Capítulo 32°

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Capítulo dedicado a...

conamorRosa

Skyler abrió los ojos en cuanto le quitaron la venda, estaba atada de las manos, sentada sobre una cama, en una habitación donde no había ventanas ni muebles, sólo la cama y unas sillas. Los hombres que la habían subido al carro estaban ahí, junto a Karin y su padre. Ambos la miraban con una sonrisa que le causó miedo.

—Hola, señorita Petit —saludo Onan —, no perdón, señora Amiel. Sé que es muy descortés de nuestra parte el tenerla con los brazos amarrados, pero por su seguridad se quedará así por un poco más de tiempo.

Skyler trato de tranquilizarse, no sería nada bueno para su pequeña el que tuviera un ataque de pánico, respiro profundo unas cuantas veces. Sabía que Dominic haría todo por encontrarlas, así que solo tenía que ser fuerte en este momento. Debía de asegurarse de hacer todo lo que le pidieran para que no la lastimaran, también debía averiguar qué era lo que querían de ella y su familia.

Su mirada fue a Karin y quiso gritarle miles de cosas, pero sabía que no serviría de nada; se sintió traicionada, ella considero amiga, confío en ella y la traicionó, tal vez todo fue un plan para traerla a este lugar.

— ¿Qué necesitan de mí? ¿Por qué me ha traído a este lugar?

Onan sonrió aún más.

—De ti nada querida, tenemos asuntos con tu familia —comenzó a acercarse a ella —. Déjame contarte algo. Hace algunos años yo abrí una empresa, todo iba de maravilla los primeros años, hasta que mi socio decidió vender sus acciones a Jonathan Amiel —Skyler lo miró —, sí, tu querido suegro. Yo obviamente me moleste bastante, ya que él era el dueño del 60% de acciones, hablé con Jonathan y dijo que incorporaría mi empresa a la suya para tener más ingresos —se sentó a su lado, apretó los puños hasta que sus nudillos estuvieron blancos —. Tal vez pienses que era una idea maravillosa, beneficiosa tanto para mí como para él, pero no, yo sabía que con el tiempo su empresa absorbería la mía y quedaría en la ruina. Para no hacerlo más largo, te diré que me quede en la calle, Jonathan me dio una miserable cantidad por mis acciones.

No creía ni por un segundo que fuera una miserable cantidad, había conocido a su suegro en el ambiente laboral y si noto algo es que él era bastante recto, por lo que quería decir que Onan molesto por haberle quitado su empresa no por otra cosa.

—Padre, mantén la calma.

—Juré que me vengaría de él, haría caer su empresa —se puso de pie nuevamente, acercándose a su hija —. Pero mi hija me dio una brillante idea, ella con su belleza nos ayudaría, Karin conquistaría a Dominic y haría que él llevará a la quiebra la empresa, era perfecto, que su propio hijo arruinase lo que llevaba años en su familia. Todo iba tan bien hasta que tú te apareciste, ¡tú arruinaste nuestros planes, maldita zorra!

Skyler se asustó cuando la tomó con fuerza del brazo, alzó el rostro para decirle que la soltara cuando le dio una bofetada. El dolor la hizo jadear, se encogió a la espera de otro golpe, el miedo la recorrió al no poder soltar sus manos para proteger a su hija. En silencio rogo que no la golpeara más, el sabor de la sangre lleno su boca.

— ¡Papá, basta! —Karin se interpuso entre ellos —. No le hagas daño.

— ¿Por qué la defiendes?

—Esa niña será mía, hasta que no la tenga conmigo no le harás ningún daño, en cuanto la tenga en mis brazos podrás hacer lo que quieras con Skyler –dijo apartándola de él, poniéndola detrás suyo.

Skyler comenzó a temblar en cuanto esas palabras perforaron su cabeza, el pavor corrió por sus venas al imaginarse un futuro sin su hija, sin la pequeña pateadora por la cual estaba ansiosa de conocer.

Virgen EmbarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora