El recuerdo de Vera tomándole la mano al joven hijo del señor Ford mientras dejaba caer uno de aquellos acaramelados besos sobre sus labios, dándole aquel beso que le pertenecía a Iria, que ella deseaba sentir en su boca.
¿Qué estaba ocurriendo? ¿A caso Vera no le dijo que no le gustaban los hombres? ¿A caso Iria no había significado nada para ella? ¿Solo había sido un experimento?
Salió de sus pensamientos y miró a Vera, la cual miraba con pasión al joven Ford:
-Vera, ¿puedo hablar contigo un momento? -preguntó con voz temblorosa.
Ella dudó, pero finalmente respondió:
-Está bien, que sea rápido, Jackson y yo nos debemos de ir en cuestión de minutos.
Iria la llevó a uno de los balcones. Cerró la puerta de cristal y la miró. El reflejo de la luna y las estrellas la hacían verse más bella, y eso le dolía:
-Vera, ¿qué significa esto? ¿No soy algo para ti?
-Iria, siento haber jugado contigo, pero no somos nada.
-¡¿Qué?! -exclamó dolorida.
-Solo somos extrañas con el mismo maldito deseo de ser tocadas, de ser amadas, de no sentir nada más.
-Entonces... ¿solo fui eso para ti? ¿Una extraña a la que usaste para sentir algo?
-Lo siento.
Sin decir nada más, se encaminó hacia la puerta del balcón, tomó el picaporte con su mano e Iria la frenó con su voz:
-Solo respóndeme a una pregunta.
Vera sostuvo su silencio:
-¿Jackson Ford y tú sois novios? -preguntó Iria con la esperanza de obtener una respuesta negativa.
-Sí -contestó sin girarse.
A continuación, volvió al salón dejándola allí sola.
Iria comenzó a llorar durante unos minutos. Suspiró hondo y escuchó a Mike Larsson hablar por un micrófono:
-¡Atención! Quiero agradecerles a todos que hayan venido. También quiero agradecerle al señor Ford su colaboración con nuestra empresa y por haberme dado a un yerno como Jackson, y la felicidad de mi hija Vera.
Las luces del enorme salón estaban apagadas, solo había una lámpara central iluminando a Mike.
Iria se abrió paso lentamente entre la gente:
-Debo decirles que tras el próximo 30 de mayo, cuando mi hija pequeña cumpla sus dieciocho años, se comenzará a planificar su temprana boda con Jackson Ford. ¡Bienvenido a la familia Jackson!
Todo el mundo aplaudía llenos de alegría. Iria se quedó helada ante esas palabras, cayó al suelo sin importarle quienes la miraran:
-No, no... eso no -dijo negando con la cabeza.
Unas lágrimas comenzaron a derramarse desde sus ojos acuosos, haciendo que su maquillaje se desprendiera.
Vera estaba al otro lado de su padre tomándole las manos a Jackson. Miraba a su alrededor con una sonrisa hasta que vio a Iria en el suelo. Tragó saliva y borró la sonrisa de su rostro, apartó la mirada de ella y soltó las manos de Jackson:
-Disculparme, debo de ir un segundo a mi habitación.
-Pero no tardes, en breve nos vamos -dijo Jackson viendo como se alejaba.
Lillian, quien observaba todo aquel espectáculo, se percató de lo que hacía Iria y enseguida fue en su ayuda:
-¿Qué ocurre? -le preguntó agachándose a su lado.
-Nada, solo me siento un poco mal, nada que el tiempo no pueda arreglar.
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Iria
Novela JuvenilTodos somos simples cuerpos, un trozo de piel y sangre sin apariencia importante. Lo interesante no es la envoltura, sino todo lo que nuestro cuerpo contiene, esos sentimientos reprimidos que deseamos gritar sin más. Eso es lo que importa, lo mister...