Cuando nos volvamos a Encontrar

Capítulo XIII

Anastasia

Pasaron dos días desde la última vez que vi a Alan, dos días desde que no respondí ningún mensaje que me mandó, y no contesté ninguna de sus llamadas. Me sentia tan estúpida por creer que se me estaba declarando. Conozco a Alan de casi toda la vida, y siempre estuve enamorada de él, siempre vivió en mi ese pequeñito rayo de esperanza de que algún día sentiría lo mismo, y me equivoqué.

Cuando en el primer año de secundaria nos besamos, pensé que por fin habían despertado sus sentimientos hacia mi pero no. Alan fue todo, es todo. Fue mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez, y ahora mi primer corazón roto.

Pero lo que más me duele no es eso, no es que no se haya enamorado de mi, es que a pesar de todos los años que hemos vivido juntos, de todo lo que hemos pasado, de todos los momentos que estuvo para mi y que fue mi único refugio, y todos los que yo estuve para él, después de todo eso, se fijó en alguien más, y se enamoró de ella, cuando jamás amó a nadie, aparece una cualquiera y se gana su corazón; cuando yo estuve mucho tiempo peleando por un lugar que no sea el de "mejor amiga".

Estoy tan furiosa, conmigo por amarlo incondicionalmente, con él por nunca haberse dado cuenta de mis sentiemientos, que a mi criterio era más que obvio, y con esa estúpida zorra por haber llegado, enamorarlo y en cima hacerlo sufrir. Sin conocerla la detesto. Las lágrimas caen de mi rostro, lágrimas más de bronca e impotencia que de tristeza.

Escuché el timbre del departamento sonar, me puse la bata, pues estaba en pijama y fui hasta la puerta para ver quién molestaba. Miré por el agujero y bingo, la persona que menos quería ver, el culpable de mi dolor, Alan.

- Vete de aquí - le dije sin abrir la puerta.

- No me iré hasta que me digas que mierda te pasa Anastasia. Abre la puerta - estaba enojado.

- No quiero hablar contigo, vete Alan.

- ¿Pero qué carajos te hice? Al menos ten el coraje de decirme, no seas cobarde joder - abrí la puerta de golpe, mirándolo completamente furiosa.

- ¿Quién te crees para hablarme de esa forma idiota? Vete - traté de cerrar la puerta pero me detuvo, y entró cerrando ésta detrás suyo.

- No pienso irme de aquí sin hablar contigo, no respondes mis mensajes, no contestas mis llamadas, merezco una puta explicación ¿no crees? - Auch golpe bajo, tiene razón.

- Yo... no estoy lista para decirte Alan.

- Habla Anastasia, quiero que me digas qué problema tienes conmigo, nunca me has tratado de este modo, y media vez que siento algo por alguien, que abro mi corazón, porque tú fuiste la primer persona en saberlo. Y cuando te cuento lo que me pasa te vas y...

- ¿ES QUE NO TE HAS DADO CUENTA? - dije gritando tratando de retener las lágrimas - ¿Nunca me prestaste un poco de atención? ¿Nunca te diste cuenta de cómo te miraba, de cómo me ponía cuando te veía con alguien más? ¿Acaso crees que todo lo que hice por ti lo haría por otro amigo? De verdad me sorprende que nunca lo hayas notado, con lo mucho que me conoces.

- ¿A qué te refieres An? - preguntó acercándose a mi, pero di un paso hacia atrás.

- ¿Y aún lo preguntas?.

- Pero es que no se Ani, no te entien..

- Vete - lo interrumpi susurrando por miedo a que mi voz se cortara.

- ¿Qué? - preguntó, no se si por sorpresa o porque no escuchó.

- QUE TE VAYAS - le grité casi sin poder controlar el llanto.

- Espera An yo...

- YA VETE ALAN - lo empuje fuera del departamento y cerré con fuerzas, dándome la vuelta, apoyé mi espalda en la puerta y me dejé caer, ya en el piso lloré, lloré y lloré.

- Te amo Alan... - le dije al viento, con un hilo de voz.