« (19) N A T S U »

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◊« Cierra mis ojos, abrázame fuerte, y entiérrame en lo profundo de tu corazón »◊

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― ¡Suéltenme! ¡Voy a matar a ese hijo de puta!

Gray hizo un escándalo en la habitación de maternidad de Juvia despertando a Silver, provocándole llantos sin frenos, obligando a la enfermera sacarlo con ayuda de Lyon y Lucy y otros dos enfermeros más. Estaba descontrolado sin preocuparse de su débil físico. Juvia lo entendía bien, Lucy sacó de la garganta lo que ocultaba en estos días, la muerte de Natsu.

El mejor amigo de su Gray, era como su hermano, y ahora no estaba entre ellos, en ninguno. Sólo en sus corazones desgarrados.

Juvia sostuvo con sus brazos cálidos a su bebé, hallando el modo de callarlo y volver al sueño con la presencia de su enferma, una vez sola. Oía los gritos de Gray del pasillo; pronunció en matar a esos tipos. Juvia no sabía, ni comprendía, pero no quería que Gray se ensuciara las manos. Sólo quería una explicación de lo que pasaba.

Minutos más tarde donde tuvieron calma y que el pequeño Silver descansara en la incubadora, Lucy pudo entrar, le tomaría quince minutos para responderle todas las dudas a su amiga, disculpándose por la escena. Gray ya estaba mejor, lo llevaron a su cuarto y conversaron. Él insistía en ir al funeral hoy, en silla de ruedas si era necesario.

En resumen, Gray irá al funeral en unas horas más. Sabe que Juvia no, lo mejor es quedarse a descansar y no pasar malos ratos, enfocarse en su bebé.

La mirada azul de Lockser descendió empuñando las manos contra las sábanas, así que el coche de dudosa procedencia de Natsu fue sacado de las carreras. Lucy no podía explicar bien la referencia de Zeref, de seguro Gray sabe más que todos.

―Juvia no le dio la oportunidad a Natsu-san de conversar...

―No Juvia, no te lamentes..., era entendible. ―le acarició las manos, uniéndolas, buscándole la mirada. Sonrió sincera desde su profundo corazón, conociendo perfectamente a Natsu, él no se fue con rencores. Se fue feliz, porque ella y Gray están juntos, eso era lo que deseaba para remendar su error.

―Lucy-san...

―Todos tenemos tristeza en estos momentos ―sus parpados comenzaron a ahogarse de lágrimas al igual que Juvia―, pero debemos sonreír. A Natsu no le agrada ver a la gente triste. De seguro quiere vernos sonrientes en su despedida..., aunque sea difícil.

―Juvia quiere ir también, pero... ―levantó la vista a la incubadora, al frente, no podía abandonarlo, y en su condición menos. Haría caso a Lucy.

―Bueno, también hay algo más, a nadie le he contado ―soltó las manos de Juvia, era a la única persona que le confiaría su secreto, la cual ya no sería durante las últimas horas aproximadas. Acomodándose en el asiento, posó una palma bajo el vientre―. Espero un hijo de Natsu.

― ¿E-E-Estás...?

―Embarazada, sí. ―surcó los labios. Su bebé no era planificado, mucho menos al haber terminado con Natsu. Confiaba que él se hubiese hecho cargo, mas no juntos. De ahora en adelante la tendría difícil, contando con su familia y sus amigos. Amaría a su hijo más que nada en el mundo, le contaría historias de su padre, cómo lo conoció, cómo era de divertido, cómo era llamado por su mejor amigo..., le contaría tantas cosas...

Sus quince minutos terminaron levantándose del asiento. Le dedicó una sonrisa a Juvia. Cuidaría de Gray, no lo dejará salir de sus casillas. Del hospital al funeral y del funeral al hospital. Lo tendría de vuelta lo antes posible para seguir disfrutando de su reunión, y que Gray tenga más tiempo de apego con el bebé.

『Mi Mariposa Azul; Libro 2』«Gruvia; a.u»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora