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-deja tu mensaje después del beep, *beep*-


Harry había regresado a su cama después de eso, dijo que estaba cansado, es decir yo también, por qué mis rodillas estaban como en una mini convulsión espontanea, pero yo era fuerte, a veces.


Y fue cuando Zander entro a ver cómo iba todo, y Harry le dijo que se le habían acabado las pastillas, que empecé a preguntarme por qué estaba haciendo todo eso, era algo premeditado, sí, no soy tan tonto, pero hablando en general yo lo hacía por ambos, por qué Harry necesitaba de alguien para que se quedara y yo necesitaba a alguien que estuviera conmigo, así que uno sigue sin ser estúpido y comienza a cambiar las pastillas para apoyarte en alguien que debe quedarse, por qué es obvio, uno quiere estar solo, pero no lo quiere al mismo tiempo, no realmente.


Ahora yo estaba en mi cuarto, aún en mi silla, comiendo pedacitos de hielo.


Zander estaba saliendo y luego regresando con más hielos en tazas de té.


-Hay una chica abajo.


Tomé un hielito con la cuchara y lo coloqué debajo de mi lengua.


Él continuó.


-Hay una Sophie abajo.


Cogí otro hielito.


-Para tu amigo de la 3B.


-¿Una Sophie?


-Sí, chica, Sophie, una.


-¿Puedes empujarme hasta el ascensor?


Pero, no lo hizo, él estaba como en su propio lugar de jugar quien era el más fuerte, entonces yo mismo comencé a empujarme hacia la puerta y me detuvo cuando había comenzado a inclinarme hacia el pomo, él se me abalanzó, por completo, sin esperar respuestas.


Fue amable, por qué yo no estaba en condiciones de responderle, es que, yo tengo sentimientos, y a veces no podía con las cosas, como cuando Z sostuvo mis mejillas entre sus manos y empezó a besarme, fue como: ¡guau! chico, solo, dame un respiro, no estoy listo para otra ronda, y pensé en la causa del porqué de los pensamientos abrazadores, de los que te gritan: puede que no tengas nada serio con el chico de la 3B, pero hombre, no beses a alguien más.


Él fue el primero que se alejó de mí.


Y yo crucé la puerta, hacia el ascensor, agradeciéndole por no tocar mis rodillas, por no apoyarse en alguien que era como el cristal, un fuerte cristal, ustedes entienden, soy demasiado para él.


Sophie era como una pequeña muñeca, mucho de todo, mucho cabello rubio, muchas ondas corporales, como si su cuerpo fuera una especie de rizo definido, muy linda, muy todo, muy, demasiado.


Pero yo seguía en la silla y eso como que le daba a ella un poco más de ventaja.


Oh, sí, la encontré en el pasillo, no, no sabía cómo rayos Steve la dejo pasar sin su pulsera de porquería de visitante, pero sí, supe que era ella, porqué estaba muy cerca de la 3B, quiero decirles que ella sabía cuál era la habitación, por qué: ¿quién pasa sin saber la habitación?, es decir: nadie, y cuando me vio tampoco preguntó que hacía un chico en una silla, totalmente discapacitado de sus piernas, que eran basura, frente a ella, con unas excelentes rodillas rosadas, y shorts, no olvidemos los shorts, ella estaba luciendo sus rodillas, ¡já! pensé, ella estaba como burlándose, ¡já!, gran y pretencioso ¡já!


-No es horario de visita-yo soy, como muchos saben, un bastardo.


-No, pero, esto es importante-ella caminó mucho más cerca, hacia mí y la silla.


-Claro, pero sigue sin ser el horario.


-Lo sé, yo solo quiero unos minutos.


-Y yo solo quiero tus rodillas-quise regresar las palabras, por qué lamenté eso, por qué fue la pasión eclipsada de no poder sostenerme cuando intentaba ponerme de pie, y se lo tiré a una chica toda rosadita que no respetaba las reglas ni los sentimientos de un discapacitado.


-Lo siento.


-Sí, como sea, yo también, tú sabes, emociones.


-Sí-ella miró hacia la habitación y luego a mí, y a la habitación de nuevo, ella parecía querer teletransportarse fuera de mi campo visual y mis emociones de adolescente sin piernas de verdad-Bueno, yo solo entraré.


-Entonces sería como allanamiento.


Ella volvió a mirarme.


-Soy su novia.


Humm.


-Oh claro, eso, pero sigue sin ser el horario.


-Sabes, no me importa-tomó el pomo-él me importa, su hermana me lo contó hace unos días, y aun no entiendo que salió mal.


La puerta se abrió del otro lado, una pequeña rendija, con alguien respirando muy rápido.


Harry.


Harry.


Harry.


-¿Soph?


-¿Harry?-ella abrió la puerta completamente-¿estás bien?


Y esa, mis amigos, es la peor pregunta que se le puede hacer a alguien dentro de un hospital de mierda.

usted me ruboriza (umr) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora