Capítulo 20

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Todos rieron por el mohín que se dibujó en el rostro de André ante las palabras de Aurora. La tomó de la cintura, haciendo que ella saltara lejos de él, riendo.

–André no tiene remedio –suspiró Danaé mirándolo fijamente– es un niño.

–¿No lo son todos los hombres, querida prima? –soltó Aurora con calma.

– Quizás... –la mirada de Danaé se fijó en Alex, quien le sostuvo la mano– algunos crecen más rápido que otros –esta vez, miró hacia Marcos.

–Y algunos no crecen en absoluto –rió Marcos mirando hacia André–. Es la verdad, solo tú podrías dejar que alguien como Alessandra...

–¡Alessandra! –repitió Lucian con curiosidad– ¿quién es Alessandra?

–La novia de André –contestó Alex, automáticamente.

–No es mi... –empezó furioso André.

–Era su novia –señaló Christopher y todos lo miraron– o no estaría tan molesto.

–¿Y si solo fue una pelea sin sentido? –intervino Mía, para sorpresa de todos–. Por eso ella no estaría aquí.

–¡No es mi novia! –gritó André. Todos rieron–; y, eso no es de su incumbencia de cualquier manera. Dejen de hablar de mi vida privada.

–¡Ahora quiere vida privada! –se burló Beth–. Antes presumías de cada conquista que hacías, aun cuando no nos interesaba saberlo –terminó con voz censuradora.

–No lo atormenten –Marcos intervino con voz neutra– seguramente es difícil para él.

–¡No es difícil, nada! Están equivocados, todos –André contestó y se alejó, enfadado.

–¿Ustedes también creen que...? –Daila comentó y todos le dirigieron una mirada de advertencia–. Lo lamento.

–No, ya te acostumbrarás a la sutileza –la tranquilizó Aurora. Daila se ofendió.

–¿Por qué eres así, Aurora? –Christopher soltó en tono engañosamente suave y alcanzó a Daila, que salía al patio.

–¿Qué está sucediendo? –Alex los miró con curiosidad– ¿Has peleado con Christopher? –preguntó a Aurora y ella hizo un gesto de "no es importante".

–Es curioso... –susurró Danaé e intercambió una mirada de entendimiento con Marcos.

–¿Qué ha sido eso? –preguntó Mía bajo hacia Marcos– ¿qué pasó?

–¿Sobre qué? –Marcos giró hacia ella.

–La mirada que intercambiaste con Danaé... ¿Qué vieron?

–Eres perspicaz –soltó aprobador Marcos– cada vez me gustas más y más.

–¿Solo te gusto? –Mía sonrió, su primera sonrisa genuina de la noche. Marcos se alegró de que ella estuviera mucho más cómoda.

–Me encantas, fascinas, gustas... y todo lo que puedas añadirle a eso.

–Creo que has sido bastante claro –Mía le tomó la mano con fuerza–. Gracias, Marcos. Realmente, gracias. Te amo.

–Nunca podré acostumbrarme –dijo él y la apartó, para poder besarla por un tiempo.

La cena transcurrió con relativa calma. El brindis fue realizado por Stefano, quien dio un corto discurso sobre la nueva pareja y Marcos y Mía se levantaron para anunciar oficialmente su compromiso.

Tan solo amor (Italia #7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora