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El teléfono que estaba colgado en la pared de la cafetería sonó. No me levanté, esperando que alguien más lo atendiera.  Greg, mi hermano, salió de la cocina y lo atendió. Cuando un protector no tenía protegidos y venía a La Central a trabajar (porque eso tenían que hacer), cada uno tenía una tarea distinta. Así como yo estoy en el Escuadrón, Greg está en la cocina y a veces se ocupa de limpiar La Caja, una habitación usada para torturas. Es una habitación en la que se interrogan a las personas de las que podíamos sacar información para cuidar a los protegidos... o a nosoyros mismos. También se utilizaba para ''interrogar'' a los traidores.

Los protectores no siempre trabajan solos, en realidad nunca lo hacen, siempre reciben ayuda de La Central. Los protectores son los gardaespaldas de los protegidos, esa es su única funcion; de lo demás se encargan las distintas partes de La Central.

-Em- me llamó Greg-, es Zoe.

Me levanté y me dio el teléfono.

-¿Y?- pregunté.

-No puedo rastrearlo. Debe tener uno de esos teléfonos- dijo un poco decepcionada.

Hice una mueca.

-Gracias.

-De nada. Amy dice que la vayas a visitar- habló un poco más animada.

-¿Te lo dijo recién?- le pregunté alzando una ceja y sonriendo de medio lado. No me lo había dicho cuando estuvimos juntas en la cafetería.

-No. Ayer de tarde.

-Bueno. Puede que vaya a verla luego. Estoy un poco atorada ahora.

Colgué cuando nos despedimos y fui al ascensor. Bajé un piso junto con Alex. Agarré mi celular y después subí tres pisos.

-No hay suerte- dijo Alex cuando estuvimos en mi auto.

Suspiré.

-No. Me aburre esto de encontrar gente que no quiere ser encontrada. Creo que mejor habría que esperarlo.

-¿Y que nos mate?- preguntó. Se veía tan cansado como yo. Que no era poco.

-Podríamos matarlo primero- dije sin querer pensar en nada.

-Tiene gente. Mucha gente.

-Ya sé que tiene gente- dije molesta y encendí el auto-. ¿No te das cuenta de que no quiero pensar en nada?

-Tienes un pequeño problema de irritabilidad.

-Es lo que pasa cuando me hacen levantarme de la cama a las tres de la madrugada.

-Ya estabas despierta, te escuché ir a la cocina.

-Sí, bueno...- no sabía qué decir. Yo sólo estaba cansada- No tengo ganas de discutir- dije como si me rindiera.

-Es lo único que haces- dijo con los ojos cerrados. Hablaba tranquilo, como si no tuviera ninguna preocupación en la vida.

Decidí ignorarlo. Arranqué el auto y fui a casa.


****************


Edge of a revolution de Nickelback sonaba a todo volúmen en mis auriculares. Eran las cinco de la mañana. Todavía era de noche, faltaba una hora y media para que el sol pensara en aparecer. Estaba acostada en una canoa, en la mitad del lago que se encontraba en el fondo de mi casa. El agua era un pacífico manto negro. Hacía un rato que estaba acostada en la canoa, con una mano acariciando el agua, hundiendo ligeramente mis dedos en ella. Mirando las estrallas del cielo despejado. La canción cambió y comenzó Just to get high de la misma banda, unos instantes después me encontraba con los ojos cerrados y cantando la canción en susurros pero con pasión mientras movía la cabeza. La canoa se tambaleó un poco.

Protección SchavelzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora