Alan
- ¿Qué sucede? - pregunté a Ani.
- Nada, ¿Por qué preguntas?.
- Te siento incómoda es como si nunca hubieras estado aquí Ani, por favor.
- No lo se, pues creo que es el hecho de que hacía varios días que no venía y que no te veía Alan.
- Lo siento, ésta noche te compensaré todo ya verás - sonrió satisfecha.
Dejamos los abrigos en el perchero que estaba junto a la puerta y nos dirigimos a la sala.
- Oh Alan - dijo Ani llevándose sus manos a su rostro, impresionada - esto es hermoso.
En el suelo había una manta, con muchos cojines alrededor para sentarnos y una pequeña mesa en el centro con la bandeja de sushi y una botella de un fino vino, todo alumbrado con velas.
- Te lo dije - le sonreí y besé su frente. Ani es como mi hermana, bueno, quitando el hecho de que cuando hay ganas, nos las sacamos sin ningún problema. Pero en fin, ella es eso.
Tomé su mano y la guíe hasta la mesa para que nos sentaramos. Disfrutamos de la cena, nos reímos de unas cuantas bromas, recordamos viejos tiempos, y por fin llegó el momento de hablar, y de hecho fue ella quien se metió en el tema.
- ¿Por qué has hecho todo esto Ali?.
- ¿Tiene que haber algún motivo para mimarte? - pregunté tratando de atrasar un poco la charla, estaba nervioso, jamás le hablé de mis sentimientos a nadie.
- Se que hay un motivo, sólo dime, confía en mi.
- De acuerdo - di un largo suspiro - yo, sólo no se por donde empezar.
- Intenta por el principio - reímos.
- Ni siquiera se en qué momento comenzó, no lo recuerdo, quizás fue desde siempre, y fui muy idiota por no haberme dado cuenta.
- ¿A qué te refieres? - me interrogó Ani confundida.
- Me refiero a que estoy enamorado, estúpidamente enamorado, y no encuentro la forma de decirlo - Anastasia abrió sus ojos asombrada, se que no esperaba lo que acaba de escuchar.
- Alan yo tamb...
- No se cómo decirle Ani - la interrumpí - se que ella siente lo mismo. Hace un par de días cuando la besé fue lo más hermoso que me pasó en la vida, se que es idiota per...
- Espera - ahora fue ella la que interrumpió - ¿hace un par de días?.
Pude notar desilusión en sus ojos, quería decirme algo.
- ¿Qué te ocurre An?.
- Nada - contestó cortante y poniéndose de pie, nunca me había hablado de ese modo.
- ¿Te vas? ¿Qué te pasa? Por favor dime Anastasia - la tomé de los hombros para que me viera a los ojos, y vi como una lágrima caía por su mejilla, me rompió el alma. La última vez que vi llorar a Ani fue cuando su hermana falleció de cáncer hace unos cinco años. Limpié su lágrima con mi dedo pulgar - ¿Qué sucede princesa? ¿Hice algo malo?.
- No, tu no hiciste nada - se soltó de mi agarre - yo fui la estúpida por creer que tu... sólo déjalo así. Nos vemos otro día Alan.
Y sin darme tiempo a protestar salió por la puerta, con su abrigo en la mano, dejándome con el culo lleno de preguntas. ¿Qué mierda fue todo eso?.
Fui nuevamente a la sala, tomé la botella de vino, que aún le quedaba bastante y me fui a mi habitación. Tenía que sacar, al menos por una noche, toda esta mierda de mi cabeza.
Cati
- ¿Bajaras a cenar? - preguntó mi hermano asomándose por la puerta.
- Claro, muero de hambre - respondí sentandome en la cama y poniéndome mis pantuflas de perritos. Estos días me los había pasado en la cama.
- Entonces apurate, ya pareces un Koala, lo único que haces es dormir y comer.
- Cállate Jason.
- Y ponte algo decente, cenaremos todos juntos.
- Mierda - maldeci, ¿Qué tenía de malo mi pijama de corazones y mis pantuflas de perritos?.
- No seáis holgazana mujer, o te la verais conmigo - dijo imitando muy mal el acento español. Ambos estallamos en todas.
- Vale tío - reímos nuevamente.
Una vez que mi hermano se fue, busqué algo que ponerme en el armario. Me decidí por una pollera negra larga, una camisa de seda azul y un cinturón plateado en la cintura. En los pies me puse unos zapatos negros altos con detalles en plateado que combinaban a la perfección con el cinturón y la pollera. Recoji un poco mi cabello y me coloque algo de maquillaje y bajé.
Todos ya estaban sentados en el comedor, muy elegantes por cierto, era la segunda noche que mi tío cenaba con nosotros. Éste al verme se paró para sacar la silla para que me sentara.
- Gracias tío - sonreí amablemente.
- De nada reina - me devolvió la sonrisa.
- ¿Alan no vendrá? - pregunté.
- Oh no querida, dijo que tenía un compromiso - contestó mi tía.
- Oh - sonreí - claro.
La cena transcurrió tranquilamente, todo estaba delicioso, hablamos de temas varios, como la escuela, el trabajo, el pasado, el futuro, hasta que finalmente mi tía cambió el tema de la conversación.
- El sábado irán a conocer los parques de diversiones.
- ¡Genial! - gritó eufórico Jason, reímos por su arrebato, parecía de cuatro años.
- ¿Alan irá con nosotros? - pensé, pero lo dije en voz alta.
- Oh si cariño - dijo mi tía - irán ustedes cuatro.
- ¿Cuatro? - pregunté confundida. Alan, mi hermano y yo, somos tres. Ah, quizás mamá.
- Si, Alan invitó a Ani - respondió sonriente mi tía.
- Veo que te llevas bien con tu primo hija, me alegro mucho por eso - habló mi madre - Ya has preguntando dos veces por el ésta noche.
Me sonrojé... si supieran todo lo que pasa familia, no estarían tan felices.
Una vez finalizada la cena subí a mi habitación, solté mi cabello, me quite la ropa y me puse mi hermoso pijama. Me tire a la cama como si fuera una pileta. Y entonces una pregunta golpeó mi cabeza: ¿Quién carajos es Ani?.

ESTÁS LEYENDO
Cuando nos volvamos a Encontrar
Teen Fiction"[...] ¿Era difícil no? Estar con él mientras pensabas en mi, porque se que pensabas en mi, al igual que yo pensaba en ti. Te tuviste que ir, me tuviste que dejar, aunque no era lo que queríamos, lo tuviste que hacer; ahora es mi turno de marchar...