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Gimió entre dientes frotándose los ojos con las manos, sintiendo la luz del sol entrar por las ventanas y a través de las cortinas.
A una semana después del nacimiento de Storm, en el hospital les dieron el alta para llevarlo a casa, bueno, departamento. Los abuelos maternos del pequeño se hicieron presentes en el hospital al minuto en que las malas noticias del fallecimiento de su hija les fueran anunciadas. No llegaron antes durante el parto, porque Julia les pidió no visitarla para no encariñarse con Storm. Quisieron respetar las palabras de su hija, doliéndoles no poder conocer el rostro de su único nieto.
Sólo el rostro.
Gray fue amable y se los presentó. Les prometió cuidar con su vida a Storm, no le faltaría nada, crecería en una gran familia; con padre y madre y con un hermano mayor. No les dijo nada más acerca de Julia, ellos no sabían nada de los últimos dos meses de embarazo. Sólo Brandish y él lo sabían.
El primer día que llegaron al departamento fue a hablar con Brandish sobre el asunto. Era delicado, no lo hablaría frente a Juvia, aunque un día tendrá que contarle.
Ella lo recibió seria, invitándolo a pasar. Estaba sola, podía tomarse el tiempo que deseara.
Gray no tenía mucho, no quería que Juvia sospechara cosas indebidas...
Brandish lo esperó de pie, cruzándose de brazos. Su recado hacia Mest era la señal para conversar: "Púdrete". Aunque pudo haber sido otra.
― ¿No hay ningún cambio?
―Ninguno ―rectificó Brandish―. Decidió que el bebé viviera.
Julia no se retractó. A los siete meses le diagnosticaron peligro durante el parto, para ella y para el bebé. Muerte. Debía elegir, salvarse o salvarlo.
No daría marcha atrás, quizás abortando no estaría pasando por esa dura y difícil decisión de vida o muerte, ella seguiría viva. Pero pensar en matar a su hijo dos veces era demasiado cruel.
Sí, estaba asustada. Agradeció el gesto de Gray de estar con ella en el acto de parir.
Bostezó.
Decidió levantarse observando los dos corrales portables. Uno es el verdadero regalo de Mest, el saca jugos sólo era una broma.
Sólo Silver dormía. ¿Y ese milagro?
Sus labios surcaron con amor, con una sensación agradable al despertar y ver a su niño dormir tan placentero. De seguro comió.
Siguió caminando medio arrastrando los pies hasta la sala, viendo a Juvia sentada en el sofá con Storm en los brazos. De verdad lo ha aceptado. Posterior al día que Juvia lo amamantó por primera vez, se tomaron fotos con él, enviándolas a sus amigos para que lo conocieran.
Sonrió.
Una sensación de felicidad, de una familia feliz.
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―Mest-san, ¿dónde está Gray-sama? ―Juvia había tomado una siesta durante la tarde, ya eran las seis y él debería estar en el departamento. Por lo que sabe, Gray sale con Mest y avisa. No sale así nada más por poco importante que sea; entendía el necesitar espacio para despejarse y disfrutar, sin amarrarse a los deberes del hogar y la familia.
Lo primero que hacía Gray al llegar, era jugar con los niños y besarla.
Han pasado dos semanas en Londres, faltaban dos más para regresar a Japón, donde su amado esposo está actuando extraño. Distante. Frío. Irresponsable.
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『Mi Mariposa Azul; Libro 2』«Gruvia; a.u»
FanficDespués de que Gray fuera a por Juvia a pedirle perdón por lo ocurrido en Akane Resort y comenzar una linda relación de cuatro años, ambos deciden vivir juntos. Todo marcha bien, Gray le pide matrimonio y Juvia acepta, aún sin una fecha, ya que sus...