3

121 17 2
                                    

Entré en la casa seguida de Alex. Me paré en la mitad del salón sin estar muy segura de lo que hacer. ''Muéstrale la casa'', me dije a mí misma mentalmente como si fuera obvio lo que tenía que hacer. Por supuesto que lo era. 

Alex tenía una bolsa negra de basura en la mano.

—¿Qué es eso?— le pregunté señalando la bolsa.

—Ropa sucia— dijo sin dejar de mirarme.

—Muy bien...— asentí—. Acompáñame— me giré y lo dirigí hasta el baño—. Este es el baño. Sólo hay uno y yo generalmente me baño en la mañana, cuando me levanto, así que tendrías que bañarte de noche o levantarte antes que yo... o después— fui al cuarto de invitados, el que sería el suyo ahora—. Esta va a ser tu habitación— Alex entró y lo observó.

—No hay cama— dijo al cabo de un rato.

No esperaba que viniera nadie.

—Sí...— mi ''sí'' pareció un ''sim''. Me acaricié la nuca—. No te esperaba. Tuve un pequeño percance con la cama, voy a traer otra luego para ti.

Levantó las cejas.

—¿Qué clase de percance?— me pareció ver una chispa en su ojos.

¿Qué era...? Oh, no. Lo que me faltaba.

—No es lo que estás pensando— dije. Me miró inocente— Se pendió fuego. Explotó. No sé, fue algo raro. Cuando pasó no estaba al pendiente de la cama.

Frunció el ceño.

—¿Cómo puede ser que una cama explote de la nada?— parecía un poquito escandalizado. O tal vez sólo estaba sorprendido.

—¡Yo no hice que explotara!— me defendí— ¡Explotó sola! Alguien le puso una bomba o qué se yo y explotó. ¿Ves esa mancha negra en la pared?— pregunté entrando y señalando hacia la pared a mi izquierda.

—¿Cuál mancha? ¿Esa que cubre casi toda la pared? No sé, tendría que acercarme, es que soy corto de vista— dijo con un toque de sarcasmo.

Lo miré de reojo. Eso no era necesario. Control, Emilie. Control.

—Bueno, discúlpeme, señora- me puse las manos en el pecho—. No tenía información sobre su gran problema de la vista. Creo que a la próxima mejor le mostraré un vídeo del momento. Sería más fácil para no usar sarcasmo inadecuado.

—¿Hiciste un vídeo?

Lo miré incrédula. ¿Lo está preguntando en serio?

—Sí, cada vez que intentan matarme en mi trabajo adoro documentar todo lo ocurrido durante el momento de acción. Ya sabes, como una clase para los que recién comienzan con el negocio— lo miré esperando transmitir mi pensamiento: ''no seas idiota, obviamente no"—. Como sea, ahí explotó la cama— hablé esta vez en serio mientras le señalaba la mancha negra que dejó el fuego.

Suerte que Roberto, mi protegido en ese momento, tenía un extintor a mano. Sí, lo sé, ¿estás en medio de un tiroteo y tú en lo único que puedes pensar es en apagar el fuego de la cama que explotó? Todavía no sé como llegó esa granada a la cama. Roberto tenía un problemita con el fuego... igual que yo; pero mientras él no quería el fuego cerca suyo por ningún motivo, a mí los incendios parecían perseguirme. Una vez estaba intentando hacer hamburguesas  y una se me prendió fuego. ¡La maldita hamburguesa se prendió fuego! ¿Cómo hace una hamburguesa para prenderse fuego? No había hecho nada mal a mi parecer. Yo sólo quería comerla. Y ahí va y se prende fuego.

—Esta noche podrías dormir en mi habitación— le dije.

—Qué directa— parecía un poco descolocado—. Yo no tengo ningún problema, pero pareces ser una persona decente y no creo que seas ese tipo de chicas...

Protección SchavelzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora