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Jungkook no caminó de regreso al Denali, dio pisotones. Las pesadas botas de trabajo machacaban contra los muelles flotantes mientras regresaba a tierra firme, al área de estacionamiento del puerto deportivo.

La garganta de (Tn) ______ estaba todavía amoratada. Podía ver las marcas contra la pálida piel. 

Tenía los puños apretados a los lados mientras luchaba por respirar a través de la furia atroz que le desgarraba las entrañas con una fuerza que lo hacía querer aullar. Hijo de puta. Mataría al bastardo responsable si alguna vez tuviera la oportunidad.
Ella era diminuta, tan jodidamente pequeña. Podría abarcarle la cintura con las manos y probablemente tendría espacio de sobra. Los grandes ojos grises jaspeados le devolvían la mirada al mundo con una inocencia que le hacían preguntarse, habida cuenta de la pandilla con la que acostumbraba a andar cuando era más joven y de los rumores que escuchó, si sus sueños de fantasía de esa noche con ella podrían ser más realidad que quimérica ilusión. Esas largas franjas de rizos color negro azulino que le caían de la cabeza sólo la hacían parecer más encantadora, más frágil. Tan frágil que no podía creer que el cabrón que la magulló no hubiese conseguido fracturarla.

(Tn) ______ no era una mujer que se podía tratar con algo menos que delicadeza. Un viento fuerte magullaba esa piel delicada y blanca, todos los que la conocían, lo sabían. Ella a menudo bromeaba que no podía atravesar una habitación sin estropearse la piel.
Y siempre dolía. Haría pucheros si se chocase contra algo, frotaría la piel agraviada y miraría furiosa como si la debilidad la molestase.

Sin embargo, era obstinada como el diablo, así que siempre pensó que esto lo compensaba. Ella se enfrentaría a cualquiera, cara a cara y hubo veces que, discutió incluso con el padre de Jungkook. Eso no era fácil de hacer.

Jungkook no podía manejar las emociones surgiendo dentro de él en este momento, el pensamiento del atentado que había sido llevado a cabo para lastimarla. Para destruirla. La furia genuina. La necesidad de arrodillarse delante de ella y besar cada centímetro de la carne amoratada, de implorar su perdón por no haber estado allí para protegerla. La necesidad de exigir explicaciones, de implorarle que se quedase de simplemente abrazarla, lo estaba destrozando.

Nunca había tenido tantas emociones atravesándolo. Para un hombre que se enorgullecía de su control, estaba cerca de perderlo. Porque a pesar de los hematomas, la deseaba. Quería tocarla, besarla de la cabeza a los pies, mostrarle toda la gentileza que él podía encontrar dentro de sí mismo y quería follarla hasta que ambos gritaran de placer.

Ella era demasiado joven, se repetía a sí mismo. Sus tiernos 24 estaban muy lejos de sus 32. Pero era suya. 

El pensamiento se arraigó en su mente y él se negaba a dejarlo ir. (Tn) ______ era suya.

Oye, Jungkook. - El sonido de la voz de Wang Jackson gritando lo hizo detenerse, apretó la mandíbula previo a volverse hacia el otro hombre antes de pasar del muelle al estacionamiento. 

Jackson atajó camino desde la entrada del puerto deportivo a la zona de estacionamiento, los ojos escondidos detrás de las oscuras gafas de sol, pero Jungkook sabía que el otro hombre probablemente estaba analizando cada reveladora emoción que él no podía ocultar en su rostro. 

ㅡ Oye, te fuiste temprano esta mañana. - Afirmó Jackson mientras lo detenía en el camino.

ㅡ Sí. - Coincidió Jungkook mientras lo seguía a la camioneta.

ㅡ Yang dice que vio salir tu cacharro a casa de Taesung, al encuentro de un aterrizaje no programado. ¿Tienes problemas?

Allí estaba. Los Wang no sólo eran notoriamente entrometidos, sino también notoriamente protectores con sus amigos. Y consideraban a Jungkook y a su hermana, amigos.

ㅡ 𝕷𝖚𝖘𝖙𝖋𝖚𝖑 𝖐𝖎𝖘𝖘𝖊𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora