¿TE IMPORTA SI...?

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*Narración de María*

Estoy tan felíz... estoy en una nube. Melo y yo nos hablamos muy cariñosas últimamente. Las dos nos gustamos, y parecemos casi pareja, pero aún no ha pasado nada. Esta tarde me ha invitado a ver Mulán en su casa, ya que el otro día le dije que nunca la había visto y casi me mata por ello. Hemos quedado a las 8 de la tarde, y debo decir que estoy hiper nerviosa, porque está muy claro que algo va a pasar, y no sé qué.

-Tú, niña, ¿qué portal era? -Le pregunto por teléfono mientras estoy en su calle.

-El mismo que el de Rush María hija, el 5. -Me dice riéndose.

Dios, me estaba muriendo de los nervios, a mí me iba a dar algo. Llegué a su puerta, pero esta estaba entreabierta.

-Pasa pasa, es que me has pillado lavándome los dientes. -Me dijo Melo desde el baño.

Pasé, cerré la puerta y empecé a mirar al rededor. Qué casa más bonita, era pequeña, pero perfecta para una persona. Me encantó. De pronto salió Melo.

-¿Cómo que "tú, niña"? ¿de qué vas? -Me dijo acercándose a mí y mirándome los labios.

-¿Tienes algún prolema? -Le dije vacilándola, y me acerqué a darle su merecido beso en la mejilla por mirarme de esa manera los labios. Me dieron ganas de besarla y mordérselos, pero sabíamos que aún no era el momento.

-Me vas a perdonar pero tengo la casa un poco echa un lío y ropa por la cama, pero es que hoy tocaba limpieza y me la he saltado.

-Joder no te preocupes, ya ves tú. Me encanta tu casa. -Dije mientras dejaba las cosas sobre la encimera.- Es pequeña y perfecta y cómoda para una persona. La mía es grande y aunque somos dos ahora, cuesta limpiarla y todo el rollo, estoy a ver si me mudo.

-Ay pues justo alquilan el loft de abajo, si quieres te pongo en contacto con el casero, está loco por alquilarlo. Aprovecha ahora que no es tan caro. -Me intentó convencer. Y caí. Así podría verla todos los días.

-Pues me harías el favor de tu vida. Además he oído que Rush vive aquí también.

Estuvimos un rato charlando hasta que llegaron las pizzas que habíamos pedido y nos sentamos en el sofá después a ver la película.

-¿Cadepe hija has visto un asesinato o algo? Porque estás súper tensa. -Me dijo Melo riéndose. -Quítate las zapatillas y ponte cómoda, esta como si fuera tu casa, ya ves tú.

Melo me transmitía siempre mucha confianza, y de no ser por la situación de ese día, lo hubiese hecho sin pensármelo dos veces. Me quité las zapatillas y puse los pies sobre el sofá. Mientras veíamos la película, empecé a temblar de frío. Debe ser que Melo se dio cuenta, y se levantó.

-¿Dónde vas? -Le pregunté.

-Que como sé que eres una payasa y no me vas a decir que te estás muriendo de frío pues voy yo al armario a cogerte una manta. -Dijo sonriendo.

Cómo me conoce. 

Cogió la manta, se sentó a mi lado y me empezó a tapar lentamente. Primero me acomodó y me tapó los pies, luego empezó a subir por las piernas. Cuanto más me tapaba, más se iba ella inclinando, hasta llegar a estar casi tumbada encima mía. Me empecé a poner más nerviosa de lo que estaba. Ahí estaba pasando algo raro, y más que iba a pasar. Cuando llegó a la altura de mi pecho, me miró a los ojos con dulzura, luego a los labios, me dedicó una de sus sonrisas más bonitas y me dijo:

-¿Está cómoda la vergonzosilla?

Y no se me ocurrió otra cosa, que agarrarle con cariño el cuello, acercarla a mi y plantarle un beso en los labios. 

Qué beso...en realidad, al principio fue más un beso romántico, de película... y luego empezó a ser un morreo. De estos que te dejan sin aliento. 

Ya está, las dos teníamos lo que habíamos estado esperando muchos días. Éramos lo más felíz del mundo en ese momento. Cuando acabamos de besarnos, nos miramos a los ojos, nos reímos, me volvió a mirar los labios y me dijo en bajito:

-¿Te importa si veo la peli tumbada en tu pecho? 



MELEPE - La verdadera historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora