Ocho meses después...
Cati
Salía de la universidad con Andy, una chica que conocí al llegar a Oxford. Ambas somos latinas, ella es de Chile, y nos hicimos amigas al instante. Nos dirigimos a nuestro departamento que se encuentra a solo unas pocas cuadras del campus, cuatro para ser exactos. Al principio cada una tenía su propio departamento, pero después al hacernos tan unidas decidimos que viviríamos en el mío, que es el que está más cerca, el suyo lo usamos para las fiestas. La vida universitaria es grandiosa, fiestas, chicos, libertad, es increíble.
Llegamos y de inmediato nos pusimos a organizar unos papeles que habíamos dejado la noche anterior en la mesa de la sala. Andy y yo nos habíamos unido hace poco tiempo al equipo de debate y teníamos una competencia con otra universidad muy importante dentro de poco.
- ¿Quieres café? - le pregunto a Andy sacándola de esos papeles por un momento.
- Por favor - respondió con bastante alegría, Andy es así, todo el tiempo.
Cuando estamos solas nos permitimos hablar totalmente en español, así nos sentimos un poco más cerca de nuestras raíces, parece estúpido pero es nuestra forma de no olvidarnos de donde venimos.
Después de tres horas y varias tazas de café, terminamos por fin con el papeleo, así que busco mi notebook, me voy directamente a Facebook, escribo mi correo electrónico y la contraseña. Cincuenta solicitudes, todas de chicos de la universidad, las acepto a todas. 30 mensajes, hago click para ver la bandeja completa de mensajes:
Sra. Romariof: (si, así es nombre de usuario de mi madre).
Necesito que me traigas el nuevo perfume de Chanel cuando vuelvas, aquí todavía no llega.
Ruedo los ojos, ni siquiera me saluda. Éste finde semana nos dan un receso por la visita de un señor que no recuerdo qué es, así que voy a aprovechar esos días para visitar a mi familia, y de paso estar para el cumpleaños de mi madre.
Sigo viendo los mensajes.
Emma:
Ésta noche en la casa de Thomas.Thomas:
Belleza, te espero esta noche.Jason:
Hermanita, cuando vengas por favor ve si me consigues la última camiseta del Manchester United, aquí todavía no llega.¿Será que no me extrañan ni un poco que sólo me escriben para pedirme cosas? Ni siquiera me preguntan cómo estoy, deberían tener un poco de consideración.
Sigo bajando, y uno de los mensajes atrajo mi atención por completo.
Cora Gómez:
Linda, lamento molestarte, se que te fuiste a Londres y no tenía algún número telefónico para comunicarme contigo. En dos semanas sería el cumpleaños de Ben, y es la fecha en la que se hará lectura del testamento, tú sales en él. Sería muy importante para nosotros que pudieras estar. Perdón por la molestia. Besos pequeña.Quedé completamente perpleja con ese mensaje, ¿Yo en el testamento de Benjamin?. Se me hacía muy difícil aceptar aún que él ya no estaba en éste mundo, quería pensar que solo había sido un muy mal sueño y que al volver a Argentina él estaría allí, son su sonrisa inconfundible, pero no, ojalá fuera así de fácil.
Su muerte marcó un antes y un después en mi vida, me hizo crecer, me hizo darme cuenta de muchas cosas que pasaba por alto. Me sentía culpable, y no sé si algún día me podré perdonar el no haberle escuchado. Por eso no me fui con Alan, aunque me moría de ganas de hacerlo, no podía. No estoy lista para cerrar ese capítulo de mi vida, siento que aún no es momento de volver a darle mi corazón a alguien más, por la memoria de Ben.
No voy a negar que extraño mucho a Alan, pero estoy segura de haber hecho lo correcto. Primero y como dije antes, por Ben, y segundo, porque aunque los dos queremos pasar por alto el pequeño detalle de que somos primos, y que sería una relación repudiada no sólo por nuestros padres, sino por todos aquellos que nos conocen. Alejarme de todo un tiempo fue lo mejor que hice, sin dudas.
Como habíamos terminando temprano, decidimos ir con Andy al centro comercial a comprar algo lindo para ponernos ésta noche. Mañana salía mi vuelo y quería festejar al máximo. Bajamos por el ascensor hasta los estacionamientos y nos montamos en mi hermoso Minicooper convertible rojo, encendí el motor y salimos.
Entramos a un par de tiendas, siempre dejábamos la ropa para el final, era lo más emocionante. Ya había comprado el perfume que me pidió mi mamá y la camiseta que quiere Jason, aparte de unos cuantos obsequios más.
Pasamos por un local en dónde me enamoré de unos zapatos rojos con tacón, entré inmediatamente y se los señalé a la mujer que atendía, le dije mi talla y enseguida los trajo. Me los probé y se veían aún más lindos en mis pies. Satisfecha con lo que había escogido, le pasé la tarjeta de débito a la mujer para que finalizara la compra. Ya teniendo los zapatos era hora de ir por la ropa.
Dimos muchas vueltas buscando algo que acaparara mi atención. Andy se había comprado una falda corta color beige, que se pegaba perfectamente a su figura, y una linda blusa blanca de escote en v. Andy era delgada, pero tenía lo suyo, hasta podría ser modelo. Es más que obvio que de las dos, ella se lleva más miradas masculinas. En fin, yo seguía sin encontrar algo que lucir esta noche. Decidimos ver en unas tiendas más, y en una de las vidrieras había un hermoso vestido color negro, era ajustado arriba y suelto más abajo, realmente delicado, con unos pequeños detalles en plateado en la falda. Sin pensarlo dos veces lo compré. Y ahora ya estábamos listas para regresar al departamento y arreglarnos.
Media hora después nos encontrábamos preparándonos para la fiesta. Andy ya había terminado de planchar su cabello rubio mientras que yo, no iba ni por la mitad. Me apresuré, ya que nos pasarían a buscar en media hora más. Una vez finalizado el cabello, el cual dejaría suelto, empecé con el maquillaje, un buen corrector de ojeras, algo de base, un poco de rubor, delineador suave, rímel y un hermoso pintalabios rojo a tono con mis zapatos. Ya estaba vestida, maquillada y se podría decir que peinada.
Mi teléfono vibró, un mensaje de Erik anunciado que ya estaba abajo del edificio.
- ¡Andy vámonos! - mi amiga salió de su cuarto, tomamos nuestras carteras con todo lo necesario y salimos.
Íbamos en el ascensor y nuevamente mi teléfono vibró, pero ésta vez era una llamada. Me apresuré a buscarlo en la cartera, de seguro era Erik apurandonos. Sin siquiera mirar la pantalla atendí.
- Vamos bajando, espera un poco.
- Cati - esa no era la voz de Erik, era su voz, no podría equivocarme, reconocería su voz entre millones. Era él, el chico que había extrañado tanto sin querer admitirlo, y que con solo pronunciar mi nombre había logrado que se me pusieras los pelos de punta. No podía creerlo, cuánto había extrañado su voz. Hasta había olvidado un poco, la hermosa sensación que tenía en mi estómago cuando estaba cerca suyo. De repente todo volvía a mi memoria, todo lo que había estado evitando por ocho meses.
- Hola Alan...
Nuevos personajes:
Colton Haynes como Thomas Mason.
Tyler Hoechlin como Erik Kingston.
María Eugenia Suárez como Andrea Hinton.
Kristen Stewart como Emma Lorenz.
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Cuando nos volvamos a Encontrar
Teen Fiction"[...] ¿Era difícil no? Estar con él mientras pensabas en mi, porque se que pensabas en mi, al igual que yo pensaba en ti. Te tuviste que ir, me tuviste que dejar, aunque no era lo que queríamos, lo tuviste que hacer; ahora es mi turno de marchar...