*Al día siguiente*
Narra ___:
Estuve llorando toda la noche. Echo de menos a mi niño. Le he hecho daño, mucho. Lo sé simplemente porque si todo lo que me dijo ayer es verdad yo me siento igual que él.
Enciendo mi móvil y miro mis mensajes. Tengo 6 mensajes nuevos.
"___ no me hagas esto. Contesta por favor. <3 - Marcel."
"___, te quiero, y me da igual lo que piense el resto del mundo. Sólo quiero estar contigo. Sólo tú y yo. Nadie más. Me da igual mi madre, y me dan igual todos. Te quiero. Llámame o contesta por favor <3 - Marcel."
"___, sigo esperando... Quiero estar contigo... <3 - Marcel."
"Supongo que no me vas a contestar... - Marcel"
"Me iré de tu vida si es lo que quieres. - Marcel"
"¡CONTESTA! - Marcel"
Una lágrima más baja por mi mejilla. Apago el móvil y entro en el baño. Me hago un moño y me miro en el espejo. Estoy horrible. Tengo ojeras y los ojos rojos e hinchados . Menos mal que hoy es sábado. No podría ir a trabajar. Ahora lo único que quiero hacer es poner la música a tope y dormir. Ese será mi sábado.
Narra Marcel:
Enciendo mi móvil para ver si tengo mensajes de... Ella... Pero no. No hay. Miro la hora. Las once de la mañana.
No te quiere, acéptalo. Dice una voz en mi cabeza.
Mentira. Sí que me quiere.
No, entonces no te habría dejado. Vuelve a decir esa voz dentro de mí.
Lo que ha hecho lo hizo por nosotros. Por nuestro bien.
Sigue pensando eso.
Ruedo los ojos, estoy hablando conmigo mismo. Qué triste. Hago una mueca triste y me levanto de la cama. Entro en el baño y me miro al espejo. Wow. Nunca me había visto así. Tengo el pelo un poco rizado. Podría peinarme así a partir de ahora. Ruedo los ojos y me pongo las gafas. Salgo del baño y de mi cuarto. Bajo las escaleras y entro en la cocina encontrándome con mi madre.
- Buenos días. - dice ella haciendo un café.
- ¿Qué tienen de buenos? - digo abriendo la nevera. Ella me mira con una ceja alzada.
- ¿Y ese mal humor? - pregunta sonriendo.
- A ti no te importa. - digo, porque es verdad.
- Tienes razón. Ni lo más mínimo. - dice cogiendo una taza de café.
- ¿Para qué te iba a importar que tu "hijo" lo esté pasando mal? - murmuro.
- ¿Lo estás pasando mal? - pregunta sin mirarme.
- Sí. Muy mal. - ella se ríe. - ¿Te hace gracia?
- Mucha.
- Lo sé, lo sé, soy muy gracioso. - digo. Más sacarmo imposible.
- ¿Verdad? - ruedo los ojos.
- Sí. Otra cosa que tenía pendiente de hablar contigo... ¿por qué ayer te estabas besando con la psicóloga?
Mierda. Lo sabe.
.........
No tengo tiempo lo siento, comenten y voten. Las amoooo <3.
