellas las comprará ella misma―. A Juvia gusta esa mochila para transportar a su bicho.
―Es muy bonita ―los labios de Yukino se surcaron indicando otro objeto más grande―, ¿qué tal esa mecedora?
―No lo sé... ―se cruzó de brazos analizando si necesitaría una mecedora para su bebé, desviando la vista azul a unos frasquitos mágicos para ella― ¡Yukino-san! ¡Cremas antiestrías! ―ahora que las miraba, nunca se le pasó por la cabeza esas consecuencias en su piel. Debía comprar dos, le aparecieron unas blanquitas líneas en su pancita de tres meses, no se notaban del todo, pero Juvia quería prevenir a que se expandieran. Ni hablar de las estrías rojas, aunque genéticamente su madre no las tuvo, por lo tanto tampoco las tendría.
También compró cremas corporales para reafirmar la piel. En ese instante, tuvo una pequeña molestia en su estómago que subía por la garganta. Apretó los ojos con fuerza, Yukino la miró preocupada.
― ¿Juvia-san?
―Estoy bien... ―dijo tomando aire calmada, abriendo los ojos― Sólo fue una pequeña nausea.
―Parece que tus síntomas han disminuido, ¿no?
―Un poco, sólo a Juvia le molesta los olores.
―Aquí no hay pescadería, así que estarás segura. ―sonrió y las dos rieron, comenzando a caminar. Juvia iba feliz con su bolsa de cremas especiales para embarazadas.
―Yukino-san, ¿cómo vas con el tema de tu hermana? ―mucho hablar de su bicho, era momento de cambiar y preocuparse por su amiga.
―Muy bien ―expresó contenta―, dijo que vendría a verme el mes siguiente.
―Es una gran noticia, Juvia tiene muchas ganas de conocer a la hermana mayor de Yukino-san. ―cerró los ojos surcando la boca, demostrando su alegría de buena amiga. Yukino asintió en no ser problema de presentarlas, se sentía aliviada de que por fin su testaruda hermana cediera a reencontrarse a tener una plática familiar.
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『Mi Mariposa Azul; Libro 2』«Gruvia; a.u»
FanfictionDespués de que Gray fuera a por Juvia a pedirle perdón por lo ocurrido en Akane Resort y comenzar una linda relación de cuatro años, ambos deciden vivir juntos. Todo marcha bien, Gray le pide matrimonio y Juvia acepta, aún sin una fecha, ya que sus...