Recostada en mi cama cerré los ojos tratando de recordar algo.
*Flashback*
Y recordé la vez que vine por primera vez a Inglaterra. Tenía la edad de cinco años, algo así, en ese entonces mi padre apenas acababa de conocer a Maura. Nunca me habían contado su historia de amor, y la verdad no me interesaba saberla. En este momento estaban de viaje, habían ido a Alemania por asuntos de trabajo, negociosos de mi padre, y Maura lo había acompañado para que tuvieran intimidad, y, supuestamente, también para que no se frustrara por haber dejado a su hija en Inglaterra, la cual, casualmente, tenía menos de seis meses de haber tenido un accidente en el cual perdió la memoria, o al menos, parte de ella.
Escucha mientras lees: I Miss you~ Miley
Mi madre me había traído a Inglaterra para que visitara a mi padre, y yo estaba feliz de visitarlo, una niña de cinco años no se da cuenta de que tan cabrón puede ser su padre, cuando llegue, recuerdo que mi padre vivía en un departamento, o por lo menos una casa más chica que en la que ahora me encontraba, mi madre me había dejado con mi papá y después se fue al hotel en que había reservado una habitación para las dos, ya que, no íbamos a quedarnos en la casa de mi padre, y teníamos planeado estar en Inglaterra una semana.
-¡Papa! –grite en cuando el abrió la puerta de su casa. Me lance a sus brazos para abrazarlo
-¡Princesa! –Dijo mi padre sonriendo –Te extraño mucho
-Yo también papi –dije dándole un sonoro beso en la mejilla. Llevaba mucho tiempo sin verlo
-Te la dejo, vendré a las ocho por ella –dijo mi mamá sin saludarlo. Ni él ni yo dijimos nada –Adiós pequeña –dijo mirándome a mí –Te cuidas, le haces caso a tu padre. Vengo por ti más tarde
-Si mami –dije sonriendo –Te quiero
-Yo también te quiero –beso mi pequeña y regordeta mejilla
Y sin más se fue.
-¿A dónde quieres ir? –pregunto el bajándome de sus brazos
-No sé –me encogí de hombros –Yo no conozco este mundo
-¿Este mundo? –dijo sonriendo, y sus ojos, idénticos a los míos se cerraron un poco con el gesto.
-Si –explique –Mi mamá y yo nos subimos a un avión –estire mis brazos simulando ser un avión –Rum Rum, suichhhh. Así despego, y llegamos a este mundo.
-Pero es el mismo mundo que en Estados Unidos
-No, porque se ve diferente
-Es otro país, y otro continente, pero el mismo mundo
-Eso –dije asintiendo
-¿Qué te parece si vamos a comer? –Dijo él –Aquí cerca hay un restaurante que está muy bonito. No recuerdo su nombre, pero tiene juegos y la comedia es deliciosa
-Bueno –dije sonriendo –Pero tú pagas
-Yo pago –asintió mi padre
Fuimos a comer y platicamos. Me conto que le iba muy bien en el trabajo, y yo le dije que me iba bien en la escuela, hablamos de a donde podríamos ir después y por ultimo recordé que en mi bolsita rosa tenia doblada una hoja, y en la hoja había un dibujo, el dibujo que en el kínder me había puesto hacer para el día del padre. Y que no se lo había podido dar por que él vivía en otro mundo… digo continente.
-Mira papá –dije sacando el dibujo –Es para ti
El tomo la arrugada hoja y la desdoblo con cuidado, el papel ya estaba muy delicado, y cuando lo miro su sonrisa de siempre se amplió más
-Dios, ______ {tn} –dijo sorprendido –Pequeña, ¿tú lo hiciste?
-Por él día del padre –sonreí satisfecha
-Te quedo hermoso –dijo sonriendo –Aquí estamos tú y yo
-Y mamá también
-Y Elizabeth también –asintió – ¿Y este perrito?
-Se llama Cribber, mi madre me lo compro hace dos meses, es un perrito negro pequeño, y es muy juguetón
-¿Y lo trajiste?
-No, lo dejamos con la vecina, porque todavía es bebé, y los bebés no se pueden subir a los aviones
-¿Y tú porque subiste?
-Yo no soy bebé –chillé. No era un bebé ¿o sí?
-Pues te tengo que felicitar porque… -su teléfono sonó, lo saco y una sonrisa se plantó en sus labios. Dejo el dibujo en la mesa sobre su plato. Contesto sin terminar la frase -¿Hola?... –dijo sonriendo –Sí, claro… Aja… ¿Hoy?... perfecto…. Si… No –rio. En ese momento llego un momento y recogió su plato.
-No se lleve la hoja –dije alarmada
-¿Señor? –dijo el mesero esperando su aprobación. Mi padre asintió sin mirar no poniéndole atención. El mesero tomo la hoja y se la llevo haciendo bola para tirarla en un cesto.
– ¿Cómo crees?... –dijo mi padre sin darle la mínima importancia –Hoy me vino a visitar mi hija… ______ {tn}, si… ¿La llevo?... Claro… si… me parece genial… a las ocho… ¿en el cine?, si –pauso –Adiós, cuídate.
Mi padre me miro
-¿Por qué frunces el ceño?
-¿Qué es fruncir el ceño? –dije enojada
-Esto –él frunció el ceño
-Por qué el mesero tiro mi dibujo
-¿Cuál?
-El que te di por el día del padre
-Ah, de todas maneras no estaba tan bonito, puedes hacer mejores
Me ofendí
-Tonto –le grite y corrí a los juegos. Me puse a jugar con dos niñas y el enojo se me paso, incluso creo que lo olvide. – ¿Ya nos vamos? -le pregunte llegando a la mesa
-Si –dijo sonriendo – ¿Quieres ir al cine?
-¿Cuál cine?
-Hay un cine cerca de aquí, tiene películas muy bonitas
-¡Sí! –Sonreí
-Pues vamos
Mi padre pago la cuenta y subimos a carro. cyrus