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(Tn) ______ despertó, unos brazos fuertes la sostenían, sentía el calor de Jungkook detrás de ella, la cabeza de él descansaba contra la suya y sus piernas se entrelazaban entre sí.

Esto era definitivamente extraño. Nunca había dormido con un hombre antes de Jungkook y casi estaba asustada de cuán fácil se podría acostumbrar a esto.

Ni una vez se había despertado preguntándose quién estaba detrás de ella, o aterrorizada porque las pesadillas habían vuelto. Ni una vez se sintió incómoda, o sintió que no debería estar allí. Lamentablemente, una parte de sí misma sentía como si estuviera en casa.

Se giró lentamente, intentando no despertarlo, pero deseando ver su cara.

Las líneas de risa junto a sus ojos no habían estado allí antes de que él dejara Boston. Eso la hacía pensar que habían pasado años desde que había visto a Jungkook feliz de verdad, hasta ahora. Él se reía. El regocijo y la diversión brillaban en sus ojos como lo hacían hace mucho tiempo. Antes que se fuera a los Marines. Antes de que regresara de tanta sangre y muerte.

Como ya había notado, él estaba más fuerte, más macizo, más ancho. Era, exteriormente, el hombre que ella siempre había sabido que existía en el interior.

Levantó la mano y usando sólo las puntas de los dedos, lentamente apartó un largo y grueso mechón de cabello que había caído sobre su rostro.

Se veía más arrogante que antes, pensó ella divertida, Jeong Jungkook ya tenía arrogancia en abundancia antes de dejar Boston. Sin embargo, se veía más relajado, menos austero y crítico. Era el hombre que le había robado el corazón años atrás cuando era una muchachita.

Cuando lo miraba, su hambre por él surgía. Era una natural reacción al pensar en Jungkook. Esa necesidad que se filtraba por su cuerpo, calentaba su carne y la dejaba dolorida por él. Lo sentía en sus pechos, en sus pezones erguidos. Esa sensibilidad que surgía siempre cuando Jungkook estaba presente, siempre que pensaba en él.

El calor que se formaba allí también se propagaba más abajo. Le calentaba el clítoris, hacía arder su coño y contraía su matriz. A partir de ahí, sentía que la sensibilidad se extendía bajo su piel, llenándola de un hambre por él que sabía que nunca sería saciado por completo.

Ella arrastró los dedos desde su pelo hasta un amplio y musculoso hombro. Levemente. Mantuvo su toque ligero, deseando sentir el calor sutil y la textura de su piel, en lugar del afilado acero de debajo.

Siempre había amado su cuerpo, pero ahora incluso lo amaba aún más. Este era de un rico bronce dorado. Se sentía caliente, pulsante y tan duro como de puro acero.

Cuando los dedos femeninos vagaron sobre su hombro, las pestañas de Jungkook revolotearon hasta abrirse. Los somnolientos ojos color miel le devolvieron la mirada durante un segundo antes de que él se girara lentamente hasta quedar sobre su espalda.

Una invitación. Una invitación para tocar a placer, para solazarse como deseara. Él le daba carta blanca a su cuerpo y sus sentidos explotaron con unas ansias locas al comprenderlo.

Moviéndose sobre él, ella no podía menos que besarlo en ese momento. Un beso que podría medir, controlar, degustar. Sus labios bajaron hasta los de él, se rozaron contra ellos y su cuerpo entero se tensó de necesidad cuando respondieron bajo los de ella.

El beso flameó, pero en vez de arder fuera de control, sólo comenzó a llamear más brillante, más caliente, manteniendo la necesidad de una lenta y suave caricia.

Los labios se acariciaron, las lenguas se enlazaron, probando y construyendo el deseo que se elevaba entre ellos.

Tocarle era como estar en el centro de una tormenta de fuego, protegida, aunque envuelta de calor. Era como si al acercarse a ese calor, llenara su alma con él.

El sabor de Jungkook infundió sus sentidos, sus besos se volvieron más hambrientos mientras ella sentía la necesidad arremolinándose dentro de sí.

Separando sus labios de los de él, (Tn) ______ los arrastró por la piel áspera del cuello masculino mientras sus manos acariciaban sus tensos abdominales. Ella pellizcó y lamió, probó y disfrutó de él como nunca había disfrutado de nada en su vida.

Sintió como si estuviera emborrachándose de él. Cada probada era más embriagadora que la última. Cuando las manos se enredaron en su cabello, el cuerpo de Jungkook se arqueó contra ella, el saber que le daba placer amplificó su propia excitación.

Las uñas de (Tn) ______ rasparon a lo largo de los muslos de Jungkook, sintiéndolos apretarse bajo su toque mientras sus labios hacían su camino hasta los abdominales. Ella sabía hacía donde iba, sabía lo que deseaba.

Su control fue abatido. Jungkook podía sentir los últimos hilos de su restricción deslizándose por sus dedos a pesar de la batalla por agarrarse a estos.

Él había visto el rostro de (Tn) ______, su expresión cuando comenzó a trazar su camino descendente de besos por su cuerpo. No sólo le daba placer a él, joder, ella encontraba placer en cada toque que le daba. Nunca había visto esa expresión en la cara de una mujer antes. Nunca había conocido una mujer que realmente hallara placer sólo al tocarlo.

El único modo de aferrarse a ese control era simplemente observarla, aunque supiera que ese era el modo más rápido de perderlo.

Los labios hinchados bebieron a sorbos de la piel de su abdomen mientras las uñas se le clavaban en los muslos. Una delicada lengua rosada le lamió la carne a sólo un aliento de la rígida punta de su polla cuando esta se elevó de entre sus muslos.

Maldición, él la deseaba. La necesitaba. Pero sobre todo, deseaba mirar su cara, mirar su placer.

ㅡ 𝕷𝖚𝖘𝖙𝖋𝖚𝖑 𝖐𝖎𝖘𝖘𝖊𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora