Alan
El teléfono móvil de Cati cayo, rompiendo la pantalla en pedazos al tocar el suelo, luego sus piernas se desvanecieron, haciendo que pierda el equilibrio. Me aproximé lo más rápido que pude, impidiendo que cayese. Estaba tiritando, sea lo que sea que haya escuchado en esa llamada, era algo realmente malo.
Me abrazó aún más fuerte, y la dejé llorar en mi cuello. Una vez que se tranquilizó, se separó un poco, mirándome con los ojos rojos por las lágrimas, algunas que aún seguían cayendo, el maquillaje corrido, y aún así me seguía pareciendo la mujer más hermosa del planeta.
Limpié un poco su rostro con mis manos y le dejé un suave beso en la frente. Aún los dos en el piso Cati se posó en mi pecho y acariciando su cabello me atreví a preguntar:
- ¿Qué sucedió princesa? - Cati tomo una gran bocanada de aire.
- Be... Benjamin... - dijo con la voz cortada.
- ¿Le sucedió algo?.
- Él... Se suicidó Alan, se suicidó - y explotó en llanto nuevamente. Pero, ¿Qué carajos? ¿Por qué?. La abracé con más fuerza, no sabía que decirle, cómo consolarla - ¡ES MI CULPA ALAN! Yo fui la que provoqué esto, yo lo abandoné, yo...
- No digas eso Catalina, tú no hiciste nada, tu solo hiciste lo correcto. Él cometió un error contigo, él te dejó ir - le hablé tomando su rostro para que me mirara a los ojos - No tienes por qué culparte, fue su decisión, ¿de acuerdo?.
Ella asintió con la cabeza y volvió a abrazarme.
- Tengo que ir... Tengo que ir a Argentina.
- Iré contigo pequeña, no te dejaré sola en esto.
- No es necesario, Jason está allá.
- Pero quiero acompañarte, no te dejaré nunca.
- Te amo - dijo, y me perdí, en sus ojos color mar, navegue por las aguas más hermosas, como cada vez que me miraba. Me dolía ver aquellos ojos sufrir, y no entendía el por qué de la decisión que tomó. No es que me cayera de lo mejor, pero no le deseo a nadie lo que acaba de pasar, la decisión que tomó no debió haber sido fácil, no imagino el dolor que debió sentir para llegar a eso.
- Y yo a ti, más que a mi vida pequeña, más que a mi vida - y perdí la noción de cuánto tiempo estuvimos así, abrazados, juntos, sintiendo cada latido, cada palpitar, cada respirar.
Cati
Seguía sin poder creerlo, no entiendo por qué Ben tomo la horrible decisión de terminar con su vida. Cada momento que pasamos juntos venía a mi cabeza, cuando jugábamos de niños, o como ese día que me caí de la bicicleta y él me cargó en su espalda hasta mi casa. También cuando golpeó a un niño en el colegio por tirarme el cabello, nuestro primer beso, y el día en que me pidió ser su novia. Con cada recuerdo, caían mis lágrimas, recordaba su sonrisa, sus bellos ojos azules.
Y a pesar de que me hizo daño, no le guardo ningún rencor, y sigo sin poder creer que no lo veré jamás, que ya no podré escuchar su voz, y lo voy a extrañar tanto. Antes de ser mi novio fue mi mejor amigo, y realmente era una persona maravillosa, y me duele tanto su decisión, pero aún más me duele el haber estado peleada con él y no haber dejado las cosas claras, será algo que me pesará el resto de mi vida.
Y acá me encuentro, haciendo una puta maleta, para ir a un funeral. El funeral de un chico que tenía un gran futuro por delante, y tanto que vivir aún. Acá me encuentro, con las lágrimas que aún caen por mi rostro. Acá me encuentro, completamente desnuda de alma y de corazón, recordando, tratando de no olvidar ningún detalle de su rostro, de su sonrisa, ni de sus ojos como el cielo.
Acá me encuentro, subiendo en un avión, para ir a Argentina, donde crecí, donde Ben creció, y donde decidió irse de éste mundo. Y finalmente después de unas horas llegué, y aunque nunca estuve en éste aeropuerto con él, me llena de nostalgia el sólo hecho de estar en mi país, una patria que llora la partida de un hijo tan joven. Mi mirada se pierde, en el cielo, buscando un rayo de luz, buscando una señal, porque sé que ahí estás Benjamin.
Prometo nunca olvidarte y siempre te tendré aqui, en mi corazón... Ben.
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Cuando nos volvamos a Encontrar
Teen Fiction"[...] ¿Era difícil no? Estar con él mientras pensabas en mi, porque se que pensabas en mi, al igual que yo pensaba en ti. Te tuviste que ir, me tuviste que dejar, aunque no era lo que queríamos, lo tuviste que hacer; ahora es mi turno de marchar...