CAPÍTULO 8

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Capítulo 8, La graduación.

Narra Antonella🌷

El gran día había llegado hoy por fin después de cinco años estaba sentada junto a mis compañeros en la espera de ser llamados para pasar por nuestros diplomas, el auditorio estaba repleto de estudiantes, profesores y familiares. Vafhanie se encontraba en la fila de atrás muy feliz mientras que yo no lograba sentirme del todo cómoda en medio de tantas personas.

Mi madre me obligo en pocas palabras a venir e incluso llego tres horas antes con un vestido y maquillaje, papá estaba lleno de orgullo había posteado fotos mias en todas sus redes sociales e incluso una en el períodico lo cual fue una exageración.

Estos últimos meses intente salir de mi caparazón aunque todavia me cuesta un poco, he salido de fiesta con Vafhanie varias veces y aceptado dos invitaciones al cine con dos muchachos diferentes pero mi corazón sigue sin sentirse curado.

Los sueños con el mismo chico son cada vez más frecuentes, algunos puedo recordarlos y otros no pero siempre es el mismo muchacho de ojos verdes y pomulos pronunciados. Me ha mostrado muchas flores, jardines, invernaderos, epísodios de mi vida en los que puedo ver como hubiera sido la vida de mis padres con mi muerte o lo triste que seria al lado de Milán.

No se si son simples sueños o son cosas que mi mente recrea para hacerme ver que estoy mejor sin mi ex esposo y que mis padres llevarian una vida fatal sin mi. Él desconocido siempre culmina mis sueños con alguna frase poetica y cuando estoy a su lado siento que es real.

- Antonella, es tu turno. - me empujo mi compañero de clases Mateo sacandome de mis pensamientos y al ponerme de pie escuche aplausos eso me hizo sonreir.

Camine con mis tacones Louis Vuitton y salude al directivo con una sonrisa, estreche mi mano con el director y recibí por fin mi diploma pude ver a mis padres llorar de felicidad mientras aplaudian eso me hizo agradecer que estoy viva.

Un par de horas después que termino todo me pude reunir con mis padres quienes me esperaban con los brazos abiertos, nos tomamos algunas fotos y luego me reuní junto a mis amigos para una última foto. Todos nos veiamos elegantes y felices, siempre pensé que Milán me esperaria al salir para tomarme en sus brazos y alzarme pero era obvio que eso jamás sucederia.

Limpie algunas lágrimas y regrese para ir a comer con mi familia. Papá iba hablando por telefono con el abuelo y mamá observaba mi diploma mientras me quite la toga y deje el birrete en el otro asiento me dedique a ver por la ventana los autos pasar hasta que nos detuvimos en un semaforo.

Mire al otro lado y vi a un chico de espaldas cargando un enorme ramo de rosas rojas y antes de cruzar miro a un lado dejandome observar su perfil y entonces mi corazón se detuvo al reconocer al chico de mis sueños no podia creer que fuera real.

Escuche que papá planeaba avanzar mientras mis ojos estaban clavados en aquel chico.

- ¿Que sucede Anto? - me pregunto mi mamá.

- Espera papá. - le dije y me baje del auto en medio de la calle con las estruendosas bocinas de los otros autos detrás.

Camine un poco pero perdí al chico de vista, gire en mi propio eje pero no alcanze a verlo y por un segundo creí que tal vez era real, que podiamos conocernos y que no solo esta en mis sueños. Mamá me halo del brazo dandome una mirada confusa y entonces volví al auto con ellos.

- ¿Que sucedio allá atrás hija? - pregunto papá antes de bajar para almorzar en el restaurante Italiano de su amigo.

- Creí ver... algo. Lo siento - me disculpe y baje del auto sin esperar más preguntas.

El mesonero nos llevo a una mesa y trajeron champagne su sabor era delicioso abrí mi bolso y moví algunos porros para encontrar mi telefono celular en eso vi un mensaje de Vafhanie para celebrar esta noche pero dude.

Nos trajeron nuestra comida que consistia en pasta, papá pidio la de mariscos, mamá la vegetariana y yo pedí la napolitana pues siempre a sido mi favorita. La comida transcurrio en total normalidad hablando de cualquier cosa hasta que probamos el postre y una horrible voz interrumpio todo.

- ¿Que hace una salvaje como tu comiendo en este lugar? - era nada más y nada menos que Amanda.

- ¿Que modales son esos jovencita? - le respondio papá mirandola mal.

- Ignorala Antonella... - mamá me dio un apreton en la mano al reconocer que se trataba de la nueva esposa de Milán.

- ¿No fue suficiente el puño del otro día o quieres repetir zorra? - me puse de pie y lanze mi servilleta de tela sobre la mesa. Papá me miraba confundido mientras mamá le daba una mirada despectiva a la rubia frente a nosotros la cual estaba roja de la ira.

- ¿Que no fue suficiente con quitarte a Milán para que dejaras ese comportamiento salvaje? Poca cosa... - di la vuelta en la mesa y papá y mamá tambíen se pusieron de pie, todos los demás en el restaurante nos observaban.

- Prefiero ser salvaje y no una puta... - le dije y le di una cachetada que de inmediato me devolvio, mamá actuo rapido y la empujo lejos de mi, papá llego hasta donde estaba para asegurarse que estaba bien.

- ¿Que esta pasando aquí? - esa voz jamás podría sacarla de mi cabeza era él alze mi cabeza y lo observe de pie a unos metros de mi sosteniendo a la estupida de Amanda junto a su pequeña hija.

- Sucede que tienes una esposa con el 0% en educación y modales Milán. - le respondio mi madre tomando su bolso para pagar.

- Todo seria más sencillo si su hija no la provocara. - vi una copa llena de vino que dejo mi mamá y se la tire en la cara.

- Eres un imbecil y tu Amanda una basura son tal para cual. - escupí llena de odio por ellos.

- Mi amor defiendeme ¿vas a dejar que me trate así? - le dijo Amanda mientras le limpiaba el rostro, vi los puños de papá listos para golpear a ese idiota.

- Deberías superarlo ya Antonella, nunca serviste como mujer siempre te comportabas como una niña mimada y consentida, caprichosa y eso siempre me llenaba de rabia. Queria una mujer no una niña ya dejanos en paz, Amanda no es ninguna puta o una basura en cambio tu solo me das lastima... - en ese momento algo dentro de mi volvio a quebrarse, papá no lo dejo terminar con su patetico discurso y le propino un buen golpe, su hija solo lloraba al vernos a todos discutir.

Respire profundo y aguante las ganas de llorar, llegue hasta donde mi madre y luego vi dos policías entrar. Gire para ver si Milán era tan cobarde como para colocar cargos contra mi papá pero se lo terminaron llevando a él. Papá se reunio con nosotras y salimos del restaurante dejando eso atrás.

Nadie dijo nada más, me dejaron en mi departamento les dije adios y tome mis cosas para salir del auto y subir a mi departamento necesitaba descansar apenas daban las 3pm y yo sentia que habían pasado dos días en lugar de unas cuantas horas.

Dentro De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora