- Alan - me tocaron la espalda - Eeey Alan.
- ¿Mmmm? ¿Qué pasa? - abrí un poco los ojos y casi me quedo ciego con la luz que entraba por la ventana.
- Buenos días dormilón - me saludó Ani.
- Buenos días preciosa - le sonreí.
- Ya es tarde, tenemos que ir a casa de tu madre.
- Tienes razón, lo había olvidado. Me doy un baño y nos vamos.
- Iría a ducharme contigo, pero tengo que hacer el desayuno, Laura tiene el día libre hoy.
- No lo hagas, compramos algo en el camino - le hice los ojitos del gato con botas.
- Mmmm eso suena bien - me dijo sonriendo con picardía.
- Vamos preciosa.
Tomamos las toallas y nos fuimos al baño. Linda forma de empezar el día, ustedes saben a lo que me refiero.
Anastasia no es mi novia, por si lo preguntan. Nunca llegamos a esa formalidad, ni pienso hacerlo. Somos amigos desde pequeños, buenos amigos, demasiado diría yo. En fin, tenemos una hermosa relación, somos amigos, amigos que duermen juntos, pero amigos al fin. Ella me ha acompañando en los peores momentos de mi vida, siempre nos hemos apoyado el uno al otro.
Mis padres la quieren como a una hija, y sus padres a mi igual, aunque se que en el fondo ambas partes amarian que ella y yo terminaramos juntos, lástima que eso no va a pasar.Hoy mi madre me había pedido que fuera a almorzar con ella y mi padre, y que llevara a Ani conmigo. Así que por eso nos estábamos arreglando. A mi madre le gustaba que los domingos nos vistieramos elegantes y almorzaramos todos juntos, era como una tradición.
- Estoy lista - dijo Ani apareciendo por la puerta de mi habitación con un hermoso vestido rojo, sensillo pero muy elegante. Era corto y pegado al cuerpo, dejaba que los demás se deleitaran con su espléndida figura.
- Wow Ani - le dije mirándola de pies a cabeza, lo que hizo que se sonrojara - Estás preciosa.
- Gracias Alan, tu no te ves nada mal.
Anastasia es una chica muy inteligente, elegante, muy bien educada, buena persona, además de que es realmente hermosa. El chico que tenga su corazón será muy afortunado.
Terminé de prenderme los botones del saco y salimos por la puerta de mi departamento. Fuimos hasta el ascensor y bajamos hasta la cochera para sacar mi bello Mustang shelby e ir a casa de mis padres.
En el camino paramos en un Starbucks para comprar unos cafés, como le había prometido a Ani. Teníamos media hora para llegar. El trayecto se hizo corto, ya que íbamos cantando y riendo.
Al llegar a casa, una vez que estacione mi bello coche, mi madre salió a recibirnos con los brazos abiertos. Ya no la veía muy seguido por el trabajo, pero siempre que podía me hacía un tiempo para venir a verla. A mi padre en cambio lo veía todos los días en la empresa.
- Hijo mío, ¿Cómo estás? - me preguntó abrazandome como si hubieran pasado años desde la última vez que la vi.
- Bien mamá, estoy muy bien. Y tu estás hermosa.
- No más hermosa que ésta chica que traes contigo - dijo mirando hacia Ani - ¿Cómo estás cariño?.
- Gracias Herm, estoy muy bien - contestó Ani con una gran sonrisa.
- Vengan niños, entremos.
- Vamos An - le dije tomandola por la cintura.
Entramos a la casa y pasamos a la cocina. Mi padre estaba ahí "cocinando" un pollo, en realidad lo estaba haciendo Héctor, mi padre sólo ayudaba un poco.
- ¿Cómo está mi hijo favorito?.
- Soy tu único hijo papá - le respondí abrazandolo.
- Mi único hijo biológico si, hijos del corazón tengo muchos, como ésta bella dama de aquí - dijo saludando a Ani, quien le respondió con una sonrisa - y también Cati y Jason.
- Tenemos una buena noticia que darte hijo - habló emocionada mi madre.
- ¿Qué será? - pregunté.
- Tu tía Betty y tus dos primos llegarán mañana, por eso te pediré que en el día te quedes en casa, y si quieres irte a dormir a tu departamento por las noches podrás hacerlo.
- ¡Genial! ¡Vendrá Jason! Hace tanto tiempo que no lo veo. ¿Ani te acuerdas de Jason?.
- Claro Alan, ¿Cómo olvidar a alguien como Jason?.
- Cati también vendrá - me informó mi madre - te pediré que no te comportes mal con ella.
Claro, también venía ella... Cati.
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Cuando nos volvamos a Encontrar
Teen Fiction"[...] ¿Era difícil no? Estar con él mientras pensabas en mi, porque se que pensabas en mi, al igual que yo pensaba en ti. Te tuviste que ir, me tuviste que dejar, aunque no era lo que queríamos, lo tuviste que hacer; ahora es mi turno de marchar...