24

48 7 0
                                    

Se quedó en silencio por un momento.

-No tengo ni idea de quién es ese- dijo al fin.

-Ah, verdad que no te conté. Paul tiene dos hermanos más. Son trillizos. Uno fue el que mató Aaron, que creímos que era Paul; y el otro se llama Doris. Es el que quiere a Alex muerto. Y creo que él fue quién mató a la mitad de mi familia- estaba hablando muy tranquilamente, como si estuviéramos hablando del clima. Era raro. ¡Estaba hablando sobre mi familia asesinada!

-Y... ¿por qué te odia tanto? Digo, con Paul creímos que era por lo de su padre y su primo pero... Paul y sus hermanos no tenían ningún contacto entre ellos.

Cuando estaba en el instituto con Paul, maté a su padre y su primo, fue un accidente necesario, pero él me odió como por dos semanas. Y no lo culpo.

Fruncí el ceño. ¿Y ella cómo sabía que Paul y sus hermanos no tenían contacto? Nunca se lo dije.

-¿Y cómo sabés si no tenían contacto?- pregunté haciendo eco de mis pensamientos.

-Bueno, si tuvieran contacto Paul te habría dicho que tenía hermanos. Creo.

Tengo que trabajar en mi confianza.

-Sí, supongo que tenés razón- dije y mordí otro pedazo de sandwich. Alex comía su hamburguesa como si no hubiera mañana.

-¿Dónde estás ahora?

-En...- miré a mi alrededor. Era una cafetería linda y cuidada- no tengo ni idea- le dije cuando noté que en realidad no sabía dónde andaba-. Pero esta noche nos vamos a quedar en un motel llamado The Red o algo así.

-Vas a hacer cosas locas hoy, ¿eh?- habló con voz.. pervertida, creo- ya me preguntaba cuándo iban a hacerlo- dijo con total naturalidad. Yo me ahogué con el sandwich. Tomé unos tragos de café bajo la confusa mirada de Alex.

-¡No!- le dije- No voy a hacer eso- hablé más bajo-. Estoy trabajando. Él es el trabajo. No puedo ir por ahí haciendo esas.. cosas.

-Pero te gusta, ¿no?- preguntó con una sonrisa. No la veía, pero imaginé que estaría sonriendo pícara del otro lado de la línea.

-No- dije cansada de que siguiera insistiendo.

Mentira.

-Mentirosa- dijo Zoe.

Pero la...

¿Y qué problema tiene mi subconsiente? NO ME GUSTA. No. Me. Gusta. No... ¿por qué siento que miento?

No. No lo hago.

No.

Estoy.

Mintiendo.

-No miento- intenté convencerla. ¿Convencerla? Es la verdad, no hay que convencerla de nada.

-Sí lo haces- me contradijo-. Y no te culpo, está bueno.

-¡Zoe! ¿Y Pedro?- Pedro era su novio.

-Él también está bueno.

-Eres incorregible.

-Es cierto.

-¿Y Amy?

-Ella también es incorregible, pero es otro motivo. Está loca. Entró en El Escuadrón.

-Yo estuve en El Escuadrón- la defendí con el ceño fruncido.

-Y también estás loca.

Abrí la boca para replicar. Pero... en teoría, tenía razón. Tomé lo que quedaba de café.

Protección SchavelzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora