CAPÍTULO 9

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Capítulo 9, Es ella.

Narra Erick❤

- Toma hijo esta es la dirección donde debes llevar el arreglo el joven esta desesperado más te vale no te distraigas. Olvido su aniversario y su novia quiere castrarlo. - me dijo mi abuela mientras terminaba el ramo de rosas color rosa y amarillo, ahora llevabamos arreglos a domicilio eso nos dejaba más dinero y por ende no me podia negar.

Tome el arreglo y lo coloque en la parte trasera de la bagoneta de la abuela tome el papel con la dirección y me despedí de Emily quien hacia tareas junto a mi abuela, les grite un "Te amo" después de escuchar un "Yo tambíen" cerré la puerta a mis espaldas para subir al auto y conducir hasta donde tenia que entregar las flores.

Leí  Edificio Poe Verne 4to piso departamento 3 A aparque fuera y vi que no era un edificio como los demás, estaba en una zona donde vive gente con dinero sabia que esos apartamentos eran bastante lujosos. Me recibio un señor mayor y le explique el porqué de mi visita luego de dejarme pasar fui hasta el ascensor.

Al llegar al cuarto piso volví a verificar la dirección y divise que el departamento de Nicole Mastronardi era el último ya que solo vi tres puertas. Justo frente a la puerta del medio estaba de pie una señora que se me hizo familiar, note que estaba desesperada tocando y algunas lágrimas resbalaban de sus mejillas.

Me acerque hasta ella y al vernos de frente nos reconocimos. Esa señora estuvo ayudandome con los arreglos florales una vez en un matrimonio porque su hijo o hija se casaban no podia recordarlo bien. Le sonreí y ella me miro con los ojos entrecerrados como si estuviese haciendo memoria de mi rostro.

- ¿Se encuentra bien señora? - le pregunte y ella sorbio por su nariz.

- Si solo estoy... preocupada, es mi hija. - me dijo y su voz se quebro.

- ¿Se acuerda de mi? - le pregunte y ella me observo fijamente pero luego de unos segundos nego con la cabeza.

- Lo lamento hijo quizas si pero mi olvidadiza memoria me falla. - respondio y le di una sonrisa.

- Una vez la ayude a decorar el salón para el matrimonio de su hijo o hija... - era lo único que recordaba.

- Si... ya recuerdo ¿como olvidarte? Ese día nos salvaron la vida porque los floristas contratados se confundieron de día. - la vi sonreir un poco y pensé que era el mejor momento para ofrecerle mi ayuda. Sabia que era de dinero no era cualquier señora pero siempre fue amable conmigo.

- No fue nada señora y... ¿necesita ayuda? - le pregunte y ella volvió a tocar fuerte la puerta.

- Es... se trata de mi hija, ella no esta bien hace un par de días tuvimos un problema con su ex esposo y temo que se quite la vida. - la señora se tapo la cara y empezó a llorar, yo puse mi mano sobre su hombro e intente calmarla.

- ¿Esta segura que se encuentra dentro? - quise saber, quizas todo era un mal entendido.

- Si... el conserje me ha dicho que no ha salido de aquí desde hace días, ella es una buena niña es solo que tiene el corazón roto por ese maldito... disculpa se que no es tu problema es solo que... no se que hacer. - sentí pena por la señora es díficil ver sufrir a quien amas aunque yo no entendiera muy bien el problema.

- ¿Que tal si? Derribo la puerta... - se me ocurrio la idea y la señora empezo asentir varias veces rogandome que lo hiciera.

- Hazlo hijo, te lo suplico. - entonces recorde el ramo le pedí a la señora entregarlo en el siguiente departamento y con toda mi fuerza le dí el primer golpe a la puerta pero no se abrió.

No era un chico musculoso así que lo intente varias veces hasta que se me ocurrio ponerme en el lugar de aquella madre sufriendo por no saber en que estado se encuentra su hija y empecé a pensar que allí dentro estaba Emily a punto a cometer una locura por aquel imbecil que la lastimo y de una patada tumbe la puerta.

