CAPÍTULO 4

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Capítulo 4, !!Que se pudran todos!!

Narra Antonella🌷

No se como me deje convencer de venir a este lugar, pensé. Me encontraba de nuevo a minutos de pasar a mi consulta con la doctora Luz James, mamá estaba junto a mi leyendo un libro de arquitectura moderna mientras yo no dejaba de pensar en aquel chico de mis sueños, en sus ojos o su voz y en sus palabras finales "Eres las palabras que aun faltán por hablar Antonella" me sorprendio que conociera incluso mi nombre.

- Es tu turno hija. - me llamo mi madre para entrar sacandome de mis propios pensamientos, la mire mal. Ella sabia que no deseaba venir a este horrible lugar y sin embargo no le importo seguir insistiendo.

Mamá se quedo fuera y la doctora me esperaba con una libreta en sus manos, un bolígrafo y dos tazas de café.

- Hola Antonella, bienvenida. Ponte cómoda para iniciar. - me sente mientras observaba todo en su consultorio.

- Empecemos... dime ¿como te sientes? - otra vez la misma puta pregunta que todos me hacen, tal vez si me viera como años atrás les daria la razón pero ya al menos duermo y como de forma normal.

- Supongo que bien. - le conteste rodando los ojos y ella acómodo sus lentes.

- Tus padres están preocupados por tu salud, conversamos y se que te has intentado suicidar ¿que puedes decirme sobre eso? - abrí mis ojos mucho al escuchar su pregunta tan directa.

- Que no es su problema y fue solo un epísodio del que ya salí - le deje claro cruzandome de brazos.

- Bien, ¿Bebes? ¿fumas? ¿consumes drogas? - en ese momento me pregunte si de verdad eran preguntas reales o solo se burlaba de mi.

- ¿Puedo irme? En realidad no me interesa contestar sus preguntas nada de eso es su problema algún día superaré lo sucedido con Milán y supongo que mi corazón un día sanará por ahora usted y mi madre pueden pudrirse porque me tienen harta. - no la deje hablarme más sobre tonterias y tome mis cosas para salir de ahí.

- Hija tan solo estuviste 10 minutos... - la mire de forma retadora y era ahora o nunca.

- Mamá QUIERO DEJARTE ALGO CLARO ¿VALE? NO ESTOY LOCA NI NECESITO NADA DE ESTA MIERDA TE AGRADECERIA QUE ME DEJES EN PAZ. - tome aire mientras ella volteaba a ver a los curiosos que no dejaban de observarnos.

- Antonella no puedes irte, entra allí y ... - intento tomarme del brazo pero me safe de forma brusca.

- Ya no soy una niña mamá, dejame en paz. - le dije y me fui corriendo de allí.

Subí a mi auto y no podia entender como mi madre podia llegar a tanto diciendole a otras personas lo que me sucedido. Tenia ansiedad y solo existia una manera de aligerar el peso sobre mis hombros.

Mi secreto para salir de la depresión son las drogas empecé una noche cuando un compañero de clases me lo aconsejo desde ese momento hasta hoy fumo hierva y a veces cuando me siento muy mal consumo heroína.

Prendí el porro que tenia guardado en mi bolso y lo fume en el trayecto hasta mi departamento, cuando llegué estaba relajada y sin ganas de matar a mi madre por su vil traición sin embargo cuando abrí la puerta mi padre me esperaba sentado en el sofá de la sala.

Debia recordar cambiar la cerradura de la puerta para evitarme alguna situación embarazosa en el futuro.

- ¿Porque traes los ojos así? - me pregunto confundido.

- Estaba llorando... - que escuxa más estupida.

- Oh... tu madre me dijo que no te fue muy bien con la doctora Luz. ¿que sucedio? - deje mis cosas sobre la mesa y fui por un vaso de agua sintiendome drogradísima.

- Mamá le conto cosas que no debió y no fue algo que pudiera tolerar. - le respondí regresando a la sala.

- Dicen que es aconsejable internarte en una clínica mi amor, tienes depresión y has intentado matarte juntos podemos salir de todo eso cariño. - lo que ellos no sabian era que lo ocurrido con Milán no me importaba ya había encontrado una salida y eran las drogas.

- Papá quiero que te vayas... - le señale la puerta, estaba cabreada.

- ¿Que dices? - se puso de pie enojado.

- Si estás del lado de mi madre pueden irse los dos a la mierda, no van a obligarme a entrar a ningun lado porque sencillamente no lo necesito. - papá se veia dolido por mis palabras pero yo estaba más dolida con ellos por divulgar cosas sobre mi.

- Solo quiero que seas feliz... - me puse de pie para enfrentarlo.

- Si quieres que sea feliz dejame en paz, agradezco tener la edad suficiente para decidir por mi misma. En unos meses seré abogada papá y todo lo que paso dejará de tener tanta importancia. ¿eso querias no? Ahora vete. - no dijo nada más y se fue dejandome sola.

Tener de nuevo esos recuerdos me llenaron de tristeza otra vez así que volví a salir para despejar mi mente, estacione fuera de un Mc donalds y entre para pedir un Mc Flurry cuando estaba de última en la fila debatiendome por pedir un Sundae o un Mc Flurry una niña pequeña se tropezo conmigo y dejo caer su refresco sobre mis Vans.

La niña empezo a llorar y yo internamente estaba que ardía de ira por el frío del líquido en mis zapatos favoritos.

- ¿Donde están tus papás? - la niña tenia algo familiar pero no recordaba a quien.

Señalo la fila y una mujer venia en nuestra dirección bastante enojada.

- Mira ahí viene tu mamá... - señale y la niña sonrío.

- ¿Que haces con mi hija? - la mujer rubia se veia muy enojada.

- Su hija se perdio y derramo su refresco en mis zapatos. - le explique y de pronto todo encajo dentro de mi mente, esa mujer era Amanda. La misma con la que Milán me traiciono.

- No me importa solo desaparece. - me respondio de mala manera, entrecerré mis ojos y la fulmine con la mirada.

Iba a marcharme del lugar esto era demasiado para mi en un solo día pero cuando vi a Milán después de 4 años de pie a lo lejos esperando a su nueva esposa y a su hija mi corazón se rompio un poco más de lo mucho que ya estaba.

Camine rapido hasta donde iba ella y la tome de un hombro, la gire y le propine un puño en su ojo derecho tumbandola al suelo, ella empezo a gritar y llorar mientras Milán a su lado me veia sin parpadear. La niña había corrido a los juegos justo antes de yo golpear a su zorra madre.

- Eres una... - me reí aunque internamente me moria.

- Si, si ya me se todo el repertorio. PUDRETE ZORRA. - le respondí y el hombre a su lado intercalo miradas entre nosotras sin entrometerse hasta que les di la espalda y camine rapidamente fuera del establecimiento dejando a todos viendo lo ocurrido.

Dentro De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora