Maraton 3/x
Llegue hecha una furia a la casa. No podía aguantar, todos los sentimientos se arremolinaban en mi interior, ira, frustración, enojo, tristeza, decepción e incredulidad. ¿Sería cierto lo que había dicho Tucker? Tucker nunca me había mentido. Él nunca lo había hecho. Sentía que podía tener toda la confianza de mundo. Y sin embargo no podía creerle.
Pase por el tramo en donde para llegar a las escaleras pasaba un tramo de la sala. Y una figura oscura se levantó del sillón.
-¡Qué bueno que ya llegaste! –dijo la sombra. C uando llego a mi lado la luz que la luna brindaba me permitió ver a cara de Niall. Tomo su celular y tecleo unas cosas, se puso el teléfono en a oreja y espero –Ya llego a casa. Si, se ve bien. Parece que no. Sí, sí. Aja, yo le digo. Si… ¡Que si Harry! –y cuando escuche su nombre todos mis sentidos se esfumaron.
No supe que le decía Niall a Harry. Ni siquiera como fue que lo hice, pero cuando mi conciencia regreso a mí ya tenía el teléfono en la oreja
-Vete a la mierda –dije entre dientes, y después colgué.
Le tendí el teléfono a un Niall sorprendido y confundido. Sin darle explicación subía a mi cuarto corriendo, y me percate que Niall no me seguía, fue muy inteligente de su parte, porque o hubiera mandado al demonio a e también. Llegue a mi cuarto y cerré la puerta. No sabía porque, pero las lágrimas no llegaban, solo sentía una llama en mi interior que quemaba todo mi cuerpo de manera incomoda, que subía poco a poco y me impedía pensar con claridad. Mi respiración estaba agitada. Y yo no pensaba en otra cosa que no fuera las palabras de Tucker.
Tire mi bolsa hacia una de las paredes de mi cuarto, y corrí a mi cama para aventarme a ella, con la cabeza hacia un lado, me percate que todo el contenido de la bolsa había salido. Dos labiales, unos kleenex, mi teléfono, una caja de chicles, una libretita… y un teléfono negro, era el de Harry.
Lo mire por un largo instante, como hipnotizada. No sabía s tomarlo y checar sus contactos y conversaciones o dejarlo allí, tirado. Comenzó a vibrar en el suelo, y su tono de llamada comenzó a sonar, ese sonido me saco del trance para levantarme y tomarlo. En la pantalla decía “Susanne” y no tenía foto. Mientras me debatía entre contestar y no, mi dedo tecleo contestar, y me lleve el auricular al oído
-¡Hola! –dijo una alegre voz femenina. No conteste -¿Harry?
-No –dije en tono seco –Me llamo ______ {tn}
-Oh –dijo en un susurro –Creo que me equivoque
-No –conteste fríamente –Es el teléfono de Harry.
Y sin más colgué.
Y con eso pude tener claro todo. Harry si me engañaba, con una tal Susanne. Lace el teléfono que por mala suerte callo en un sillón, ojala hubiera caído en el piso y se hubiera destrozado. Destrozado en mil pedazos como o estaba yo.
Y entonces comencé a llorar. ¿Por qué me hacía esto Harry? ¿Qué le había hecho yo para que él me hiciera esto? Y lo peor de todo es que Scott me o había advertido, y yo deje a Scott por un estúpido como Harry. Llevaba un mes sin hablarle, incluso no sabía si se había ido de país de nuevo a América o seguía aquí.
Me dormí con lágrimas en los ojos y un terrible sufrimiento interno. Al despertar lo primero que hice fue llamar a Scott, tenía que saber que había sido de él, y sobre todo, habar con él.
Salí de la casa y cuando cerraba a puerta Zayn estaba siendo de su carro. Fantástico
-Hola –dijo sonriendo – ¿Ibas a algún lugar?
-Si –dije asintiendo y pase a su lado.
-Espera –me tomo de la muñeca –Venia a invitarte a salir por allí. Todos saldrán con sus parejas, y Perrie está hoy en un día de chicas, madre e hija.
-Me alegra ser tu segunda opción –bufe
-No eres mi segunda opción
-Gracias por el dato
-¿Qué tienes?
-Nada, y no puedo salir contigo, lo siento.
-¿A dónde vas?
-A casa de Scott, necesito hablar con él. ¿Me llevas?
-No –dijo –Nunca
-Estoces tomare un taxi. Invita a Niall a salir.
-No permitiré que vayas a casa de Scott
-Pues observa como lo hago.
Camine por la acera esperando a que un taxi pasara. Dos cuadras más tarde un auto rojo se paró a mi lado, y la ventanilla bajo.
-Sube –dijo Zayn al volante –Te llevare, pero esperare afuera.
-Hecho –dije asintiendo.
Cuando llegamos a su casa, toque a puerta temerosa, quizá nadie sarria a recibirme, tal vez él ya se había marchado, o tal vez abriría la puerta un desconocido que ahora habitaba allí. Sin embargo cuando se haría a puerta y Scott me miro sorprendido, visto una piyama, me sentí aliviada
-¿Puedo pasar? –pregunte dudosa
-Claro –se hizo a un lado
-Iré al grano –dije sentándome en el sofá mientras e cerraba la puerta principal –Creo que tenías razón. –él me miro confuso
-¿Sabré qué?
-Sobre Harry.
-¿Tenía razón?
-Él… -se me quebró la voz. Cerré los ojos y aspire fuerte –El me engaña
-¿En serio? –Abrió los ojos a tope –Mira… te tengo que ser sincero –se revolvió incomodo –Yo te lo dije, solo para que cortaras con él, yo… sabotee, o amenos, intente sabotear su relación. Y en realidad nos e porque. Tú me gustabas, pero ya no más. Desde que legue aquí solo tenía a necesidad de que estuvieras con migo, por todo aquel tiempo en Texas, en que me gustabas y fuimos solo amigos. A demás pasa mucho junto, desde tu primer diez en matemáticas hasta e intento de violación que intento practicar el novio de tu madre, me puse celoso y…
-Espera, ¿Qué acabas de decir? –pregunte horrorizada. E hizo una mueca
-Mierda, se suponía que no te tenía que decir. –dijo cerrando los ojos.