Prendí la luz y empecè a buscar signos de la joven en algún lado podia encontrarla, vi su habitación desecha y algunas líneas de cocaína sobre la mesa junto a dos colillas de marihuana. Conocia el olor perfectamente por mi trabajo en el bar entonces la señora veia todo horrorizada y al igual que yo buscaba a la joven.

Quise entrar al baño y la puerta estaba cerrada, toque varias veces incluso pegue mi oído y se escuchaban leves quejidos me gire para ver a la mamá de la chica temiendo lo peor.

- Señora llame una ambulancia... - le pedí y volvió a llorar tomando su celular entre manos para marcar.

Era ahora o nunca volví a patear la puerta y esta se abrió dejandome ver a quien nunca en mi vida imagine que podia ser y entonces la recorde hace unos años pidiendome ayuda para comprar flores, elaborando con ella el sitio de cada ramo, cuando le sumo 2mil $ a su total solo porque la ayude. Era ella, la chica que visita el bar para embriagarse, la que encontre drogada en el baño la otra noche, a la que no pude hablarle cuando fue con su amiga a bailar.

Era ella...

Sin pensarlo un minuto más me acerque para quitarle el cable alrededor de su cuello, su respiración era lenta al igual que su pulso y sus ojos yacían cerrados. Tenia puesto solo una camisa de cuadros rojo y verde bastante grande para su contestura, ropa interior y nada más. Su cabello lucía más alborotado de lo normal y sus labios estaban de un color morado claro.

La abraze fuerte y quise por primera vez en la vida creer que desde los cielos existe un Dios y que puede salvarla de un terrible final entonces la escuche toser y aun en mis brazos la aleje un poco para ver sus ojos marrones observarme por primera vez en cuatro años.

Entonces no dude de que era ella, la chica que planeaba casarse pero que no podia conseguir sus flores, la chica de rizos que estuvo en el bar bebiendo hasta perder la conciencia, la joven hermosa que observe dormir aquella noche que la saque del baño inconsiente.

- Er-eres tu... - aclaro su garganta y subio su mano hasta posarla en mi mejilla.

- ¿Yo? - no podia comprenderlo, recorde que una vez me dijo que se acordaba de mi porque me tenia en su cabeza pero ¿Como? Ella no me había visto nuevamente o eso pensaba.

- En mis sueños... tu.. eres real... - menciono en voz baja y cerro sus ojos, vi una lágrima resbalarse por la esquina de su ojo que logre limpiar.

- No se de que me hablas preciosa pero aquí estoy... - susurre y ella asintio sin abrir sus ojos, bese su frente y nuestro momento se vio interrumpido cuando dos paramedicos entraron al baño para ayudar a la chica.

Se que no era el momento más adecuado pero sonreí al ver que ella sabia quien era yo y que después de todo quizás existiera una posibilidad para conocerla y darle todo ese amor que necesita.

Acompañe a la señora hasta la salida y cerré la puerta. La chica de rizos planeaba ahorcarse y si hubiese llegado tarde ahora mismo la estaria viendo cubierta por una sabana blanca mientras se la llevan a la morgue.

Sacudí mi cabeza de esos horribles pensamientos y baje en el ascensor con la madre de la joven quien permanecía asustada todavia.

- Se pondrá mejor señora, lo prometo. Se ve que es una chica fuerte. - la abraze para animarla y algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

- Muchas gracias a ti hijo si no hubieses llegado ahora tal vez... mi hija. - negue con la cabeza y salimos del edificio.

- Dejame llevarte a casa ¿si? - negue con la cabeza recordando que había venido en el auto de mi abuela.

- Vine en el auto de la floreria disculpeme pero vaya con su hija, ella la necesita. - le dije.

- ¿Puedo saber su nombre? - le sonreí tímidamente antes de que se fuera.

- Claro que si cariño, mi nombre es Sofia Wesley y el de mi hija es Antonella a sido un placer conocerte siempre estaremos en deuda contigo. - nos despedimos y camine hasta el auto, seguia sin saber mucho sobre ella pero haria cualquier cosa por encontrar Antonella una vez más.

Dentro De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora