Capítulo 3

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Iria se encontraba sentada frente a su escritorio revisando las fotos de su cámara para escoger las mejores. De repente, su madre irrumpió en la habitación llamando en la puerta, la cual estaba abierta de par en par:

-Mira mama, ¿no son bonitas las rosas del jardín? -le dijo Iria mostrándole la cámara.

-Sí que lo son. Oye... hija... venía a decirte si nos harías un favor.

-¿Cuál?

- Verás, esta noche nos reuniremos en una cena con los Larsson y han oído hablar mucho de ti y queríamos presentarte. De paso podrías hacer algunas de tus fotos o algo...

-¿Los Larsson no son los amigos de papa? ¿Esos que son de la empresa aliada?

-Sí, ellos mismo. Además, tienen una hija de tu edad, seguro que os llevaréis bien.

Al escuchar aquello, Iria se entusiasmó. Adoraba conocer gente nueva:

-Está bien mama, iré.

-Muchas gracias hija -le dijo su madre dándole un cálido beso en su cabeza- A las ocho te quiero lista, y por favor... ponte elegante.

-Sí... tranquila, me pondré el vestido que me comprasteis el mes pasado.

-Está bien.

Su madre salió y ella esperó un poco antes de arreglarse. Colocó todas las cosas de su cámara en una mochila un poco vulgar, se vistió, se peinó y se maquilló. A pesar de hacer todo aquello, ella seguía siendo igual de bella.

Bajó para reunirse con sus padres e irse hacia la casa de los Larsson.

Pronto llegaron a una gran mansión similar a la suya. Tenía unos enormes jardines que se asemejaban a laberintos de rosas, de distintos colores y tamaños. 

Antes de llegar a la puerta principal, Iria ya había tomado diversas fotos del lugar. Llamaron con la aldaba de oro al gran portón y les abrió una joven sirvienta:

-Pasen, pasen, les están esperando en el gran salón.

-Muchas gracias -dijeron los tres.

Entraron dentro y todo era asombroso, maravilloso y lujoso. Caminaron al gran salón y allí vieron a la pareja Larsson:

-¡Theodor! ¡Meredith! ¡Iria! ¡Habéis llegado! -exclamó la mujer envuelta en caras joyas.

-Hola Kaira, un gusto volver a verte -respondió su madre.

- Mike, grandullón, ¿qué tal? -saludó su padre de una forma más informal.

-Ella debe de ser Iria, ¿no? -preguntó Mike.

-Sí, esta es nuestra hija Iria, la famosa fotógrafa Lindsey -contestó su padre.

-Debo presentarte a mis dos hija, una de ellas tiene tu edad, la mayor tan solo os saca un año.

-¡Lillian! ¡Vera! ¡Bajad! ¡Ya han llegado! -exclamó Kaira.

Por las largas escaleras bajaron dos preciosas muchachas. Sus vestidos resaltaban sus cabellos y sus ojos marrones. La chica de corta melena dorada, la miró apartándose los mechones de la cara. Tenía una mirada diferente, extraña, una mirada que Iria jamás había visto y que no sabía que significaba:

-Te presento a Vera -dijo Kaira adelantando a la chiquilla.

-Y ella es Lillian -continuó Mike dejando paso a la pelinegra.

-Encantada, soy Iria -saludó intimidada por la mirada de Vera.

-Bueno... pues vayamos a cenar y después dejamos que nuestras hijas se conozcan un poco más -dijo Kaira con una gran sonrisa.

Durante la cena intentaba distraerse con las conversaciones, pero la mirada de Vera le intrigaba, le hacía querer saber que había detrás.





IriaWhere stories live. Discover now