INCREÍBLE, PERO CIERTO

350 23 1
                                    

*Narración de María*

Pues sí, me quedé dormida. No estaba en mis planes, pero mi cuerpo ya no podía más, y caí rendida en el pecho de Melo. Me desperté por la mañana a eso de las 9:30, y cuando me di la vuelta, vi que Melo aun seguía durmiendo. Me giré y me quedé mirándola, tan bonita su cara... sin gafas... ni una gota de maquillaje... solo ella desnuda y una sábana por encima. Dormimos muy pronto, así que me decidí a despertarla. Empecé a acariciar su mejilla... más tarde su pelo... y abrió los ojos.

-Buenos días cariño. -Le dije.

-¿Buenos? Si me acabas de despertar capulla. -Me dijo dormida y sonriendo.

-No me aguantaba.

-Ayy... -Dijo Melo dándose la vuelta. 

Aproveché y empecé a besar su oreja y poco a poco a mordisquearla...

-María... ¿qué haces? 

-El amor, ¿no lo ves? -Le susurré en el oído. Melo soltó un pequeño gemido.

Comencé a besar su cuello... y cuanta más confianza me daba, más me acercaba. Melo se dio la vuelta poniéndose boca arriba, le gustaba lo que estaba haciendo. Lamí su cuello poquito a poco, y me abrazaba delicadamente mientras yo me metía entre sus piernas. Cuando las ansias de recorrer su cuerpo a lametones se apoderaron de mi, Melo cogió mi cabeza que se encontraba en su pecho y empezó a besarme como nunca antes lo había hecho. 

-Ayer me quedé con las ganas de una cosa... -Me dijo Melo susurrando.

-¿Qué? -Contesté mordiéndome el labio.

-Que te metieras en la ducha conmigo.

Melo me cogió y me llevó al baño en brazos entre besos. Me apoyo en el mueble del fregadero y empezó a meterme mano. Yo no era la única que se despertaba calentita por lo visto...

Sus dedos se deslizaron rápidamente por el pantalón de pijama que ella la noche anterior me había dejado, y empezó a hacerme gemir. Se paró un momento, y abrió el grifo de la ducha... así mientras esperábamos a que saliese el agua caliente. Volvió hacia mi, y volvió a meter su mano en mi pantalón, pero por fuera de la ropa interior, acariciando por encima, encendiéndome cada vez más... hasta que se decidió a meter los dedos por dentro, literalmente, por dentro. 

Respiraba en su boca. Me encantaba su aire, y aún más abrir los ojos y ver cómo contemplaba la escena con cara de traviesa. Me observaba mientras gemía... maldita Melo... le encantaba sentirse poderosa, sentir que lo hacía bien. Poco a poco me fue desnudando, me cogió de las piernas y nos metimos en la ducha. Esta escena de sexo fue una de las mejores que he vivido con ella. Recuerdo las ansias que nos teníamos, las ganas de complacernos la una a la otra, de demostrar que podíamos querernos aún más de lo que pensábamos.  En aquella ducha se experimentaron nuevas sensaciones, nuevas caricias, nuevas formas de amar. Cada día la quería más... increíble, pero cierto.


MELEPE - La verdadera historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora