Primera fiesta familiar
El bullicio alrededor era increíblemente fuerte y, sin embargo, se distinguían voces que sobresalían unas de otras. Marcos miró alrededor y supo a lo que Mía se refería. Sí, él tenía una familia relativamente grande, pero esto... esto era un concepto totalmente nuevo.
Algo agobiado, miró a su alrededor una vez más, intentando recordar rostros, nombres, ¿parentesco?
Sintió la mano de Mía sobre su brazo y una ligera sonrisa de burla curvó sus labios. Marcos hizo un mohín, sin embargo no pudo evitar sonreírle en respuesta. Su esposa era hermosa y él, seguía siendo el hombre más afortunado del mundo.
–Te dije que era una locura –Mía susurró, acercándose– ¿qué opinas ahora?
–¿La verdad? –Marcos la miró, cómplice–. Creo que me gusta, quiero una familia grande.
–¿Qué tú qué? –exclamó con sorpresa y un par de miradas se posaron sobre ella–. Lo siento –susurró, haciendo un gesto con las manos para que continuaran con sus respectivas conversaciones.
–Estaba bromeando –la tranquilizó, divertido– aún tenemos mucho tiempo.
–Sí y quiero disfrutarte antes de tener que compartirte –soltó Mía con descaro– ¿lo entiendes, verdad?
–Hazlo, no me quejaría –pasó su brazo por la cintura de Mía y la atrajo hacia él. Cuando estaba a punto de besarla, escuchó un incómodo carraspeo–. ¿Es en serio? –elevó sus ojos azules y se encontró con Eliane, la hermana de Mía y su esposo Aidan.
–Muy en serio –Eliane, a quien todos llamaban Lia lo besó en la mejilla– ¿aun de luna de miel, cierto?
–¿Acaso debe terminarse? –Marcos inquirió con fingida sorpresa–. Y yo que planeaba estar toda la vida de luna de miel.
Mía lo codeó ligeramente en el costado, porque sentía que se sonrojaba por la mirada que le dirigió Marcos. Aidan se limitó a mirar a otro lado mientras Eliane reía divertida.
–¿No son lindos? –comentó, a nadie en particular y miró hacia Aidan–. ¿Qué sucede? –preguntó, porque le había tirado con fuerza de la mano.
–De nuevo –murmuró contrariado Aidan y Eliane notó como un trozo de pastel caía muy cerca de él.
–Esto es sospechosamente parecido al año anterior –rió Eliane y se concentró en Marcos y Mía nuevamente–. Es que a Aidan, el año pasado... ¡Aidan! –gritó cuando él la atrajo hacia él– ¿qué sucede...?
No pudo terminar la frase pues un pastelito pasó muy cerca de su cabeza. Habían comenzado temprano. Cada año más niños... cada año más caos.
–¿Sigues pensando que una familia grande es buena idea? –Eliane miró hacia Aidan y él se encogió de hombros mientras asentía divertido– ¿realmente?
–No siempre será así... –intentó justificar con la ceja arqueada y de inmediato soltó una carcajada– bueno, no tan grande tampoco.
–Menos mal... –Lia giró hacia su hermana– ¿puedes creer que es el segundo año que venimos y continúa queriendo una familia grande?
–No lo digas –Mía asintió, casi espantada–. Marcos me ha dicho lo mismo.
–¿Qué les sucede a ustedes? –Lia los miró alternativamente, entrecerrando los ojos– ¿acaso es una especie de competencia?
–Debería serlo –Marcos bromeó, pero su rostro parecía meditarlo– realmente...
–¿Una competencia? –Aidan preguntó, incrédulo– ¿sobre qué? ¿Cuántos hijos?
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Tan solo amor (Italia #7)
RomanceMarcos Ferraz soñaba con enamorarse, lo que le había conllevado variadas burlas de los jóvenes miembros de su familia. Sin embargo él no temía admitirlo, muy dentro de su corazón, sabía que la encontraría. Y lo hizo, en una boda... solo lo supo...