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BOULDER, COLORADO

14:51

EMILIE

Wretches and kings de Linkin Park sonaba a todo volumen mientras barría la casa bailando y cantando. Me aseguré de limpiar bajo los muebles que podía mover, no me gustaba dejar algo sucio cuando limpiaba. En las limpiezas generales siempre limpiaba todo lo posible. Hace más de... hace más de dos semanas que no barría o le pasaba algún trapo a los muebles.

Me levanté a eso de las nueve de la mañana con la idea fija de la limpieza general. Lo bueno es que mi casa era pequeña, por lo que no tardaría tanto. Esperaba.

Mi madre estaría alucinando al ver la suciedad que había hoy temprano. Yo misma alucinaba. No podía creer que esto fuera mi casa. Normalmente no dejo pasar tanto tiempo entre limpiezas, pero el último mes con mi último protegido, Bruno, estuvo algo ajetreada y de hecho, casi no estuve en mi casa.

Ayer por la noche, para ''festejar'', por decirlo de alguna manera, el hecho de que ya se iba, nos sentamos a mirar algunas películas y comer papas fritas, Doritos, chorizos y toda la comida chatarra que reunimos. Él tiró los envoltorios de la comida en el suelo, aún cuando tenía una gran papelera que yo había acercado al sofá donde estábamos. Precisamente para tirar ahí los envoltorios. Pero no. Él tenía que tirarlos en el suelo.

La verdad es que yo también los tiré en el suelo durante mis intentos (todos fallidos) de encestar los envoltorios. 

Bruno era un buen chico. Hombre. Tenía veintiocho años. Estuvo dos meses bajo mi protección. Su cabello rubio corto y siempre peinado, junto con sus ojos verdes y personalidad amigable lo hacían ser alguien que te caía bien al momento de conocerlo, aunque los primeros días conmigo estuvo un poco tímido e incómodo. No era mala persona. No era como las personas que usualmente buscan a mi familia. Supongo que una de las razones es que mi primo Sam me pidió que lo mantuviera en mi casa hasta que su problema se resolviera.

¿Mencioné que Bruno es mi primo por parte de madre? ¿No? Pues sí. La familia está dividida siendo algunos parte de este trabajo y otros teniendo vidas normales. Legales y todo eso. La parte de mi madre es legal. Ahora que lo pienso, sólo a mis hermanos y a mí nos dieron la oportunidad de elegir qué tipo de vida queríamos.

Después de barrer, lavé los pisos. Por suerte, como mencioné antes, mi casa es pequeña. Un sólo piso, cocina pequeña donde apenas cabía una mesa, un living-comedor, un baño pequeño, dos cuartos de tamaño mediano y un sótano.

Oh, dios... el sótano.

Carajo. Blood in the cut de K. Flay comenzó a reproducirse y suspiré. Miré la hora en el reloj de pared, casi eran las tres de la tarde. Me mordí el labio pensando. Estaba muy cansada. Sólo quería dormir. Dormir por dos semanas. Miré a mi alrededor, pasando mi mirada por los muebles brillantes y las baldosas del piso. Hace unos meses había quitado el moho del techo que se formaba de vez en cuando por la humedad, parecía que aún no volvía. La casa estaba impecable.

El sótano no podía estar tan mal...

De acuerdo, lo limpiaría luego de tomar una siesta... tal vez. Me acosté en el sofá y cerré los ojos mientras cantaba en voz baja. Al rato, cuando sentí que me estaba durmiendo pausé la canción y me quité los auriculares, dejándolos en el piso junto con mi teléfono. Enrollándome en el sofá-cama en posición fetal volví a cerrar los ojos y me dejé llevar por el sueño.

Protección SchavelzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora