¿Por qué demonios seguía oyendo la inocencia en su voz, viéndola en sus ojos? Cuando miró dentro de las profundidades color marrón, vio a una mujer que no tenía noción del placer que su cuerpo podía experimentar, las alturas a las que la excitación podía llevarla.
Bajó la mirada sobre su cuerpo de nuevo, un gemido le salió de la garganta ante la visión del glaseado meloso que brillaba en los pliegues de su coño. El clítoris, una dulce perlita rosada, asomaba entre esos pliegues, tentando sus labios, su lengua.
ㅡ No sabes lo que le haces a un hombre. - Gruñó mientras se acercaba, inclinándose sobre ella hasta que sus labios se rozaron. Me abres el apetito, caramelito.
Una lenta sonrisa le curvó los labios bajo los de Jungkook.
ㅡ ¿Tu caramelito?
¡Demonios! No iba a sobrevivir a esto. La lenta sensualidad somnolienta en su rostro y en su voz era más de lo que podía soportar.
ㅡ Mi caramelito. - Y que lo maldijeran si dejaba que otro hombre lo probara ahora.
Descendió los labios sobre los de ella con más firmeza, la lengua lamiéndole los bordes hasta que los abrió para él, hasta que su lengua salió al encuentro de la suya y un bajo y femenino gemido salió al encuentro del beso.
Dios, recordaba su beso. De todas las cosas que evocaba de ese recuerdo empañado en alcohol de casi tomarla, era el sabor de su beso. Como la más dulce inocencia.
¿Cómo demonios lo lograba? Había tenido citas a lo largo de los años con más hombres de los que él podía nombrar. No había manera que esa inocencia fuera tan pura como parecía.
Que lo maldijeran si le importaba. Demonios, él no era exactamente virgen y no esperaba encontrar una jamás. Le importaba un cuerno. Pero a partir de ahora, ella le pertenecería exclusivamente a él. Se aseguraría de ello.
Ensartando los dedos en los espesos rizos negro azulados que enmarcaban su rostro, Jungkook la mantuvo en el lugar y profundizó el beso. Hundió la lengua en su boca, tocó la de ella y sintió cómo cerraba los labios en un agarre sensual. Le succionó la lengua con perezoso placer, provocando que su pene se apretara y tensara ante el recuerdo de sus labios chupándolo en ese lugar.
Maldición, lo estaba poniendo cachondo. Debería haber encendido el aire acondicionado antes de traerla a la habitación.
El dulce roce de sus pezones lo quemó a través de la tela de la camiseta cuando se arqueó contra él. Pechos llenos, hinchados se acomodaron en su pecho y el calor de éstos se precipitó a través de su cuerpo como un narcótico.
No podía pensar en nada mejor que liberar el pene y enterrarlo profundo hasta las pelotas en las apretadas y resbaladizas profundidades de su coño.
Por un segundo, por una imagen fugaz, pudo haber jurado que lo había hecho antes. Sentirla, tan jodidamente apretada que pensó que moriría. Luego desapareció, vestigios de sueños que había tenido a lo largo de los años. Fantasías que había sido incapaz de controlar.
Apartando los labios de ella, Jungkook se puso a brindarle placer. Simplemente placer. No presión. Esta vez no era para él, esto era para su (Tn) ______.
La habían lastimado, magullado, casi quebrado. Deseaba borrar ese recuerdo de su mente. Borrarlo y remplazarlo con dulce placer, con satisfacción. Deseaba que ella conociera la ternura, conociera la excitación apasionada, la calidez de la satisfacción sexual.
Estaba exhausta, agotada, pero sabía que no dormía bien. Esto era algo en lo que tenía intención de ayudarla esta mañana.
(Tn) ______ apenas contuvo el grito que habría salido de su boca cuando los labios de Jungkook bajaron por su garganta hacia la elevación de los pechos. Tenía sensible el cuerpo entero, pero por raro que pareciera no sentía dolor.
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ㅡ 𝕷𝖚𝖘𝖙𝖋𝖚𝖑 𝖐𝖎𝖘𝖘𝖊𝖘
FanfictionTú escondes un increíble enamoramiento por Jeon Jungkook. El problema es que el padre de Jungkook, es tu muy protector padrino. A todos los efectos, tú y Jungkook han crecido más como hermanos que otra cosa. Al enterarte que la prometida de Jungkook...