¿QUIERES SER MI...?

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*Narración de Melo*

María se cambió de ropa, se peinó, y se hizo la raya del ojo. Estaba preciosa. Bajó con una maleta azul, no muy grande, perfecta para nuestra pequeña escapada. Al principio del viaje, se la veía un poco triste. La primera media hora de viaje se la pasó mirando por la ventana apoyada en su mano, ausente de todo, en su propio mundo.

-María cariño, no le des más vueltas, ya está, ya ha pasado, le van a poner una órden de alejamiento y ya está, no te preocupes que no te va a volver a hacer daño.

-No es eso Melo... es que me parece increíble que la gente pueda llegar a ese nivel de maldad... ¿cómo llegas al punto de poder enganchar del brazo a una persona que has querido tanto y tirarla contra el suelo? ¿cómo puedes llegar a coger del cuello a alguien que ha hecho tanto por ti? Melo que lo que me ha pasado a mí no es nada, que ahora mismo millones de mujeres están pasando por lo mismo, y las están matando. Yo he tenido suerte. No estoy mal por mi, sino porque he podido probar en mis propias carnes lo que es ser maltratada.

Me quedé atónita con la reflexión de María. ¿Y cómo podía ella ser tan increíble? simplemente, me quedé sin palabras. 

-Bueno María... pero si nos ponemos a pensar en todas las cosas que están pasando ahora mismo a espaldas de nuestros ojos no vamos a poder ser felices en la vida. Entiendo que estés así cariño... yo no sé si lo estaría llevando tan bien como tú, sinceramente, pero intenta olvidarlo cielo...

-Sí, sólo necesitaba pensarlo un rato más, pero ya está. -Me cogió la mano derecha que no estaba en el volante. -Me voy a olvidar y voy a estar 100% contigo, no te preocupes, simplemente necesitaba un rato. 

A la hora y media nos metimos en un pueblecito muy pequeño, y cuanto más nos adentrábamos, más se iba convirtiendo en bosque, hasta que al fin, llegamos a nuestra finca. Paré el coche.

-¿Dónde crees que estamos? -Le pregunté a María.

-Pues, creo que tengo una idea pero no estoy muy segura. -Me dijo sonriendo.

Salimos del coche, le di la mano y fuimos andando hacia la casa. En cuanto la vio, se echó las manos a la boca.

-¡Pero Meloooo! -Me dijo ilusionada. -Joder Melo esto es precioso.

Tiré de su mano suavemente para acercarla hacia mí, quedándonos cara a cara. Le miré a los ojos, aparté un mechón de pelo de su cara poniéndolo detrás de la oreja, y comencé a hacer lo que tenía planeado.

-Mira María, yo no sé si esta es la situación indicada, si este es el sitio ideal, ni siquiera si esto es lo correcto, pero yo quiero hacerlo y es lo que voy a hacer. 

Creo que María ya sabía lo que se venía, y me sonrió de manera vergonzosa mientras me miraba a los ojos.

-María, has sido un apoyo para mi, me has demostrado en tan poco tiempo muchas cosas que nadie en años ha sido capaz de demostrarme, eres tan diferente a todas y tan parecida a mi... te quiero, y has conseguido llenarme como nunca antes lo ha hecho nadie. -Me acerqué aun más a sus labios, mirándolos, poniendo la mano sobre su mejilla, y se lo solté. -María, ¿quieres ser mi pareja?

Su reacción me hizo ser por unos minutos la mujer más feliz de todo el mundo. Agarró mi nuca, me acercó a ella y me dio un beso precioso. Después de besarme, colocó su cara en la mía, cerró los ojos, y me susurró:

-Claro que quiero.



MELEPE - La verdadera historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora