Capítulo 10°

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Nunca en su vida había visto una casa así, bueno, solo en revistas, películas o en internet. No tenía ni la menor idea de quién era el padre de su hijo, pero por lo que veía ante sus ojos sabía que era alguien muy importante si no, ¿cómo es que encajaría en esta casa? Abrumada por todo lo que había pasado en tan poco tiempo, se derrumbó frente a aquella vista, ya no lloro, solo sintió un dolor que sabría que estaría ahí por un largo rato. No supo cuánto tiempo estuvo ahí, se puso de pie y fue en busca del baño... la primera puerta que abrió no era, más bien era como una sala privada en aquella enorme recamara, la siguiente fue un pequeño despacho. Por fin lo encontró en la tercera puerta, aunque el baño... era aún más grande que su habitación, más bien su antigua habitación; no era momento de pensar en como la trataron las personas que dijeron amarla y escucharla incondicionalmente, así que termino de asearse un poco y salió del cuarto en busca de Dominic.

— ¿De qué quieres hablar, Dominic? —pregunto su padre.

Dominic y sus padres estaban en el enorme estudio de la casa, pues ya no podía retrasar el hablar con ellos mientras Skyler se encontraba durmiendo en su habitación. No sabía si sus padres se tomarían bien la noticia de que ya no se casaría con Karin, aunque la verdad le importaba una mierda, no amaba a Karin y no pensaba estar toda la vida amarrado a ella. Miro a su madre, aun con ese horrendo traje que le había obsequiado su padre se veía hermosa, su padre con su traje parecía tan distante, aunque era todo lo contrario pues sabía que en cualquier momento estaba dispuesto a escucharlo.

—Bien, me tomara algo de tiempo explicarles —comenzó —, pero lo principal es que no me casare con Karin.

Su padre alzo las cejas, no dijo nada solo observo a Dominic, su madre por el contrario dio un pequeño grito, pareció de alegría.

Estaba perdida. Ya no sabía cómo regresar a la habitación en donde había dormido, en el trayecto se fue por un corredor equivocado y ahora estaba en otro lugar, entraba poca luz y parecía de película de terror. Siguió caminando esperando encontrar a alguien a quien le pudiera pedir ayuda, en una casa tan grande debían trabajar muchas personas, se dijo, no quería caer en el pánico de haberse perdido en una enorme casa que no conocía. Después de un tramo escucho música, música de piano... Cuando tenía tres años, su papá le regalo de cumpleaños un pequeño piano, y a esa edad comenzó a tocarlo, su madre la llevaba a todas sus clases; en su cuarto tenía un frasco en donde ahorraba dinero para poder comprar un piano, aunque ahora ya no tenía ni cuarto, ni dinero y mucho menos a sus padres. Se dirigió hacia donde salía la música y entro.

En el cuarto solo se encontraba un piano, un enorme piano, con una persona tocando. Había enormes ventanas, desde el techo hasta el piso, las cortinas rojas, que estaban cerradas, daban una luz rojiza por la luz del sol. El sonido del piano resonaba por todo el espacio, haciendo que Skyler se relajara de inmediato, inconscientemente movió sus dedos, como si tocara ella también el piano, cerró los ojos disfrutando de la melodía.

— ¿Qué hace aquí? —Skyler dio un brinco cuando escucho aquella voz —, quiero que se vaya ahora mismo.

—L-lo siento —se acercó a ver a la señora —, solo...

—Ah, tu eres mi nueva doncella —dijo viéndola de arriba abajo —. Pues déjame decirte que ese no es el uniforme, y no debes usar tacones, así que vete a cambiar inmediatamente.

—N-no. Déjeme...

— ¿Cómo te llamas? —demando.

—Soy Skyler, pero...

—Bien, Skyler —dijo acercándose a ella —, si quieres conservar este trabajo tienes que hacer todo lo que yo diga y a la hora que diga.

Casi le atropella el pie a Skyler al frenar junto a ella, así que se hizo un poco para atrás y alzo el rostro para verla.

—Perdone pero...

—Quiero un vaso de agua, llévame a mi habitación.

Al ver que no la dejaría hablar, Skyler opto por obedecerla, tal vez la llevaría a donde se encontraba alguien más amable; así que la llevo al pasillo, no sabía dónde estaba su habitación así que se quedó de pie en cuanto salieron.

— ¿Dónde está su habitación?

— ¿Qué clase de doncella eres? Se supone que debes de saber ya todo acerca de mí, eres una inepta.

Skyler se molestó en cuanto dijo eso, no tenía ningún derecho en decirle eso.

—Mire...

—Es por allí, apresúrate.

Apretando los dedos, Skyler la condujo y al llegar abrió la puerta y la dejo entrar. Su habitación no era tan oscura como lo eran los pasillos de esta parte de la casa; parecía un poco vieja, de alguna manera le gustaba. La cama era pequeña comparada en la que había dormido, en cada lado había una cómoda, había flores en cada una y una lámpara en la de la derecha, la pared era de color marrón y en el suelo había una alfombra. Parecía vacía, a pesar de que todo tenía flores y encaje.

—Disculpe, pero me tengo que ir, de seguro Do...

—Te dije que tenía sed, sírveme agua.

Skyler alzo una ceja, pues ella estaba a un lado de la jarra de agua. Le señora le trono los dedos, apresurándola. Esa fue la gota que derramo el vaso, jamás le había gustado que la apresuraran y mucho menos que le tronaran los dedos, no se lo toleraba ni a su mamá, se llevó las manos a la cintura.

—Ya basta, ya le intente decir —alzo la mano para que no hablara —, yo no trabajo aquí, solo me perdí y si entre a la habitación fue para poder preguntarle si sabía volver a la habitación de Dominic, no más —la señora sonrió, parecía divertida —. Además, que este en silla de ruedas no le imposibilita el poder usar sus manos, bien puede estirarse y servirse usted misma un vaso con agua.

— ¿Y tú quién te crees para decirme eso?

Rouse Amiel no podía quitar la sonrisa de su cara. Hace mucho tiempo que nadie la ponía en su lugar, el único que se atrevía era su nieto y eso que se ganaba algunos coscorrones. Esta chica parecía sumisa, pero tenía genio, ella sería muy buena como nieta, si encontraba pronto a su nieto le ordenaría que se casara con ella, pues ya estaba muy vieja y aun quería conocer a sus bisnietos.

Tocaron la puerta, amabas se distrajeron y voltearon para ver quien entraba a la habitación. Dominic entro. No se esperaba que Skyler se encontrara con Ro, llevaba buscándola por más de media hora, pensó estúpidamente que se quedaría en su cuarto a esperarlo; la observo y vio que ya no llevaba rastros de haber llorado durante todo el pasado día, llevaba la misma ropa, y se veía aún más hermosa que ayer.

—Llevo más de media hora buscándote —no pretendía, pero su tono fue un poco brusco —. ¿Por qué no te quedaste?

—Perdón, es que salí a buscarte y sin saber cómo llegue aquí...

Skyler se quedó sin palabras, pues se veía muy guapo. Iba con un pantalón negro entubado, no pegado, solo un poco, una camiseta vino en v y unas vans vino también.

No sabía el porqué, pero se sentía aún más tímida de lo que era cuando estaba junto a él, con Jack se sentía muy a gusto, pero había algo en Dominic que la hacía sentir diferente, de alaguna manera se hacía más consciente de que era una mujer, se notaba más femenina.

—Está bien, para la próxima no salgas por favor.

Skyler asintió.

—Respóndeme, Skyler —dijo Rouse —. ¿Quién eres? No permitiré que alguien a quien no conozco este en mi casa, además...

—Es mi prometida.

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Gomene, dije que actualizaría el viernes pero ya ni me acuerdo porque no lo hice.

Eeeeen fiin, aquí esta el capítulo que se supone era para el viernes y espero que este viernes si pueda subir capítulo.

Vayan a ver mi nueva novela, bueno, aún no subo el primer capítulo pero en un rato más lo haré.

Wueno, ya me voy porque tengo hambre y no he comido.

Linda tarde.

Kenn. 

Virgen EmbarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora