Su vida parecía ser perfecta hasta que todo le fue arrancado.
Un secuestro cambió el destino de las cosas.
¿Que sentirá?¿ Amor, odio o dolor?
Y al final, nada sera igual...
-¿Que pasa con ella? Claro, si puedo saber- pregunté indiferente. No quería que él supiera los celos que sentía.
Él solo suspiró y tomó asiento a mi lado tomándome de la mano. Su tacto era perfecto, y al tocarme, una corriente recorrió mi cuerpo.
-De verdad no sé en que momento me metí con ella. Es una persona muy hueca e interesada, haría todo por dinero. Solo esta conmigo por lo que tengo y yo solo estoy con ella por el bebé-
-Y si crees que ella esta contigo por dinero ¿Por qué no haces una prueba de paternidad?- pregunté confundida.
-¿Cómo? ¿Por qué?- preguntó de la misma manera. Parecía que la idea jamás le había venido a la cabeza.
Era guapo pero un poco tonto.
-Por que tal vez ese hijo no es tuyo y solo eso te está metiendo eso en la cabeza. ¿No lo has pensado? Ademas, sino lo recuerdas, tal vez ni siquiera pasó- respondí.
Me miro directamente a los ojos y note un poco de furia en ellos ¿Por qué?¿A caso el no pensaba eso?
-No, no creo eso- Se levantó bruscamente del lugar soltando mi mano- Ella no seria capaz de hacer eso- contestó algo enojado -Ella haría todo por dinero, pero no la creo capaz de semejante cosa-
-Tu mismo me acabas de decir que seria capaz de todo por dinero- respondí a la defensiva.
-Tú no la conoces- gritó Antony.
Este hombre no pensaba antes de hablar ni de actuar.
Reí sarcásticamente.
-¿Y tú si?- pregunté con las cejas alzadas
En su mirada creció la furia y hasta cierto punto, sentí miedo, pero el no tenia que saberlo.
-Creo en ella- dijo mas enojado-Tu no sabes nada, ni de mi vida ni la de ella. Una niña tan inmadura como tú, no lo entendería-
Esas palabras me atravesaron el corazón.
Aceptaba que había sentido celos de sus palabras, pero después vino el dolor. Sin razón alguna mis ojos se llenaron de lagrimas.
Antony se dio cuenta de lo que había dicho y al parecer se arrepentía. Intentó acercarse a mi de nuevo, pero ya era muy tarde. Ya me había lastimado.
No sabía controlar sus emociones, y siempre terminaba dañada por su culpa.
-Perdón- dijo en un susurro.
Me quise alejar de su tacto, casi cayendo de la cama, pero en este punto ya no me importaba.
-Quiero estar sola- pedí con las lagrimas a punto de salir
El dio una largo suspiro y se dirigió a la puerta. Tomo la perilla y antes de salir, miró a los ojos. Su mirada ya no transmitía enojo o furia, sino tristeza y lastima. Ya no se veían tan brillosos como de costumbre.
-De verdad, lo siento mucho-
-Vete- dije enojada.
Él no iba a venir y dañarme y hacer como si nada pasara. Ya no era aquella mujer que había sido llevada a la fuerza.
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Por fin salió de la habitación y eso me dio paz, por fin estaba con mi soledad. Entonces tomé la decisión de que en cuanto me recuperara, me iría de aquí. Sin mirar atrás.
Ya no me dejaría dañar, ni por Antony, ni por nadie más.
Y así pasaron 2 semanas en el hospital. Antony ya no frecuentaba irme a visitar, y en estas dos semanas solo había ido 5 veces y de una manera rápida, pues solo duraban 5 minutos sus visitas.
Algo se había roto desde ese día y nada había vuelto a ser igual. Por un lado me sentía mal pero le había visto el lado bueno. Este era el impulso que necesitaba para salir de aquí y querer escapar.
Creía que el de hoy me darían de alta, o eso había sido lo que el doctor había comentado. También decía que mi recuperación había sido rápida y que tenía que seguir con los cuidados aun estando fuera de aquí.
Pero no quería llegar a la casa de Antony, me ponía nerviosa y ansiosa saber que estaría Karla y muchas cosas pasarían. Las cosas serían difíciles hasta que escapara o definitivamente volvería a morir. Ademas ya me había preparado para preguntar por mi familia.
POV. ANTONY
Hoy darían de alta a Paola, eso me había dicho el doctor Ferreira. Estos días no fueron los mejores, ya que tenia mucho trabajo y las palabras que había metido Karla a mi cabeza, aun daban vueltas.
FLASHBACK
-Por fin has llegado de ver a la tipa esa- dijo Karla en cuanto entré a la casa. Ese había sido el día en el que Paola y yo peleamos. No me sentía bien por ella y sus comentarios me daban mucha curiosidad.
-¿Por que no mejor vas a molestar a otro lado?- contesté irritado.
Soltó una carcajada sarcástica, que inmediatamente me recordó a Paola: Perfecta. Todo me recordaba a ella.
-Yo también te amo mucho, pero debes de preocuparte mas por mi que por esa malcriada- amenazó.
-En primera, no la llames así. Y si quiero preocuparme por la persona que amo ¿hay algún problema?- dije desesperado.
Su cara torno de burla a furia verdadera. Sus ojos desbordaban enojo y sus manos estaban hechas puños.
-Al parecer tu no entiendes. ¿Quieres jugar así? así vamos a jugar- escupió con veneno y enojo
-¿Y qué piensas hacer?- pregunté con una sonrisa burlona y mis manos en los bolsillos.
-O te alejas de ella, o me largo de esta casa y no vuelves a saber nada de mi y de tu hijo. Además le diré a la prensa que el empresario Antony Duran, esta metido en negocios no debe y ellos sabrán de donde sacas tanto dinero. Tu decides-
Carajo.
La única manera de callarla era alejándome de Paola o matarla, aunque prefería la segunda opción, ella era la madre de mi hijo. Ya había avanzado mucho como para retroceder.
Solo salí de la sala para dormir y evitar hacer cualquier tontería. Solo unos meses mas y le quitare a mi hijo para alejarme de ella y ser libre de amar a Paola.
