POV. ANTONY
Me habían sacado de la sala para poder hacer su trabajo. Estando afuera del cuarto, la preocupación y el miedo me invadió. El perderla significaba perder todo y no me sentía preparado para eso.
Esto ya iba mas allá de un secuestro. Esto no era un capricho, fue amor a primera vista. Y lo mejor es que ella empezaba a sentir lo mismo que yo, tal vez no tanto, pero por algo se empieza. Esto significaba un enorme retroceso.
Me senté en una de las sillas de la sala de espera. Coloque mis brazos en mis rodillas y tome mi cabello entre mis dedos. Me sentía sumamente desesperado.
Mi teléfono empezó a sonar. Lo saque de bolsa y el identificador decía el nombre que menos quería ver ni mucho menos escuchar: "Karla"
Contesté. Lo peor de la vida.
-Bueno- dije indiferente.
- ¿Donde diablos estas? Llego a mi casa y me dicen que mi esposo no esta en casa. Que se largo con la gata esa- empezó a gritar. Estaba desesperada, pero no estaba de humor para soportar sus gritos insolentes.
-Se estaba muriendo. Además eso no es de tu importancia. Yo no pregunto cuando te vas-
-La hubieras dejado morir. Es lo mejor para todos- comentó sin importancia. Me enojé tanto que mi cabeza comenzó a doler.
-Jódete- dije y colgué.
Estaba desesperado, no sabia que hacer. No me había enamorado así de alguien jamás. Ella me había hecho sentir cosas que nunca había sentido.
Sabía que había hecho las cosas mal, pero ya habían empezado a mejorar.
Después de esperar aproximadamente 40 minutos, salió el doctor. Se paró en la puerta y miró su tabla.
-Familiar de Paola Miller- dijo el doctor, esperando que alguien se acercará por informes.
-Yo, doctor Ferreira- contesté lo mas rápido que pude.
-Oh! Señor Duran, ¿usted es el familiar?- estaba sorprendido. Jamas nadie en el hospital me había visto llevar a una mujer ahí, ni siquiera a Karla
-Si doctor. ¿Como esta?- pregunté preocupado.
-La perdimos por un instante. Los cortes en el brazo causaron una hemorragia que por fin logramos calmar. Ademas que bajó mucho de peso y estaba muy débil. La estabilizamos y tuvimos que hacer una transfusión de sangre. Esta estable pero aun no despierta. Tenemos que tenerla en observación estas 24 horas para ver como responde su cuerpo- el doctor estaba tranquilo, y más le valía, porque si ella moría, habría muchos despidos.
-Gracias doctor ¿la puedo ver?- pregunté.
Necesitaba verla para poder estar en paz.
-Lo mas común sería esperar a que despertara, pero ya que usted mantiene mi vivienda, puede pasar- respondió con algo de humor.
Este doctor se merecía un aumento.
Me guió a la habitación donde estaba ella. Nos dejó solos, ella tenia vendado todo el brazo, tenia una sonda de sangre y otra de suero. Estaba pálida y débil.
Maldita la hora en la que me metí con Karla.
Revisé mi teléfono y entraban llamadas y llamadas de Karla, pero todas las desviaba.
Mandé a Luis a traerme varias cosas. Ademas sabia que no necesitaba muchas cosas, pues las conseguía fácilmente aquí: comida, bebida, medicamentos, entre otras cosas. Este hospital estaba funcionando justo como lo había planeado hace años.
No era doctor, pero si el director general. Yo solo le pagaba a todos y era el jefe del director general. Era lo mejor ser el dueño de todo.
Dormí en un sillón que habían traído a la habitación de Paola. Pedí que no dejarán pasar a nadie que no fuera Luis o el doctor. A las 3 de la mañana empecé a escuchar la voz de Paola. Me levanté rápido y ella estaba abriendo los ojos. Sus hermosos ojos.
La tomé de la mano para poder calmarla y ella correspondió el apretón.
Abrió completamente los ojos y chocaron con los míos. Dio una pequeñísima sonrisa, que casi no se notaba. Miro a su alrededor.
-¿Donde estoy y que pasó?- preguntó confundida.
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Enamorada De Mi Secuestrador
RomanceSu vida parecía ser perfecta hasta que todo le fue arrancado. Un secuestro cambió el destino de las cosas. ¿Que sentirá?¿ Amor, odio o dolor? Y al final, nada sera igual...