CAPÍTULO 40

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Capítulo 40, Demasiada acción para un solo día.

Narra Antonella🌷

Me encontraba atada de manos y pies en una pequeña bodega sobre la azotea del edificio Jarid donde trabaja Milán, nadie podia escucharme por más que intente gritar. Un amigo Árabe quedo en conseguirle un helicoptero para llegar hasta Toronto y escapar en un jet privado de su famila e irnos a Qatar, sentia nervios y miedo. Tal vez si hubiese sido más prudente podia encontrarme ahorita con mis padres en casa  pero por culpa de mi complejo con salvar el mundo estaba aquí en la boca del lobo una vez más.

La torre Jarid tiene aproximadamente unos veinte pisos, cuando Milán me trajo me acerco lo suficiente al borde como para temer una caída desde semejante altura. Sentí mucho miedo, en sus ojos no estaba ni la sombra del hombre que conocí una vez parecía ahora un loco con la ropa sucia y sudada.

Vi como dentro del lugar se iba oscureciendo eso solo significaba que pronto llegaría Milán para buscarme. Era obvio que nadie iba venir aquí por ser el lugar más tonto para buscarlo en primer plano así que solo me quedaba esperar, no dejaba de pensar en Erick y sus ojos llenos de dolor por mis palabras jamás podré pedirle perdón.

Escuché unos pasos y unas llaves, la puerta de la bodega se abrió Milán estaba recien bañado con ropa nueva y desato mis pies sin embargo las esposas de mis manos continuaban en el mismo lugar.

- Pronto nos iremos de aquí mi amor, nos volveremos a casar y tendremos un hijo o tal vez dos. - murmuro.

- Vamos colocate de pie Antonella. - me sentia muy debil, me tomo del brazo y me puso de pie. Observe que ya era de noche Milán estaba cerca del borde con su telefono en el oído.

De pronto un fuerte ruido se escucho y al girarme vi que se trataba de Alejandro junto Amanda, la esperanza creció dentro de mí al verlos. Habían venido a salvarme quizás la policía venia detrás de ellos y nos salvarian de ese monstruo.

Sin embargo Milán se percato de ello y me tomo rapidamente del brazo, saco su arma para apuntarlos mientras que a mi me coloco de pie en el borde. Mire abajo y todo se veia muy alto, las luces de la ciudad iluminaban la oscuridad de la noche quizás morir para que quienes amas estén bien pueda valer la pena después de todo.

- Milán ¿que estás haciendo? ¿en quien te has convertido? - hablo Amanda mientras los ojos de Alejandro iban de mi al arma en las manos del hombre frente a ellos.

- Baja el arma amigo somos adultos no necesitas ir a la carcel por matar a nadie. Si amas Antonella dejala libre. - podia ver la espalda de Milán temblar, tal vez si yo no estuviera tan debil saltaria a sus espaldas para intentar salir de esto pero eso seria ponernos a todos en peligro.

- USTEDES NO SABEN NADA TODOS SON UNOS TITERES... ANTONELLA ES MÍA, SIEMPRE FUE MÍA Y TU AMANDA LO ARRUINASTE TODO MATASTE A BETH... DEBES MORIR. - grito Milán y cargo su revolver.

- NOOOOO...!!! - grito Alejandro y yo me cubrí los oídos mientras lloraba asustada, un paso en falso y caería al vacío.

Milán disparo y la bala fue directo a la pierna ella cayó dando un grito de dolor mientras Alejandro forcejeaba para quitarle el arma a ese loco pero con un empujón lo lanzo al suelo creí que iba a matarlo pero la puerta de las escaleras de emergencia volvió a ser abierta y todos miramos en esa dirección, se trataba de Erick quien con su pecho agitado me buscaba con la mirada.

- SOLO FALTABAS TU AHORA LA FIESTA SI ESTA COMPLETA. - dijo Milán.

Amanda estaba en el suelo cubriendo su pierna con ambas manos, Alejandro no se había movido ni un centímetro permanecia en el suelo esperando el siguiente movimiento yo logré sentarme e imaginaba que no estaba tan alto ignorando el gran vacío a mis espaldas.

Milán apunto su arma en mi dirección y mis ojos solo estaban puesto en el ojiverde, tal vez la vida no era tan cruel y estar aquí a punto de morir viendo al hombre que amo era mi último regalo antes de decirle adios a la vida.

- No te atrevas hacerle daño loco de mierda. yo no te tengo miedo. - la tranquilidad fingida de Erick sobrepasaba todo, se cruzo de brazos y hablo como si esto fuese un juego.

- ¿QUIEN LO DICE? ¿UN NIÑO COMO TU? ELLA ES MÍA. TE LO DIJO VARIAS VECES, NO TE AMA ME ELIGIO A MÍ. - volvió a gritar viendolo mientras que el cañon de su pistola apuntaba en dirección a mi pecho.

Sabia que de esta no ibamos a salir vivos, mi esperanza flaqueaba ya no me quedaba nada de fuerzas para luchar. Limpie mis lágrimas como pude y pensé en dejarme caer para acabar ya con todo esto.

- ERICK... - él me miro inmediatamente, Alejandro había podido llegar hasta Amanda para abrazarla y revisar su pierna. Milán se volteo a verme tambíen con sus ojos llenos de ira cargando el cañon de su pistola.

- TE AMO, JAMÁS DEJE DE HACERLO. NO PODIA VIVIR SABIENDO QUE POR MI CULPA PODIAN MATARTE O MATAR A TU FAMILIA, FUISTE LO MEJOR QUE ME PASO Y SIEMPRE QUISE PROBAR TUS FAMOSOS MOJITOS. - grite con la poca fuerza que me quedaba en los pulmones, a lo lejos el helicoptero se acercaba. Erick derramo un par de lagrimas al menos ya sabia la verdad por mi boca.

El hombre del arma cambio la dirección del revolver para ponerlo a unos metros de Erick cuando pensé que apretaria el gatillo como hizo con Amanda él ojiverde alzo sus manos en forma de rendición pronunció un Te amo con sus labios que fácilmente pude leer y cuando creí que todo se acababa la valentía florecio dentro de mi y salte sobre la espalda de Milán.

El disparo dio en el suelo y Erick pudo esquivarlo, Alejandro aprovecho y le dio una patada en el rostro a Milán mientras que el ojiverde pateo lejos el arma con la que casi fue asesinado frente a mis ojos. Sentia ardor en mis codos, mis muñecas estaban muy doloridas y con sangre ya que las esposas me apretaban demasiado.

Dentro De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora