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-prólogo-


Harry había estado contemplando el pomito de las pastillas por toda la semana, él había pensado en ellas cada vez que llegaba de clases, o regresaba de ver a Sophie, era como si estuvieran burlándose de él.


Cada. Maldita. Vez.


Y entonces todo empezó a suceder.


Cuando su madre le dijo que no habrían más cenas familiares, o cuando Gemma lo llamo una noche diciéndole que no vio a su padre en su regreso a casa, era difícil, Gemma se había mudado a otro departamento con su nuevo novio, Jef, y Harry no tenía ningún cuidado con eso, ciertamente, Harry no tenía ningún cuidado en nada...porque su madre se empezaba a alejar y luego Sophie hablando sobre lo bueno que sería que empezaran a formar algo juntos, y al demonio cualquier pensamiento racional de Harry diciendo que no necesitaba algo serio ahora, al menos no con ella.


Y entonces su madre le había enviado unas cajas viejas y la nueva mediación para mareos que él había pedido, y todo pasaba sobre su día de rutina de ir a clase y luego su apartamento, y casa, y Sophie, y estudios, libros, más dormir, y mucho más Sophie y sus manos sobre ella y libros y compañeros y casa y él no estaba listo para continuar, se sentía tan pesado por las mañanas, así que él había guardado sus pastillas y pidió a Gemma unas cuantas más para sus dolores de cabeza.


Y lo había tenido todo listo.


Había llamado a Sophie, y Harry pudo escuchar cuando ella comenzó a hablar sobre lo mucho que necesitaban mantenerse firmes frente al divorcio los padres de Harry, que lo entendía, que a ella no le importaba lo que el tema de sus padres podría estar corrompiendo su relación, como si los padres de Harry fueran un gobierno retorcido, ella dijo que me lo necesitaba, que era necesario enfocarse en algo seguro y estable, que ellos eran estables, que nunca les sucedería lo que a sus padres, que él podría respirar seguro junto con ella, pero Harry no le creyó, porque aunque pudiera tener la mayor seguridad con Sofie él ya había olvidado como respirar.


Por qué, por el amor de Dios Sophie, que carajos es estar seguro.


Y su madre llamo esa noche, pero ya todo estaba listo.


Y Gemma dejó un mensaje en el contestador.


Y Harry tomó las píldoras dentro de su bañera.


Porque él jamas sería el más fuerte en cualquier cosa.


usted me ruboriza (umr) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora